El coltán, mineral formado por Tantalita y Columbita, es un gran negocio para todo el mundo menos para el Congo, la ignorancia occidental o la de mirar para otro lado, no sirve para frenar la codicia desmedida por la explotación de este mineral que está acabando con miles de vidas humanas, y está provocando el empobrecimiento y explotación de los congoleños, en este mismo momento que estás leyendo este artículo.

coltán, el mineral de la muerte

Imagen de una mina de Coltán. Primer reportaje de «En tierra hostil» de Antena 3

 ¿Por qué es tan importante el coltán?

La explotación sin control del coltán, un mineral del que están compuestos todos los móviles, tabletas y demás dispositivos electrónicos del mercado, está afectando al medio ambiente y a la salud de la población del Congo, primer país productor. Este mineral se extrae en condiciones infrahumanas, y la rivalidad entre poblaciones por su extracción, ha provocado además de conflictos bélicos, situaciones de abusos de menores, deforestación y aniquilación de la fauna.

Nuestro consumismo está provocando estos graves problemas sociales y ambientales a miles de kilómetros de donde vivimos. La necesidad de organizar la economía según la justicia, el respeto al hombre y el consumo de recursos naturales no es ya una cuestión de opción moral o política. Es un imperativo vital y exige a todos poner de nuestra parte.

El coltán está directamente relacionado con la Guerra del Congo

El mineral coltán, es el causante de un conflicto bélico que se ha cobrado la vida de cuatro millones de personas desde 1997 y la desaparición de poblaciones de gorilas en la república democrática del Congo. Uganda y Ruanda se aprovechan sin corazón para matar y violar en masa a la población, convirtiendo esta región un un genocidio orquestado, donde los países del primer mundo miran para otro lado sin hacer nada.

La extracción de coltán, un mineral muy escaso y que es empleado para uso de alta tecnología; ha provocado un largo conflicto bélico interno en el país, que desde 1997 (una década) hasta nuestros días, ha causado más de cuatro millones de muertes. El control por las minas de este mineral escaso, así como por la extracción de diamantes, ha originado que este conflicto durara tantos años y se cobrase tantas muertes ante los ojos cerrados de la comunidad internacional. Han existido y existen aún verdaderas hambrunas en muchas regiones de este país que soporta una deuda externa casi insostenible. Sin embargo, es uno de los países con mayor riqueza, siendo “La cuenca del río Congo”, la segunda selva más importante de la tierra.

En las montañas del parque Nacional Kakuzi Biega, donde se extrae el Coltán, han acabado además con la vida de cientos de gorilas, perdiéndose para siempre poblaciones muy importantes para la supervivencia de este simio en peligro de extinción. Además para la declaración de Parque Nacional, se expulsó a tribus indígenas abandonándolas a su suerte sin que nada se haga por ellas. Los niños mueren de enfermedades y malnutrición cada día porque son incapaces de conseguir un hospital mejor equipado.

Piedra de Coltán

Coltán, el oro del siglo XXI

Miles de civiles han huido al interior de la selva, donde se enfrentan al hambre y a las enfermedades. En menos de una década se calcula que han muerto cuatro millones de personas, sobre todo de hambre y enfermedades causadas por el conflicto. Ha sido la guerra que más muertes ha generado desde la segunda guerra mundial, con mil víctimas mortales diarias. Otros miles acabaron con sus manos mutiladas, violaciones a menores y hasta la incalificable aberración de obligar a padres a cometer canibalismo con sus propios hijos una vez asesinados. Un verdadero infierno en la que el mundo cerró los ojos por claros intereses económicos. Mercenarios extranjeros alimentaban los enfrentamientos cambiando armas por los preciados metales, mercenarios pagados por el mundo civilizado, el mismo que utilizaba las materias primas con olor a muerte, el mismo que se horrorizó de las matanzas, el mismo que mando a los cascos azules a no hacer nada.

Pero todos estos movimientos tanto de unos países africanos a otros, fueron consentidos por la Comunidad Internacional que sacaba beneficio de este conflicto y quien de verdad sufrió las consecuencias y que aún las sufre, es el pueblo, las aldeas, los nativos. La guerra ha acabado, pero la presión del propio Gobierno de la RDC y de las multinacionales que operan bajo la capa protectora del Gobierno, siguen devastando las selvas, empleando mano de obra barata y mal pagada a niños y mujeres, permitiendo que sus ciudadanos mueran de hambre y por falta de medios sanitarios. El dinero que recibe el gobierno de la RDC de la UNESCO por la declaración de Patrimonio de la Humanidad de la parte que le corresponde del Parque nacional de Virunga, donde se encuentran los últimos gorilas de montaña, en lugar de ser empleado para escuelas, ayuda sanitaria y mejorar la vida de los pigmeos y nativos que viven junto a orillas del Parque Nacional, es desviado para los intereses de Estado que no son ni mucho menos la ayuda a las poblaciones necesitadas.

No se soluciona el problema sólo con reciclar los móviles

FairPhone, con coltán de comercio justo

FairPhone, el primer móvil comprometido, con Coltán de comercio justo

La explotación del coltán no repercute en la mejora económica de la población, desde la llamada “fiebre del coltán”, la Republica del Congo es cada vez más pobre. Es importante reciclar los teléfonos móviles para reducir la cantidad de basura electrónica que termina en los vertederos, con componentes peligrosos que provocan graves problemas de contaminación de suelos y aguas. Pero lamentablemente, esto no soluciona el problema de fondo de la explotación de el coltán.

Se debería exigir una legislación en estos países de origen y a los fabricantes para que no exista esta explotación de los congoleños. El Congo está en el punto de mira de los fabricantes de móviles, que se escudan en que la cadena de suministros es muy grande y no pueden controlar de donde procede el coltán. Pero ya hay iniciativas como el proyecto Fairphone que fabrica Smartphones comprometidos con el planeta, la sociedad y el medio ambiente. Con una política de transparencia y buenas prácticas, es el primer teléfono que certifica la procedencia del coltán y diseñado con materiales reciclables.

Se debería exigir transparencia a los fabricantes de SmartPhones para librarlos del coltán manchado de sangre. En este aspecto el consumidor tienen mucho más poder del que pensamos para poder frenar este genocidio. Pero claro esto encarecería el material, afectando al producto final. Es una pena que toda esta masacre esté provocada por la avaricia del hombre, como dijo Quevedo, ‘Poderoso caballero es Don dinero’.

Fuente: «COLTAN: EL MINERAL DE LA MUERTE«