La infancia es el mejor momento para educar a las niñas y los niños en el respeto por cuidar el entorno natural. Por ello, una de las formas más clara y sencilla es procurar elegir juguetes sostenibles para que crezcan y se desarrollen de manera óptima teniendo como referencia nuestros valores éticos y de compromiso medioambiental.

Siempre es mejor dejar que ellos exploren y creen sus propios juguetes. Ya sea con materiales que tengamos en casa o con restos de otros objetos, que puedan servir para fabricar algunas de las piezas que puedan necesitar para sus muñecos, por ejemplo.

Así, estamos propiciando e incentivando su imaginación, el desarrollo motor y cognitivo, al tratar de asignar determinadas funciones y valores a esos recursos que nosotros le hemos dado.

Juego

 Animales realizados en madera con pinturas no tóxicas. Fotografía de cottonbro studio en Pexels.

Casi cualquier objeto o  material podría servir, pero son especialmente indicados aquellos con los que puedan realizar numerosas pruebas y acciones para conformar o llegar a un objetivo concreto. El cartón o materiales maleables que podamos crear nosotros, como una plastilina casera. También retales de tejidos, cartulinas o papeles que no necesitemos, y pinturas, por supuesto, son indispensables.

Aunque siempre es necesaria una supervisión por parte de los progenitores, para que establezcan un orden y unas reglas concretas para facilitar el desempeño de la tarea a llevar a cabo por los más pequeños. Esta cuestión se puede ir adaptando a las distintas edades o etapas del crecimiento.

De cualquier forma, también existe la opción de adquirir alguno en un establecimiento comercial especializado. Para ello debemos saber, en qué se distinguen de los juguetes convencionales.

Qué distingue a los juguetes sostenibles

Respetuosos con el medio ambiente

Los juguetes sostenibles están fabricados con materiales respetuosos con el medio ambiente, como madera reciclada, cartón reciclable y bioplásticos. Al elegir estos juguetes, los padres están contribuyendo a la reducción de desechos plásticos y la conservación de los recursos naturales. La mayoría son biodegradables, por lo que al final de su existencia, van a poder desecharse en el contenedor de materiales orgánicos.

Duraderos y de calidad

A menudo, los juguetes sostenibles están diseñados para ser duraderos y resistentes. En lugar de juguetes de plástico que pueden romperse fácilmente, los juguetes sostenibles suelen ser más robustos y, por lo tanto, duran más tiempo. Esto no solo es beneficioso para el medio ambiente, sino que también significa menos desperdicio a largo plazo.

Los niños no necesitan muchos juguetes. Es más recomendable que tengan unos pocos, y a medida que vayan creciendo, ir renovándolos, y adquirir algunos más.

Fomentan la creatividad y la imaginación

Muchos juguetes sostenibles tienen un diseño simple que deja espacio para la imaginación. Al no tener funciones electrónicas complicadas, los niños pueden desarrollar su creatividad y habilidades cognitivas al inventar juegos y escenarios por sí mismos.

También tienen muy en cuenta en su creación la seguridad, por lo que no contendrán piezas pequeñas o que puedan ser ingeridas o empleadas por los más pequeños, con riesgo de daño. La mayor parte, tampoco llevan incorporadas pilas o materiales eléctricos. Suelen ser sencillos, para que puedan emplear sus manos y cuerpo, como herramientas en el propio juego.

Libres de sustancias tóxicas

Los juguetes sostenibles a menudo están hechos con materiales no tóxicos y pinturas a base de agua, lo que garantiza un entorno seguro para los niños. Evitar sustancias químicas nocivas es fundamental, especialmente considerando que los niños tienden a llevarse los juguetes a la boca. De esta manera, evitan el uso del bisfenol A (BPA), una sustancia potencialmente dañina para los críos.

Promueven valores de sostenibilidad

Al introducir juguetes sostenibles desde una edad temprana, se pueden inculcar valores de sostenibilidad en los niños. Esto les enseña sobre la importancia de cuidar el entorno natural y tomar decisiones responsables en sus vidas cotidianas. Ya que, si desde pequeños les inculcamos lo que es beneficioso para ellos y el resto de seres vivos del planeta; cuando crezcan tendrán asumido que ellos pueden lograr un cambio si se lo proponen.

Apoyan empresas responsables

Al comprar juguetes sostenibles, los padres apoyan a empresas que tienen un enfoque ético y sostenible en sus prácticas comerciales. Esto ayuda a promover un cambio hacia una economía más comprometida y con una mayor responsabilidad social. Apoyando a pequeñas empresas, que están a favor de un mundo mejor, y que intentan llevar a cabo una economía alternativa y distinta a la instaurada por el capitalismo.

Educación ambiental

Algunos juguetes sostenibles están diseñados específicamente para enseñar a los niños sobre temas ambientales y ecológicos. Esto puede incluir juegos que aborden la importancia de reciclar, conservar energía y respetar la biodiversidad, contribuyendo así a la educación ambiental de los más pequeños.

Cada elección cuenta, y al optar por juguetes que respetan el medio ambiente, estamos sentando las bases para un futuro más saludable y equilibrado para nuestros hijos y para el planeta.