El próximo 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales 2020. Una jornada en la que se quiere un compromiso por parte de todos para su conservación. Con el lema, «Los humedales y la biodiversidad», se pone el foco de atención en que su supervivencia y su mantenimiento son esenciales para multitud de especies vegetales y animales que viven en ellos de forma permanente o temporal.

Las zonas costeras son uno de los ecosistemas más castigados por la urbanización.
En el mundo, se han perdido hasta un 87% del total de humedales existente desde 1700. Se pierden humedales tres veces más rápido que los bosques.
Los humedales naturales (superficiales) continentales están dominados por tres amplias clases: turberas, marismas y pantanos en suelos aluviales, y lagos naturales. En conjunto, éstos constituyen alrededor del 80% de la superficie mundial de los humedales continentales superficiales. Las turberas en su conjunto constituyen más del 30% de los humedales continentales.
Desaparece la biodiversidad
La Convención RAMSAR ha indicado en su último informe de 2018 que las especies dependientes de humedales están en grave declive. Desde 1970, la disminución ha afectado al 81% de las poblaciones de especies de humedales continentales y al 36% de las especies costeras y marinas.

Los cangrejos son una de las especies que más han sufrido las consecuencias de la desaparición de su hábitat.
Los niveles más altos de amenaza de animales en extinción (más de un 30% de las especies amenazadas a escala mundial) corresponden a las tortugas marinas, la megafauna dependiente de los humedales, los reptiles de agua dulce, los anfibios, los moluscos no marinos, los corales, los cangrejos y los cangrejos de río. El riesgo de extinción parece estar aumentando. La mayoría de las poblaciones están disminuyendo a largo plazo.
Las especies de las regiones interiores dependientes de los ríos y arroyos están más amenazadas a nivel mundial (un 34%), que las de los pantanos y lagos (un 20%).
Agua contaminada
- La pérdida de humedales continúa con impactos negativos directos y medibles en la calidad y disponibilidad de agua, seguridad alimentaria, biodiversidad y secuestro de carbono.
- La salinidad ha aumentado en muchos humedales, incluso en las aguas subterráneas, dañando la agricultura.
- Los óxidos de nitrógeno de los combustibles fósiles y el amoníaco de la agricultura causan deposición ácida.
- El drenaje ácido de las minas es un contaminante importante. La contaminación térmica de las centrales eléctricas y de la industria provoca una disminución del
- oxígeno, altera las cadenas alimentarias y reduce la diversidad biológica.
- Al menos 5,25 trillones de partículas plásticas persistentes están a flote en los océanos del mundo y tienen enormes impactos en las aguas costeras.
- En casi la mitad de los países de la OCDE, el agua de las zonas agrícolas contiene pesticidas por encima de los límites nacionales recomendados.
Ecosistemas insustituibles
- Los humedales son uno de los ecosistemas más productivos desde el punto de vista biológico.
- Desempeñan un papel importante en el ciclo del agua, pues reciben, almacenan y liberan agua, regulan los flujos y contribuyen a sustentar la vida.
- Los canales fluviales, las llanuras de inundación y los humedales conectados realizan un papel importante en la hidrología, pero muchos humedales «geográficamente aislados» también
son importantes. Sin embargo, el cambio en el uso de la tierra y la infraestructura de regulación del agua han reducido la conectividad en muchos sistemas fluviales y con los humedales de llanuras de inundación. - Los humedales regulan los ciclos de los nutrientes y de los residuos de metales y pueden filtrar estos y otros contaminantes. Almacenan la mayor parte del carbono del suelo a escala mundial pero, en el futuro, el cambio climático puede hacer que se conviertan en fuentes de carbono, particularmente en las regiones de permafrost.

Los lagos interiores requieren una vigilancia estrecha para su custodia.
Recursos naturales en los humedales
Los servicios ecosistémicos de humedales superan con creces los de los ecosistemas terrestres.
Proporcionan alimentos esenciales, como arroz y peces de aguas dulces y costeras, así como agua dulce, fibra y combustible. Los servicios de regulación influyen en el clima y los regímenes hidrológicos, y reducen tanto la contaminación como el riesgo de desastres. Las características naturales de los humedales tienen a menudo importancia cultural y espiritual.
Los humedales ofrecen posibilidades recreativas y beneficios turísticos. Si bien se dispone de algunos datos mundiales sobre los servicios ecosistémicos, se necesita urgentemente información más específica para los responsables de la toma de decisiones a nivel nacional y local.

Las cascadas o cataratas también reúnen una cantidad ingente de especies que sobreviven gracias a su presencia.
El almacenamiento y secuestro de carbono por parte de los humedales desempeña un papel importante en la regulación del clima mundial. Las turberas y los humedales costeros con vegetación son grandes sumideros de carbono.
Las marismas saladas secuestran millones de toneladas de carbono al año. A pesar de ocupar sólo el 3% de la superficie terrestre, las turberas almacenan el doble de carbono que los bosques del mundo. Sin embargo, los humedales de agua dulce son también la mayor fuente natural de metano, un gas de efecto invernadero, especialmente cuando no cuentan con un manejo adecuado. Los embalses tropicales también liberan metano, a veces compensando los beneficios anunciados de bajas emisiones de carbono de la energía hidroeléctrica.
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