El contacto directo con la naturaleza tiene efectos beneficiosos para la salud humana y mejora el comportamiento de las personas, haciendo que sean más generosas y sociables. Al menos, esa es la conclusión a la que numerosos investigadores han llegado tras años de investigaciones.

Científicos del Laboratorio de Paisaje y Salud de la Universidad de Ilinois (EEUU) han estudiado el comportamiento y la salud de comunidades humanas que se diferencian en un factor que consideran determinante: la presencia en zona de espacios verdes. El verde es un color que evoca sentimientos de confort y relajación, que nos provoca calma cuando estamos estresados,según señalan los estudiosos de la colorterapia.

El responsable de esta investigación, Frances Ming Kuo hace una analogía entre el ser humano y otros animales que por acción humana viven en ambientes ajenos a su hábitat para explicar el efecto restaurador de la naturaleza. Kuo contempla que si los animales de laboratorio sufren alteraciones por vivir encerrados fuera de su ambiente natural, a las personas les ocurre lo mismo al vivir encerradas en ‘jaulas’ de cemento y hormigón lejos de la naturaleza que es su hogar.

Entre las conclusiones de las investigaciones realizadas por el equipo de Kuo están las relativas al comportamiento humano. Las personas que viven en contacto con un entorno natural son más tranquilas, amables y sociales, los crímenes en estas regiones son menores y se generan fuertes lazos vecinales. En cambio, en regiones con menos espacios verdes, la gente suele ser más solitaria, no se generan tales lazos interpersonales y aumenta el indice de criminalidad.

Pero los estudios del equipo de Kuo no se quedan aquí, con anterioridad ya habían analizado la relación entre la ausencia de un entorno natural y la irritabilidad, la disciplina y el desarrollo infantil respecto a la presencia y ausencia de zonas verdes, y otros muchos temas relacionados, como los procesos depresivos y la mejora de los síntomas de los mismos con el contacto natural.

Richard Ryan, profesor de psicología de la Universidad de Rochester, ha colaborado en otro estudio al respecto titulado El contacto con la naturaleza refuerza la vitalidad del ser humano y afirma que ‘la naturaleza es el combustible del alma’. Este estudio ha demostrado que las personas con una mayor carga anímica de vitalidad no sólo tienen más energía para las cosas que quieren hacer, sino que son más resistentes a las enfermedades. Y en todo esto, la naturaleza tiene un papel importante ya que el contacto con la misma, según este estudio, aumenta la vitalidad del ser humano.

Pero no solo el equipo de Kuo estudia la relación de la salud y el comportamiento humano con la naturaleza. Existen infinidad de estudios al respecto, sobre todo los realizados con niños que concluyen que es importante que los mismos tengan un contacto con el medio natural para lograr adultos equilibrados y sanos, física y mentalmente.

Hace unas semanas, un informe elaborado por EUROPARC – España muestra que el contacto con la naturaleza reduce la frecuencia cardíaca y elimina el estrés y muestra el potencial estabilizador de las zonas verdes tanto en adultos como en niños. Con el ritmo de vida que el ser humano lleva actualmente, sobre todo los habitantes de las grandes ciudades, estos estudios confirman la necesidad de mejorar las zonas verdes de los núcleos urbanos a fin de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

En España, el 28% del territorio está bajo distintas figuras de protección, señala EUROPARC. Existen, junto a los parques nacionales y naturales al menos 225 centros de visitantes y 270 puntos de información. Es preciso informar de los beneficios para la salud de estos espacios naturales, apostar por una gestión efectiva, realizando actividades naturales en estos entornos para concienciar del valor de los mismos.

Pero también hay que destacar el valor de las áreas verdes dentro de las ciudades, gestionando correctamente parques y jardines para encontrar zonas de reposo verde entre el gris de los edificios.