Me he dado cuenta de lo aficionados que sois los humanos a la artesanía y las artes decorativas, así que, por curiosidad, he visitado museos (virtualmente: no está muy bien visto tener a un cangrejo de río paseando por las salas) y me he fijado en la gran cantidad de objetos que están hechos de materiales procedentes de animales. Algunos no implican daños, como puede ser el nácar, que puede sacarse de conchas abandonadas; pero otros como el carey implican la muerte del animal. Hoy os hablo de las tortugas marinas de las que procede este material: las tortugas carey.

Ni los científicos se aclaran con estas tortugas marinas

Ciertamente estas tortugas marinas tienen un caparazón hermoso, pero mejor en ellas que en un joyero. Imagen: U.S. Fish and Wildlife Service Southeast Region

Ciertamente estas tortugas marinas tienen un caparazón hermoso, pero mejor en ellas que en un joyero.
Imagen: U.S. Fish and Wildlife Service Southeast Region

Las tortugas carey (no confundir con Mariah) han tenido varios nombres científicos: Linneo, el primero en describirla en 1766, le dio el nombre de Testudo imbricata; Fitzinger en 1843, le dio el nombre más utilizado actualmente, Eretmochelys imbricata y años después, en 1857, se la denominó Eretmochelys imbricata squamata, nombre que no se usa. Existen dos subespecies, una que habita en el AtlánticoEretmochelys imbricata imbricata- y otra en el área indopacíficaEretmochelys imbricata bissa-.

A estas tortugas marinas les encantan las aguas tropicales, prefiriendo las zonas de manglares y arrecifes de coral, donde las aguas son cálidas y someras. Son omnívoras, pero tienen una especial preferencia por las esponjas (¡cuidado Bob!) aunque tampoco les hacen ascos a las medusas.

No se conoce mucho acerca de sus ciclos vitales. Los intervalos de anidación, la época de apareamiento y el número de huevos en las puestas varía en función de la zona en la que habiten. Se estima que pueden vivir entre los 30 y 40 años. Se han encontrado híbridos de tortugas carey con otras tortugas marinas como la boba o la verde.

El carey en los tocadores de las damas

Purera, pitillera y cerillera de carey. Pertenecientes a la colección del Museo del Romanticismo de Madrid.

Purera, pitillera y cerillera de carey.
Pertenecientes a la colección del Museo del Romanticismo de Madrid.

Los orientales, chinos y japoneses principalmente, se las comen (en serio ¿qué no comen los asiáticos?), pero el principal factor de amenaza ha sido (y por desgracia sigue siendo) el uso de su concha como elemento decorativo. Desde 1600 hasta 1900, aproximadamente, se ha empleado en todo tipo de objetos (especialmente para las damas de la alta sociedad) como pueden ser abanicos, peines, espejos, polveras, joyeros y muebles en general. Junto con el nácar, el carey era un material muy apreciado por las clases pudientes. En la actualidad el uso de estas tortugas marinas para objetos decorativos esta totalmente prohibido en todo el mundo, y tampoco se permite comerlas. Aún así el mercado negro está plagado de caparazones de estas pobres…

La UICN la ha catalogado como en peligro crítico (CR), en España como en peligro (EN) y está incluida en el Catalogo Nacional de Especies Amenazadas (su tenencia y trafico está penado). Además, estas tortugas marinas están protegidas por el convenio internacional CITES, referente al trafico y venta de animales salvajes.

El carey puede ser un material hermoso, pero si es falso y no procede de una pobre tortuga marina, mejor; no lo olvidéis.