Mañana, 8 de junio, se conmemora el Día Mundial de los Océanos 2021, una fecha clave en el calendario medioambiental, porque cualquier problema que afecte a los océanos, nos afecta al resto de los seres vivos del planeta. Sin ellos, y sin su biodiversidad, la vida en la Tierra estaría en riesgo.

Animales bioluminiscentes comprometidos

Uno de los problemas que han venido observando los científicos, en concreto los oceanógrafos, es que los animales bioluminiscentes están siendo afectados de forma negativa por la actividad humana en general, y por la contaminación lumínica, en particular.

Sepia

Las sepias son animales que tienen bioluminiscencia.

El fitoplacton bioluminiscente es un fenómeno, resultado de una reacción química en miles de millones de organismos unicelulares llamados dinoflagelados, que se congregan en la superficie del mar. Estos organismos son un tipo de fitoplancton: pequeños organismos microscópicos que comen muchas criaturas marinas.

Los dinoflagelados activan su bioluminiscencia como una señal de advertencia para los depredadores, pero también pueden activarse cuando son molestados en el agua, como por ejemplo, por los delfines.

Este espectáculo natural es posible observarlo en muchos lugares del mundo desde la zona terrestre cuando es de noche. En Australia es bastante común.

Alteración de conductas

Pero nos encontramos con que la contaminación lumínica crea noches más brillantes y altera los ritmos ecológicos/biológicos a lo largo de la costa, como los patrones de reproducción y alimentación.

Con tanta actividad humana cerca de la costa y en el mar, ¿cuánto tiempo más podemos seguir disfrutando de este espectáculo de luz natural?

En el mar, la contaminación lumínica artificial ingresa al medio marino de forma temporal (luces de barcos y actividades pesqueras) y de forma permanente (ciudades costeras y plataformas petrolíferas en alta mar).

Para empeorar la situación, la luz de las ciudades puede extenderse más lejos de la costa al dispersarse en la atmósfera y reflejarse en las nubes. Esto se conoce como resplandor artificial del cielo.

Medusas

Medusas bioluminiscentes.

Para los organismos con relojes circadianos (ciclos de sueño día-noche), esta pérdida de oscuridad puede tener efectos dañinos.

Por ejemplo, puede alterar el metabolismo animal, lo que puede provocar un aumento de peso. La luz artificial también puede cambiar el comportamiento de nidificación de las tortugas marinas y puede desorientar a las crías de tortugas cuando intentan llegar al mar, lo que reduce sus posibilidades de supervivencia.

Otro caso claro es el del pez payaso, que solo puede eclosionar en la oscuridad. Con lo que la contaminación lumínica esta dañando su ciclo reproductivo.

También puede desorientar la búsqueda de alimento de las comunidades de peces; alterar el comportamiento de los peces depredadores (como en el besugo y las tortugas laúd) provocando un aumento de la depredación con luz artificial durante la noche; causar insuficiencia reproductiva en el pez payaso. Además de cambiar la composición estructural de las comunidades de invertebrados marinos.

Pez payaso

La contaminación lumínica altera la reproducción del pez payaso.

Una actividad humana dañina

Para el zooplancton, una especie vital para una variedad de animales más grandes, la luz artificial interrumpe su “migración vertical diurna”. Este término se refiere al movimiento del zooplancton desde las profundidades del océano donde pasa el día para reducir la depredación de peces, subiendo a la superficie por la noche para alimentarse.

El aumento de la exposición a la luz artificial debido a las actividades humanas, como las ciudades en crecimiento y el aumento del movimiento marítimo mundial, puede interrumpir cuándo y dónde se encuentran las especies bioluminiscentes.

A su vez, esto puede influir en el lugar donde se mueven los depredadores, provocando interrupciones en la red trófica marina, cambiando potencialmente la dinámica de la eficiencia de la transferencia de energía entre las especies marinas.

La bioluminiscencia, generalmente, tiene una función de comunicación: para advertir a los depredadores, atraer a una pareja o atraer a una presa.

Para muchas especies, la contaminación lumínica en el océano puede comprometer esta estrategia de comunicación biológica.

Copépodo

Dentro del plancton se puede observar especies como los copépodos bioluminiscentes. Imagen: Uwe Kils.

Y para los organismos productores de luz como los dinoflagelados, el exceso de luz artificial puede reducir la efectividad de su bioluminiscencia, porque no brillarán tanto, lo que podría aumentar el riesgo de ser devorados.

Estudios científicos lo corroboran

Un estudio de 2016 en el Ártico reveló que la profundidad crítica donde la luz atmosférica se atenúa hasta la oscuridad y la bioluminiscencia de los organismos se vuelve dominante, estaba aproximadamente a 30 metros debajo de la superficie del mar.

Esto significa que cualquier cambio de luz en el Ártico influye cuando los organismos marinos suben a la superficie. Si hay demasiada luz, estos organismos permanecen más profundos durante más tiempo donde es seguro, reduciendo su tiempo potencial de alimentación.

Con esta situación puede ocurrir que muchas especies animales no puedan alimentarse de forma correcta, porque su espacio y tiempo para alimentarse cada vez sea menor.

La contaminación lumínica va a ser una grave amenaza mundial para la vida marina.