Viviendo en la sociedad de la información, suena a chiste que cada vez nos encontremos más desinformados respecto al origen de los distintos alimentos, un truco publicitario que tiene todas las de ganar. La razón es muy sencilla: en el famoso packaging de los productos la letra viene cada vez más pequeña, por lo que es imposible averiguar cuando vas a adquirir el sustento diario, lo que estás metiendo en la cesta de la compra. Necesitaríamos, literalmente, una lupa incluso los que no necesitamos gafas para leer; para saber lo que nuestras bocas engullirán plácidamente ajenas al peligro.

Un peligro que lejos de ser algo factible en unos segundos u horas, va menoscabando las defensas del organismo y a la larga dejándole preparado para enfermar. Estos riesgos innecesarios se encuentran precisamente en los malqueridos aditivos, esas sustancias que por arte de birlibirloque invaden nuestra comida para hacerla más sabrosa, rica, olorosa e imperecedera. Un truco de mago genial que satisface nuestra ansia de alimentarnos rápido, en cualquier lugar y momento.

Por ello, os dejo una lista de los más peligrosos para la salud, basados en el libro “Alimentación ecológica. Calidad y salud” de la doctora María Dolores Raigón, Ingeniera Agrónoma y profesora del área de Edafología y Química Agrícola de la Universidad Politécnica de Valencia, editado por la Junta de Andalucía.

Seguro que después de leer una lista sin fin, que cada día aumenta, empezaréis a pensar en consumir más productos naturales y ecológicos.

En España se admiten los aditivos aprobados por la Comunidad Europea, designados con números que comienzan por la letra E, seguidos de tres dígitos, donde el primero indica el tipo de aditivo (colorantes el 1, conservantes el 2, antioxidantes el 3, etc.). En total, están autorizados 345 aditivos.

Aditivos que nos dan un mejor aspecto a la comida:

• Emulgentes o emulsionantes que otorgan a los productos una textura consistente y
homogénea e impiden que se separen.
• Estabilizantes y espesantes que les dan textura suave y uniforme.
• Espesantes.
• Gelificantes.
• Humectantes.
• Antiapelmazantes.
• Antiespumantes.
• Antiaglutinantes que ayudan a sustancias como la sal a fluir con libertad

Emulsionantes, espesantes y estabilizantes (entre E400 y E499):

Se utilizan para modificar la textura de los alimentos elaborados, ya sea para aumentar su volumen (como en algunos yogures), para espesarlo o bien para estabilizar las emulsiones, aumentando la cremosidad.

E431-E436. Son estearatos de polioxietileno. En España está autorizado su uso en confitería, repostería y elaboración de galletas. Estos emulsionantes son capaces de inducir alteraciones en el estómago con deficiencias nutricionales.

E450-452, son los polifosfatos sódico, potásico y cálcico. Bloquean algunas enzimas y producen descalcificaciones y cálculos renales en animales.

E460-E466. Son derivados de la celulosa y pueden disminuir la asimilación de ciertos nutrientes.

E475 (ésteres poliglicéridos), pueden producir trastornos del aparato digestivo.

E477 (ésteres del propano) pueden provocar cálculos renales

Aditivos que mejoran o corrigen las propiedades de los alimentos:

• Gasificantes.
• Reguladores del pH. Para prevenir la fermentación o controlar la acidez/alcalinidad.

Aditivos que evitan alteraciones biológicas y químicas:

Conservantes que retrasan el deterioro del producto causado por aire, bacterias, hongos y levaduras. Las enfermedades bacterianas pueden causar enfermedades que pueden poner en riesgo la vida.

Antioxidantes que protegen y evitan que los alimentos con alto contenido graso se enrancien o pierdan el sabor. También evitan que las verduras o frutas pierdan su valor comercial al colorearse cuando son expuestos al aire.

Aditivos que pueden modificar los caracteres organolépticos, como el sabor, el olor y el color de los alimentos:

Agentes aromáticos. Se emplean muy ampliamente y cuentan con poco control, ya que los fabricantes no están obligados a definir su composición en el etiquetado. Algunos de ellos son peligrosos.

Colorantes que mejoran la apariencia de ciertos alimentos para satisfacer las expectativas de los consumidores. Los más conflictivos son los siguientes:

Los azoicos (E102, E110, E123, E124, E154 y E155), utilizados para obtener el color
de algunos dulces, etc. Se han relacionado con reacciones alérgicas, sobre todo en niños, por consumo excesivo de golosinas coloreadas, o con el uso excesivo de tartracina (E102), colorante amarillo empleado en algunos guisos.

La cochinilla (E120) de color rojo, obtenida de un insecto. Puede ser peligrosa para los niños o si se combina con analgésicos.

La azorrubina (E122) de color rojo, prohibida en varios países por producir anemias, linfomas y tumores

El amaranto (E123) de color rojo, prohibido en varios países por producir alteraciones
en los cromosomas.

La eritrosina (E127) de color rojo, inhibe la acción de la pepsina y altera la función tiroidea y puede causar en cantidades elevadas hipertiroidismo y fototoxicidad.

El rojo allura, el azul brillante y el marrón HT (E129, E133 y E155), empleados para
colorear carnes frescas.

El caramelo (E150) ha provocado alteraciones sanguíneas y deficiencia de vitamina B6
en animales.

El colorante negro (E153) obtenido del carbón vegetal, peligroso porque puede contener hidrocarburos cancerígenos.

El negro brillante (E151) se convierte en tóxico por la acción del calor, y está prohibido en varios países.

El betacaroteno (E160) confiere a frutas y verduras tonos entre amarillos, anaranjados y rojizos, se usa en mantequillas y margarinas, entre otros alimentos. Puede causar elevadas intoxicaciones si se consume en gran cantidad.

La cantaxantina (E161g), de color rojo semejante al del pimentón. Su uso está muy extendido como aditivo en el alimento suministrado a truchas o salmones criados en piscifactorías, y también en el suministrado a las gallinas de puesta, por aportar que la carne de los peces o la yema de los huevos tenga un color más intenso. La utilización de grandes cantidades de este aditivo dio lugar a la aparición de problemas oculares.

El dióxido de titanio (E171) empleado en la decoración de pasteles, puede bloquear la
oxidación celular, en especial en hígado y riñones.

Conservantes antimicrobianos (E200-299) y antioxidantes (E300-399):

Antimicrobianos:

E210-213 (ácido benzoico y sus sales) utilizado en la conservación de marisco, bebidas refrescantes, zumos y mermeladas. El ácido benzoico es especialmente eficaz en alimentos ácidos. Sus principales inconvenientes son el que tiene un cierto sabor astringente poco agradable y su toxicidad

Sus principales inconvenientes son el que tiene un cierto sabor astringente poco agradable y su toxicidad, puede producir problemas neurológicos si se combinan con sulfitos, además de asma y urticaria si se combina con ciertos colorantes.

E220-228 (sulfitos), se han dado casos de hipersensibilidad en personas asmáticas y con acidez gástrica. Utilizados principalmente en bebidas alcohólicas, frutos secos y en los zumos.

E230-233 (difenilo y derivados), admitidos sólo en el tratamiento antimicótico de la
superficie de cítricos y otras frutas, como los plátano. No se elimina por el lavado y puede producir irritaciones en ojos y nariz y agravar afecciones renales y hepáticas.

E249-252 (sales sódicas y potásicas de nitritos y nitratos), su empleo se restringe a alimentos que pueden ser contaminados por Clostridium botulinum, causante del botulismo. Su uso como aditivos presenta incuestionablemente ciertos riesgos, el primero es el de la toxicidad aguda por destrucción de los glóbulos rojos y el segundo el de la formación de compuestos cancerígenos (nitrosaminas).

Antioxidantes:

E320 y E321 (butilhidroxianisol, BHA y butilhidroxitolueno, BHT). Se utilizan para proteger las grasas utilizadas en repostería, fabricación de galletas, sopas deshidratadas, etc. Pueden aumentar el colesterol y producir alergias. De difícil eliminación y se acumula en el organismo, Se han observado efectos que potencian la acción de ciertos carcinógenos en animales de laboratorio.

E330-333 (ácido cítrico y sus sales) empleados en gran variedad de alimentos sin efectos nocivos. El ácido cítrico potencia la acción antioxidante de la vitamina C. En algunos casos puede provocar urticaria y edemas.

E338-343 (ácido fosfórico y sus sales).

En productos lácteos se utilizan los fosfatos como estabilizantes de la leche UHT y esterilizada clásica, para evitar su gelificación, y también en la evaporada, condensada, nata y en polvo. Usados además en los productos cárnicos, disminuyen la pérdida de agua y aumentan la jugosidad. Pueden producir desórdenes digestivos por disminuir la absorción de calcio, hierro, magnesio y otros minerales esenciales, por lo que pueden ocasionar descalcificación en los niños.

 

Potenciadores de sabor (de E620 a E640):

E620-625 (ácido L-glutámico y sus sales. Con este aditivo algunas personas desarrollan el «síndrome del restaurante chino», que provoca distintos problemas gastrointestinales, visión borrosa, dolores de cabeza, debilidad, y diversas patologías con sudoración y enrojecimiento.

E626-635 (ácido guanílico y sus sales de sodio, potasio y calcio; ácido inosínico y sus sales de sodio, potasio y calcio). Las personas con un exceso de ácido úrico deben evitar alimentos ricos en estos componentes, ya los contengan en forma natural o como aditivo, ya que el ácido úrico es el producto final de su metabolismo.

Edulcorantes:

E951 (aspartamo). El aspartamo se transforma inmediatamente en el organismo en fenilalanina, ácido aspártico y metano. Dosis elevadas de fenilalanina en la sangre están relacionadas con retraso mental severo, una enfermedad congénita rara, fenilcetonuria, producida por la carencia de un enzima esencial para degradar este aminoácido.

E952 (ciclamato), son empleados en alimentos de pocas calorías, como refrescos, yogures, etc. Potencia el efecto cancerígeno de otras sustancias. Se han publicado trabajos indicando que, en animales de experimentación, dosis altas de esta sustancia actúa como cancerígeno y puede producir defectos en los fetos. También se sabe que eleva  la presión sanguínea y puede producir  atrofia testicular.

E954 (sacarina), se ha visto la aparición de cáncer de vejiga en las ratas.

Polioles: E420 (sorbitol, empleado también como espesante, se obtiene del maíz y está presente de forma natural en algunas frutas), E421, E953 (isomaltosa), E965 (maltitol), E966 (lactitol), E967 (xilitol). Pueden provocar dolores abdominales, mareos, flatulencias y diarreas.