La abeja uno de los insectos más importantes para el medio ambiente y el ser humano. No solo por la producción de miel, sino también por su papel fundamental en la polinización de la mayoría de los principales cultivos de frutas, hortalizas y vegetales. Una ardua labor, se calcula que la tercera parte de los alimentos que comemos son polinizados por insectos, fundamentalmente abejas.

Desgraciadamente, miles de millones de abejas están muriendo en todo el mundo y nuestra cadena alimentaria se encuentra en peligro. Científicos de la Universidad de Florida han llevado a cabo una investigación relacionada con este mal, denominado Desorden del Colapso de las Colmenas (CCD por su sigla en inglés), que ha significado la desaparición de más de un tercio de las abejas productoras de miel en los EE.UU. La causa se debería a la exposición de las larvas de las abejas a un coctel de agrotóxicos usados frecuentemente como pesticidas, especialmente los Neonicotinoides, tales como Imidacloprid.

La alarma ha saltado también a Europa, y Francia, Alemania e Italia han prohibido el uso de un tipo de pesticidas (nicotinoides) sospechosos de estar tras la preocupante reducción de las poblaciones de abejas. Tras la prohibición se ha observado una importante recuperación de las poblaciones de abejas.

Reino Unido es la zona más afectada por este problema en la Unión Europea, según revela un estudio de la Universidad de Reading, donde la pérdida de ejemplares es el doble de rápido que en el resto de Europa.

Un número de compañías químicas están ejerciendo una enorme presión para lograr que los pesticidas asesinos se mantengan en el mercado. Un documento secreto de la Agencia de Protección Ambiental estadounidense (EPA) revela que reguladores estadounidenses conocían los peligros de los pesticidas, y aun así los ignoraron. El documento dice que uno de los productos de Bayer es «altamente tóxico» y que presenta un «grave peligro para la abejas».

No podemos seguir dejando nuestra delicada cadena alimentaria en manos de investigaciones coordinadas por compañías químicas y reguladores, a menudo bajo el control de aquéllas. La prohibición de estos pesticidas nos acercará a un mundo más seguro y limpio para nosotros, y también para las demás especies de las que dependemos y a las que queremos proteger.

Generemos un ensordecedor “zumbido” mundial para que estos peligrosos productos químicos se prohíban en los EE.UU y en la UE hasta que, y sólo en el caso de que, se demuestre que son seguros.

Firma la petición para salvar a las abejas y, con ellas, a nuestros cultivos, y comparte este mensaje con todos tus conocidos.