Si quieres que el momento de lavar la ropa sea amigable con el medio ambiente, te recomiendo que sigas esta serie de consejos prácticos:

1. Intenta comprar una máquina con etiqueta energética de clase A para que no gaste demasiado, y luego pase factura en tu bolsillo. Y respecto al secado, si vives en una zona seca, tiende la ropa al aire libre y si es posible al sol, sino tienes diferentes opciones: secadora o tendederos eléctricos. También lanzaron al mercado las lavadoras que lavan con burbujas.

2. Llena la lavadora siempre que puedas. Lo recomendable es que no la pongas en marcha con una sola prenda, gasta demasiada energía y agua; aunque las de nueva generación te calculan según el peso que tenga en el tambor. Si sólo tienes una mancha pequeña, intenta quitarla tranquilamente en el lavabo, no hace falta meter toda la prenda en la lavadora, así además estarás aumentando su vida útil.

3. Utiliza lavados cortos y con agua fría. De esta manera, ahorrarás recursos muy valiosos.

4. Lava la ropa solo cuando sea imprescindible. En esta sociedad en la que vivimos parece que todo lo que tenemos que ponernos cada día debe estar “requete” limpio y “requete” planchado, algo surrealista si lo pensamos detenidamente. Nuestras costumbres son poco beneficiosas para la naturaleza y para nosotros mismos, la excesiva higiene es el mayor atractivo para ciertos virus y bacterias. Aunque tampoco hace falta que lleves la camisa sudada durante cinco días, hay que tener cierta lógica y razón, en eso de rellenar la lavadora.

5. Usa detergentes ecológicos respetuosos con el planeta. Los más peligrosos para nuestra salud y la de los seres vivos que habitan la tierra, son los llamados “detergentes tradicionales” que los adquirimos envasados en el supermercado. Contienen multitud de sustancias dañinas (fosfatos), limpian y matan a la vez. Increíble, pero cierto. Ese agua que sale de nuestras cañerías luego termina en los ríos y en el mar, las fuentes de vida; si las contaminamos, pronto estará todo contaminado.

6. ¡Pásate a las nueces de lavado! Se trata de unas nueces de jabón, que son los frutos del árbol Sapindus mukorossi o Sapindus Trifoliatus que crece en India y Nepál, allí las utilizan desde hace siglos. Proporcionan un lavado muy jabonoso, pero con poca espuma. Es un producto 100% natural, sin perfumes, perfecto para las personas alérgicas, y encima no es necesario añadir suavizante, la ropa sale con una textura increíble, aunque para los que les gusta que huela a algo, se puede añadir en el compartimento de la lavadora unas gotas de algún aceite esencial que te atraiga. Se utilizan las medias cortezas en un saquito de algodón que se meten a lavar con la colada.

7. Otra opción: las bolas de lavado. Obtienen un buen resultado sin utilizar detergente. En su interior contienen perlas cerámicas que actúan cuando están en movimiento, dentro del tambor. Limpian sin estropear, son muy resistentes. Hay que dejarla secar, y cambiar las bolas cerámicas después de haberla utilizado durante un año y medio o dos, depende de lo que laves. En cualquier caso, si hay manchas profundas y difíciles hay que utilizar además, aplicado en la zona productos naturales como el bicarbonato, la sal o el limón. También venden eficaces antimanchas con certificado ecológico. Existen también bolas de lavado que actúan como suavizante.

8. ¡Lava con el jabón de toda la vida! Sí, el que utilizaban nuestras abuelas, es de lo más respetuoso con el medio ambiente, es vegetal, eficaz y muy barato.

9. Para planchar adquiere una plancha que tenga también etiqueta energética de clase A. Te ahorrarás trabajo. Procura siempre planchar primero la ropa que necesite menos temperatura, y deja para el final la que necesite más calor.