El próximo 14 de marzo se celebra el Día Mundial de Acción en Defensa de los Ríos 2020, una jornada que pretende ser reivindicativa en cuanto a la necesidad de salvaguardar nuestros ríos, fuentes de vida, considerados las venas de nuestro planeta.

Día Mundial de Acción en Defensa de los Ríos 2020

Es prioritario que estas fuentes de vida tengan una protección total, y que su uso se regule de forma equilibrada para el medio ambiente.

Desertización y represas: nos quedamos sin agua

Con la desertización que está avanzando por la mayor parte de los países, a causa del calentamiento global, la posibilidad de que el cauce de los ríos permanezca y lleve el mismo caudal, es casi una misión imposible.

De ahí la necesidad de establecer políticas para que todos podamos tener agua, y en especial, para la fauna salvaje que cada vez se ve más condicionada, y termina desplazándose para encontrar espacios naturales más óptimos para la vida.

A ello hay que sumarle las represas, que los humanos hemos ido estableciendo de forma artificial para nuestros propio beneficio, pero sin tener en cuenta al resto de los seres vivos, ni el impacto ambiental que causa en los propios ecosistemas.

Eso ha ocurrido en nuestro país, y en muchos otros, pueblos y aldeas que han desaparecido bajo las aguas (desplazamiento involuntario). A pesar de que en las grandes ciudades bebemos de estos grandes espacios de almacenamiento, hay que sopesar mucho su construcción, porque los daños, en muchos de los casos, son más que los beneficios, sobre todo a la larga.

Día Mundial de Acción en Defensa de los Ríos 2020

Las zonas más desérticas dependen de su existencia.

Modificaciones con secuelas

La hidrología y la limnología cambian sustancialmente con la retención del agua. Con un agua que ha mutado su composición por no llevar el curso natural, los organismos bióticos también quedan modificados. La aparición de vegetación o de algas suelen dar muchos problemas, así como la ausencia de sedimentación en las zonas bajas de donde se construyó el embalse o la represa. Zonas que desde siempre han sido dedicadas a la agricultura, y que necesitaban el limo para producir alimentos.

Con ríos sin prácticamente caudal, si se desvía para la agricultura industrial, que gasta una cantidad de agua muy significativa, en su mayor parte, o para la industria; muchas regiones se quedarán ahogadas, nunca mejor dicho, por no disponer de recursos fluviales para abastecer las necesidades mínimas de todos y cada uno de sus componentes.

El hombre cuanto más trastoca la naturaleza, más daño la produce.

El agua que va saliendo de la represa cambia las condiciones en el río, lo que afecta a la capacidad reproductiva de las especies que allí viven, a su hábitat, con las consecuencias que conlleva, afectando tanto a la flora como a la fauna.

A todo esto, tenemos que añadir las enfermedades que en numerosas ocasiones trae consigo ese embalsamiento de agua, y la cantidad de productos químicos que se pueden encontrar en algunas de estas represas provenientes de la industria y de la agricultura. ¡La contaminación y la retención del agua es una de las combinaciones más peligrosas, no hace falta ser un científico para saberlo!

Más del 80% de las aguas residuales en el mundo se vierten a los ríos sin depurarse.

Día Mundial de Acción en Defensa de los Ríos 2020

Incluso los ríos de pequeñas dimensiones, transforman el territorio a su paso.

Ríos desprotegidos con una misión suprema

Nuestros ríos forman parte del Ciclo Hidrológico del Agua, es decir, tienen una misión relevante en el mundo. Se trata de un macrosistema conectado con el cosmos en su totalidad, y su perturbación puede tener fatales secuelas.

Uno de nuestros recursos naturales más necesarios y menos valorados, sobre todo por los urbanitas, tan lejos se han quedado o tan poco conectados se encuentran de la naturaleza, que no saben apreciar el tener agua corriente en sus casas.

Según el Convenio de Diversidad Biológica, para el 2020 el 17% de los ríos y arroyos debían de estar protegidos, casi el 70% de los tramos fluviales no disponen de ninguna zona protegida en sus cuencas y sólo el 11% disfrutan de una protección integral completa según las estimaciones

Hay que tener en cuenta, que solamente el 23% de los ríos llega de forma natural al mar, el resto ha sufrido alguna transformación realizada por la mano del hombre, según apareció publicado en la revista Nature.