La población de las especies es más pronunciada en los trópicos, siendo del 89 por ciento en América del Sur y Centroamérica. El agua dulce muestra una disminución de 83 por ciento. Estos son algunos de los datos extraídos del Informe Planeta Vivo 2018 de WWF.
Informe Planeta Vivo 2018 es la duodécima edición de la publicación emblemática de WWF. El informe incluye los últimos hallazgos medidos por el Índice Planeta Vivo, que analiza a 16.704 poblaciones de 4.005 especies de vertebrados desde 1970 hasta el 2014.
El informe presenta una descripción general del estado de nuestro mundo natural a través de indicadores como el Índice Planeta Vivo (IPV), proporcionado por la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL, por sus siglas en inglés), el Índice de Hábitat de las Especies (SHI), el Índice de la Lista Roja de la UICN (RLI) y el Índice de Integridad de la Biodiversidad (BII), así como los Límites Planetarios y la Huella Ecológica.
El Informe Planeta Vivo 2018 describe un cuadro inquietante, confirmando las preocupaciones de los científicos que durante décadas han alertado de que si seguíamos a este ritmo, estamos llevando al planeta a una sexta extinción masiva.
¿Cuáles son las causas?
Mientras que el cambio climático es una amenaza cada vez mayor, los principales motores de la disminución de la biodiversidad siguen siendo la sobreexplotación de especies, la agricultura intensiva y la degradación del suelo.
- En los últimos 50 años, la huella ecológica del planeta, un índice para medir el consumo de recursos naturales, ha aumentado casi un 190 por ciento, según señala el informe.
- El consumo humano desenfrenado es el motor detrás de esta la perdida de biodiversidad sin precedentes en el planeta, debido al aumento en la demanda de energía, tierra y agua.
- Los productos que consumimos, las cadenas de suministro que los anteceden, las materias primas que emplean y cómo éstas se extraen o fabrican tienen miles de impactos en la naturaleza que nos rodea.
- La degradación del suelo impacta gravemente el 75 por ciento de los ecosistemas terrestres, reduciendo el bienestar de más de 3000 millones de personas, con costos económicos inmensos.
- Las abejas, y otros polinizadores, fundamentales para la seguridad alimentaria mundial, están bajo creciente amenaza.
- La pesca intensiva y la contaminación por plásticos están amenazando nuestros océanos, mientras que la contaminación, y la fragmentación y destrucción de hábitats han sido catastróficos para la biodiversidad en el agua dulce.
Del Holoceno al Antropoceno
Al final de la última era de hielo, la Tierra ingresó en una nueva época geológica, el Holoceno. Este cálido período notablemente estable ha durado unos 11.700 años y podríamos esperar que continúe otros 50.000, pero la Gran Aceleración cambia todo esto. El cambio inducido por los humanos es tan grande que muchos científicos creen que estamos entrando en una nueva época geológica: el Antropoceno.
Un acuerdo entre las personas y la naturaleza
En palabras de Marco Lambertini, Director General de WWF Internacional,
«Tenemos ya el conocimiento y los medios para redefinir nuestra relación con el Planeta. No hay excusas para no hacer nada. No podemos seguir ignorando las señales de alerta; ignorarlas sería a riesgo propio. Lo que necesitamos ahora es la voluntad para actuar, y actuar de inmediato».
La primera semana de diciembre de 2018 en la ciudad polaca de Katowice se celebrará la COP24, conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático; junto con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), estipulados por Naciones Unidas para 2030, ambas iniciativas suponen una oportunidad «para revertir este impacto» sobre los sistemas naturales aunando la labor de gobiernos, empresas, financieros, investigadores, sociedad civil e individuos, «como lo hicimos en París para el clima», concluye el informe.
No hay Comentarios