El arquitecto japonés Kengo Kuma ha conseguido unir en sus distintos trabajos a lo largo de su carrera el espíritu tradicional japones, incluidas algunas técnicas locales, con con la tecnología más puntera para crear edificios que sorprenden por ser inverosímiles. Estructuras que transmiten ligereza y dejan traspasar la luz a partir de materiales realmente poderosos y formas inconcebibles que resultan ser prácticas para su uso, surcan la mente de Kuma.

Kengo Kuma

Junta municipal de distrito en Yusuhara, Japón. Kengo Kuma & Associates.

Un ejemplo es el edificio de la Junta municipal de distrito en Yusuhara, Japón. La oficina municipal se construyó en 2006 con el objetivo de fundar un centro de prevención de desastres, mejorar los servicios municipales y aprovechar los recursos naturales, incluida la madera local. El edificio utiliza mucho cedro local cultivado en abundante naturaleza a lo largo de las fuentes del río Shimanto y, por lo tanto, la madera proporciona al interior una atmósfera relajante. En el primer piso se encuentra el chado (una casa de té de estilo tradicional) como símbolo de bienvenida. La casa de té representa una combinación de historia y materiales locales, a través de cuya figura tanto los visitantes como los habitantes sentirán una cálida bienvenida.

Kengo Kuma apuesta por una arquitectura que reconecte lo urbano y la naturaleza, como se demostró en la conferencia impartida en el ciclo Foros, que organiza la Universitat Internacional de Catalunya (UIC Barcelona). La conferencia tuvo lugar el viernes 17 de mayo, en el Aula Magna de la universidad. En ella intervinieron también como ponentes Jordi Viñals, Chief Project Manager en el estudio Kengo Kuma & Associates, y Lorenzo Chelleri, investigador y profesor de UIC Barcelona y presidente de la Red de Investigación en Resiliencia Urbana.

Felipe Pich-Aguilera, arquitecto y profesor de UIC Barcelona, presentó la conferencia. En su introducción, afirmó que el trabajo de Kengo Kuma demuestra que “es posible proyectar dentro de la naturaleza”. “Como sociedad, necesitamos un nuevo paradigma. La arquitectura debería ser un catalizador para conseguir este cambio y convertir en realidad lo que la sociedad espera”, añadió.

Kengo Kuma explicó durante su intervención que, al acometer un proyecto, “buscamos la relación entre el edificio y su entorno, entre lo urbano y la naturaleza”. Su estudio enraíza el diseño y la construcción a las tradiciones arquitectónicas y los paisajes locales. “Tradicionalmente, los materiales provenían del entorno inmediato. En el siglo XX nos hemos olvidado de los sistemas que nos ligaban a la naturaleza y se ha producido una división entre lo urbano y su entorno natural”, afirmó.

Nuestra intención es conectar con el entorno natural tanto desde el punto de vista conceptual como del uso de los materiales.

Kengo Kuma

El arquitecto japonés expuso diversos ejemplos de cómo se materializa esta propuesta en sus proyectos: con el uso de materiales como madera o bambú de los bosques circundantes; evitando excavaciones y movimientos de tierra; experimentando montajes de madera sin clavos, o ideando fachadas con bloques de paja recuperando técnicas constructivas locales.

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Garden Terrace Nagasaki Hotels & Resort, Akizukimachi, Japón. Kengo Kuma & Associates.

Además, el diseño se hace permeable recurriendo al concepto de capas. Como si de una estampa japonesa de Hiroshige se tratara, sus fachadas son un sistema de superposiciones de diferentes elementos arquitectónicos creando un juego de filtros que refuerzan la conexión entre los espacios interiores y exteriores, al mismo tiempo que los separan.

El estudio Kengo Kuma & Associates encuentra inspiración en elementos naturales del contexto más próximo de cada proyecto, generando bibliotecas cuyo interior es como un bosque (Yusuhara community library) o museos con fachadas que reproducen acantilados  (V&A Dundee en Escocia). También se inspira del contexto urbano y cultural, como para el Museo de Hans Christian Andersen de Odense, Dinamarca, emulando la deambulación por un jardín “fantástico” típico de los cuentos de hadas que hicieron famoso al autor.

Kengo Kuma resume de manera sintética la metodología del estudio, “nos interesa el proceso; la forma no está nunca en el inicio de un proyecto, sino que aparece al final como resultado de un largo proceso creativo”.

En el 2009 abrió sus puertas Garden Terrace Nagasaki Hotels & Resort, diseñado por Kengo Kuma & Associates. Este hotel ha resultado ser uno de los preferidos por los turistas que visitan Akizukimachi, Prefectura de Nagasaki en Japón. Quizás el mayor logro fue integrar tres volúmenes completamente diferentes (una caja grande, una caja pequeña y una forma lineal) a través de varias identidades comunes. Aunque el hecho de dar cabida en el edificio al concepto de una forma arquitectónica que está «hecha de», pero no «cubierta», de un material natural, en este caso la madera, también es algo que conviene resaltar.

Frente a los embates naturales, edificios de menor escala

Jordi Viñals explicó en detalle uno de los proyectos del estudio Kengo Kuma & Associates y cómo han llevado a la realidad los principios que guían su práctica. “El proyecto del museo Albert Kahn en París nos ha permitido implementar ciertas nociones de la arquitectura tradicional japonesa en la capital de Francia”, afirmó. El museo acoge la colección “Archivos del Planeta” unas 72.000 fotografías de color (autocromos) tomadas por el equipo de este filántropo de principios del siglo XX. El proyecto se ubica en los Jardines de Albert Kahn, donde hizo construir un collage de jardines de distintas partes del mundo, entre ellos un jardín japonés fuente de inspiración del diseño arquitectónico.

Para la extensión y restauración de este espacio de museo y jardín, el estudio utilizó y reinterpretó elementos tradicionales japoneses como el engawa (espacio intermedio entre el interior y el exterior que recorre la fachada), el sudare (filtros que aumentan la profundidad de la fachada tamizando su luz y dejando entrever ciertas vistas), o la importancia de los umbrales y las secuencias de acceso típicos de los jardines japoneses.

Jordi Viñals afirmó que “el modernismo, con una visión positivista y con la llegada del hormigón, ha construido cada vez más grande, pensando que al final encontraría la forma de imponerse y controlar la naturaleza. El gran terremoto en Japón del 2011 nos demostró una vez más que no se ha producido: la naturaleza siempre gana. En nuestro estudio, consideramos que parte de la solución es reducir la escala, para llegar a una arquitectura más resiliente y autosuficiente, flexible y capaz de regenerarse rápidamente después de una catástrofe, tal y como tradicionalmente se ha construido en Japón”.

Construcción siguiendo las premisas de la economía circular

Lorenzo Chelleri, por su parte, reflexionó sobre los límites del planeta y de los ecosistemas. “Más allá de la percepción humana, se ha demostrado con datos científicos que estamos empujando el planeta más allá del punto de no-retorno”, afirmó. “Hace 50 años, la globalización eliminó la relación con lo local. El enfoque que se adoptó en los años 90 fue intentar ser menos extractivos, pero no ha funcionado”, explicó.

Chelleri abogó por “evolucionar de la construcción a la administración de lo ya construido”, así como por “pensar cómo realinear la gobernanza de las ciudades con la naturaleza”. “¿Puede una ciudad ser regenerativa, y por tanto producir recursos a partir de la construcción? Deberíamos diseñar ciudades y edificios de forma que el mismo proceso constructivo fuera regenerador”, concluyó.