¿Os imagináis vivir invadidos por el plástico? Aunque en realidad estamos rodeados de instrumentos fabricados con plástico, nada se puede asemejar a lo que ocurre en los mares y océanos que han pasado de ser espacios naturales a vertederos obligados.

bolsas plástico océano

Y es que quien no ha visto bolsas, botellas o cualquier material de plástico flotando por el agua de mares y ríos o estancado en las inmediaciones próximas a éstos. Dichos residuos desembocan en las aguas a causa de una mala gestión de las  basuras, como son los vertederos a cielo abierto. La cantidad de plástico existente en el mar comparado con lo que percibimos se aleja de la realidad. Existen partículas tóxicas diminutas provenientes de microplásticos que están introducidas tanto en el agua como en la tierra que pisamos. Un ejemplo de ello es la lamentable playa del sur de Hawaii, Kamilo Beach que podemos ver como se encontraba en 2011 y que actualmente presenta el mismo estado.

Puede ser que la diversidad de las aguas (ríos, mares y océanos) haya hecho pensar al ser humano que introducir todo tipo de vertidos en cantidades ilimitadas no tendría apenas consecuencias. Un pensamiento un tanto egoísta si hablamos de medios naturales en los que la biodiversidad existente es esencial para el desarrollo de nuestros ecosistemas. Puesto que es el ser humano es el mayor culpable de la contaminación, debe ser el primero en tratar de eliminarla. Según el presidente de Surfrider Foundation Europe, Giller Asenjo, cada día ocho millones de toneladas de residuos acaban en el océano, siendo el 80% de la contaminación marina de origen terrestre y consecuencia de la actividad humana”.

Los desechos introducidos en las aguas, bajan a las profundidades y son consumidos por las especies marinas. Lamentablemente, esto ocasiona que los plásticos formen parte de la cadena alimenticia mezclándose con el plancton y ocasionando que muchos peces, mamíferos y aves lo consuman confundiéndolos con comida. Es el ejemplo de la ‘Isla de Plástico’ o ‘Isla de Basura’ situada en el Pacífico, una zona totalmente rodeada de desechos formada por las corrientes marinas. En el siguiente vídeo podemos observar cómo estaba la isla en el año 2012 y que actualmente se multiplica.

No solamente existen casos de contaminación en el extranjero. En España existen diversas zonas como la playa de Murguita de San Sebastián que comprende un 61% de plástico y poliestireno y un 18% de vidrio o la playa de Inpernupe en el País Vasco, donde cerca la mitad de sus residuos son de vidrio y un 29,1% de plástico.

Si seguimos este ritmo frenético de contaminación marina, dentro de muy poco tiempo los mares tendrán más basura que peces y, de no hacer nada, en unos años el océano estará impregnado de más toneladas de plástico que las que mantiene. Reducir tajantemente la llegada de los residuos al mar es un trabajo más que necesario.

La reciente iniciativa surgida a través de esta problemática viene de la mano de dos autralianos afincados en Mallorca. Dos jóvenes que a través del reciente proyecto ‘Seabin’ o como se traduciría al castellano, cubo de basura marino que recoge la contaminación, pretenden dar una solución. Dicha idea consiste en instalar un contenedor marino en los muelles flotantes, puertos deportivos, clubes náuticos o vías fluviales para que a través de bombas se absorban todos los desechos y partículas contaminantes que se encuentren en el agua. Este proyecto se enmarca dentro de iniciativas de economía circular donde se pretende promover la conciencia sobre el impacto medio ambiental que ejerce la actividad humana en los ecosistemas.

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Aunque exista esta alternativa para la mejora de las aguas, uno de los mayores retos que nos enfrentamos es conseguir concienciar a la ciudadanía sobre la correcta reutilización de los plásticos y un uso menor de éstos. A la vez que mejorar los sistemas de recogida de basuras.