¿Te cuesta levantarte cada mañana o acostarte cada noche porque no te sientes lleno/a? La insatisfacción ha acompañado al hombre desde que existe en la faz de la Tierra. No eres el único/a, por eso uno de las mejores iniciativas es conversar abiertamente de tus preocupaciones o inquietudes sobre tu existencia.

Habla, charla, dialoga

Contacta con alguien que sepa escuchar, puede ser de tu entorno o no, y que valore ese primer paso que estás dando. Puede resultar muy duro para algunas personas, pero ese pequeño sufrimiento, merece la pena. Gracias a Internet es fácil poder comunicarse con otros individuos o grupos que pasan por una misma situación. ¡No desaproveches esta herramienta tecnológica!

Normalmente, se organizan charlas, encuentros o reuniones (tanto por chat, como físicamente) para dialogar sobre estos temas por los que todos alguna vez en la vida hemos pasado o pasaremos, de eso no hay duda. Tal vez con un pequeño empujón puedas ver la luz al final del túnel, y empezar a ver la vida de forma positiva.

Tú y el desapego

La vida es un regalo, y como tal, hay que disfrutarlo cada día, cada instante. Nada cambiará, si tú no cambias. Hay que modificar los factores para alterar el producto. Porque el cambio viene de dentro, o mejor dicho, tú como individuo eres el que puedes modificar tu existencia. Nadie más que tú.

A las personas nos ocurren hechos por diversas circunstancias, pero depende de cómo controlemos nuestras emociones y sentimientos podrán alterar nuestro equilibrio interno y externo. Eso no significa ser frío, ni tener cero empatía. Puedes aceptar y comprender lo que sucede, sin que se te vaya la vida en ello.

El desapego en numerosos momentos de la vida es fundamental. Las nuevas corrientes filosóficas y psicológicas lo incluyen como una arma fundamental para poder ser uno mismo, y no vivir la vida de otros. Tenemos que vivir la vida que deseamos nosotros mismos, no la que desean nuestros padres, maridos, hijos, tíos o jefes.

El dramaturgo inglés William Shakespeare ya lo tenía claro:

«En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que queremos ser».

Se podría añadir: «o lo que quieren que seamos». Muchas veces nuestro entorno familiar o laboral, sobre todo, nos hace vivir una vida sin sentido. Por eso, hay que cortar con las ataduras y desligarse de lo que no queremos ser. Siempre hay que intentar llevar la vida con la mayor coherencia posible con uno mismo, sino no estás viviendo tu propia vida, estás viviendo la de otros.

Siddhārtha Gautama lo explicó con esta frase:

«El origen de nuestros sufrimientos es el apego, que crea la ilusión del ego».

No todo el mundo reacciona de la misma forma, ante un mismo acontecimiento. De la misma manera, que no a todos nos gustan los mismos colores, olores o alimentos. Cada ser es único y con una personalidad distinta. Pero aún así, siempre encontrarás a alguien que te reconforte con sus palabras o sus gestos, a pesar de que no comparta tus preocupaciones.

¿Realmente, te conoces?

Aunque, hay que personas que comulgan mejor con la soledad. Muchas veces nos encontramos más a gusto conversando con nosotros mismos, un diálogo que lejos de parecer una locura, es sumamente beneficioso para nuestra salud, repercutiendo de forma muy positiva en todo nuestro ser y en el ámbito que le rodea.

Solo tienes que investigar y descubrir, ir poco a poco conociéndote. Parece mentira, pero la edad cronológica, no tiene nada que ver con ello. Hay individuos que no se han parado ni un solo instante a desvelarse tal y como son a lo largo de su dilatada vida.

Todos podemos renacer de nuestras cenizas, como el ave fénix. Este ser mitológico, vive en cada uno de nosotros, aunque la mayoría de las veces se encuentra acurrucado, escondido y callado en nuestras entrañas.

Puede sonar a frase hecha, pero es la realidad. Solamente se despierta en casos de extrema necesidad, puede que sea ahora el momento. Mientras esperas a dar esa transformación, y si te encuentras en esa crisálida, ve fluyendo. Nada en la vida es para siempre. Fíjate en la propia naturaleza (es nuestra guía), nada es estático e inmóvil.

Positivo y feliz cada día

La felicidad está en ti mismo, no busques más lejos, ni siquiera en tu propia sombra, y solo tú puedes hallarla. Así de sencillo, y complicado al mismo tiempo. Por eso, no pierdas en tiempo en discusiones inútiles con nadie, ni por nada. 

Si quieres encontrar la verdadera felicidad, vive el presente como si fueras un niño, y como si cada vez fuera la primera. El propósito de la vida es ser felices.