¿Qué es el hábitat?

El hábitat es el lugar donde un organismo vive y encuentra lo que necesita para sobrevivir: refugio, aire, agua, alimento y espacio. Los seres humanos, como organismos vivos, para poder vivir en nuestro medio, necesitamos tener todos estos elementos. Tanto las grandes ciudades como los pueblos o las aldeas remotas en bosques o estepas son nuestro hábitat, y es nuestro deber (y nuestra necesidad) cuidar el entorno para asegurar nuestra propia supervivencia.

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Dada la importancia del hábitat, el crecimiento de la población y las condiciones del medio en que vivimos, la Asamblea General de la ONU decidió en 1985 que cada primer lunes de octubre se celebrara el Día Mundial del Hábitat. Además, la ONU creo una agencia especializada en la gestión y el desarrollo integral de los Asentamientos Humanos, la –CNUAH-(Hábitat).

El Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, trabaja principalmente por el logro del derecho de todo ser humano para contar con un lugar en el cual vivir en paz y dignidad, tanto en los países en desarrollo como en los países desarrollados. Una de sus principales áreas de trabajo son los llamados «barrios de tugurios»: las grandes áreas de chabolas e infraviviendas que se extienden alrededor de muchas ciudades y que no cuentan con servicios mínimos (alcantarillado, agua, luz, escuelas…) Además, busca vías para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los más necesitados en estos asentamientos de bajos ingresos.

 

Fotografía de gente caminando por la vía del tren junto a unas chabolas, en el barrio de chabolas de Kibera

Las ciudades como hábitat

Hoy en día la mitad de la población del mundo vive en ciudades y para el año 2030, las poblaciones urbanas habrán crecido hasta duplicar el tamaño de las rurales. Además, se calcula en mil millones la población del mundo que se aloja en viviendas inadecuadas: de éstos, más de 100 millones carecen por completo de hogar.

Las ciudades crecen porque ofrecen oportunidades y prometen una vida mejor. Desafortunadamente, en las zonas marginales de la ciudad, sus habitantes no disfrutan de muchas de las ventajas de la vida urbana, incluido el acceso a servicios básicos; la mayor parte de ellos no tienen acceso a los servicios esenciales, ni a los sistemas oficiales de financiación que les permita mejorar sus condiciones de vivienda.

El Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos-CNUAH- (Hábitat) trabaja para mejorar las condiciones de vida de las ciudades, sobre todo en aquéllas más grandes y más densamente pobladas, que se han convertido en megaciudades, con más de diez millones de habitantes y que tienen tendencia a encontrarse en el Sur.
El Día Mundial del Hábitat, ofrece una oportunidad para reflexionar sobre el estado actual de las ciudades y la vivienda en general, y tomar acciones para hacer de las ciudades, comunidades más seguras y más habitables para todos.

 

Se reconoce que las ciudades son uno de los principales causantes de las emisiones de gas de efecto invernadero. Por consiguiente, las ciudades pueden desempeñar una función fundamental en la mitigación del cambio climático mediante la promoción de la eficiencia energética a través de una planificación del uso de la tierra más adecuada, una gestión urbana más eficiente y prácticas de construcción ecológicas.

Al mismo tiempo, la vulnerabilidad de las ciudades ante los efectos del cambio climático constituye una cuestión que suscita enorme preocupación. Nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de que se conozcan los efectos del cambio climático en todos los aspectos de la vida humana. Como en el caso de la crisis financiera, los menos responsables del problema, es decir, los pobres de las zonas urbanas, son quienes se ven más gravemente afectados por el mismo. Esas tendencias, en el contexto de un mundo en rápida urbanización, marcan un momento definitorio en la convergencia de los programas de asentamientos humanos y los programas sobre el medio ambiente, y en la necesidad de crear un puente entre las que, durante mucho tiempo, se han considerado como dos esferas distintas para la adopción de políticas y de medidas.

Las ciudades son el mayor legado de la humanidad y el logro más importante de nuestra civilización. En todo el mundo y con el paso de los siglos, las ciudades han soportado guerras, hambre, desastres naturales, epidemias, la caída de los imperios y la desaparición de los dioses, reyes y reinas para quienes fueron construidas, y pese a todo han sobrevivido.
Aun así, tenemos que seguir perfeccionando nuestras ciudades, es decir, hacerlas mejores para quienes viven en ellas y para quienes han de nacer en un mundo que de aquí en adelante será predominantemente urbano. Hoy en día, media humanidad vive en pueblos y ciudades, y las tendencias indican que la cifra aumentará a dos tercios en las dos generaciones próximas.

Por ese motivo, el tema seleccionado para el Día Mundial del Hábitat es “Una mejor ciudad para una vida mejor”, es tan importante para todos nosotros. A eso yo le agregaría “una ciudad más inteligente”, porque solo una ciudad inteligente puede dar a sus habitantes una vida mejor en la nueva era urbana de nuestro planeta, una era en la que nos adentramos con muchos interrogantes, sobre todo en lo que hace al impacto mundial del cambio climático.
Tenemos a nuestra disposición todas las herramientas de las buenas prácticas científicas para mitigar la mayoría de esos problemas. También contamos con las herramientas y los conocimientos prácticos necesarios para la buena gobernanza, la educación –en particular de mujeres y niñas–, los servicios de salud, las instalaciones sanitarias para todos y la eficiencia energética.

Inga Björk-Klevby, Oficial a Cargo de ONU-HABITAT, Asesora del Secretario General de Naciones Unidas y Directora Ejecutiva Adjunta de ONU-HABITAT nos esgrime:

“Somos inteligentes, pero tenemos que ser más inteligentes todavía. Y el Día Mundial del Hábitat 2010 es una buena oportunidad para poner de relieve cinco pasos estratégicos que podemos dar:
1.
Mejorar la calidad de vida, especialmente la de los 1.000 millones de personas de todo el mundo que, según se estima, viven en barrios de tugurios y otras viviendas deficientes. Para que todas las personas tengan una vida mejor, es fundamental ampliar el acceso a viviendas seguras y adecuadas y garantizar la seguridad en la tenencia y los servicios básicos y sociales como la salud y la educación.
2. Invertir en capital humano. Es una condición sine qua non para alcanzar el desarrollo socioeconómico y una distribución más equitativa de los beneficios que brindan las ciudades. Además, permitirá que las ciudades y regiones apliquen las políticas con más eficacia y se aseguren de que estas estén adaptadas como corresponde a las necesidades locales.

3. Promover oportunidades económicas sostenidas. Las ciudades pueden estimular el crecimiento económico sostenido de los pobres mediante proyectos que requieran alta densidad de mano de obra, entre los que cabe mencionar principalmente las obras públicas y la industria de la construcción. Las ciudades del mundo en desarrollo están empezando a proporcionar cobertura de seguridad social para ampliar el acceso a las oportunidades económicas de quienes suelen quedar excluidos.
4. Ampliar la inclusión política. Hoy en día, cada vez más autoridades nacionales y municipales comparten la misma filosofía básica: acercar el gobierno a la gente común fomentando el compromiso mutuo. Esto implica hacer participar a las personas y los barrios en el diálogo y la toma de decisiones como aspecto fundamental de la democracia local.
5. Promover la inclusión cultural. Desde siempre la cultura ha quedado fuera de los programas convencionales de desarrollo a nivel internacional. Cada vez son más las políticas locales de desarrollo que tienen en cuenta la dimensión cultural de la vida urbana, por ejemplo, el capital social, la tradición, los símbolos, el sentido de pertenencia y el orgullo del lugar. Esta dimensión permite integrar a las minorías étnicas, preservar los valores regionales, salvaguardar la diversidad lingüística y religiosa, resolver conflictos y proteger el patrimonio.
Adentrándonos como estamos en un mundo de ciudades mejores con políticas más inteligentes, son estos los cinco catalizadores esenciales para alcanzar el éxito y una vida mejor para todos.”

Fuente:

Naciones Unidas

Unicef