La conservación de la biodiversidad autóctona es una de las claves para conseguir evitar la degradación de los ecosistemas. Por eso es necesario fomentar una protección adecuada, que pasa por desarrollar iniciativas sostenibles que conjuguen a la perfección todos los factores implicados. Esto es lo que ha ocurrido en el Proyecto Cañaveral desarrollado por Heineken España en el Parque Natural de la Albufera de Valencia.

Aspecto del Barranco del Poyo, lugar elegido para realizar la restauración ecológica.
Parque natural de la Albufera
Uno de los humedales más importantes de Europa, que forma parte de los sitios Ramsar, ha sido el espacio natural elegido para realizar distintos tipos de acciones involucradas en la protección del medio ambiente. Como la limpieza de residuos y del cauce del Barranco del Poyo situado en este enclave natural, que ha contado con una restauración ecológica y una rehabilitación hídrica, siendo el principal afluente del Parque natural de la Albufera.
«Arundo donax»
Otro de los trabajos ha sido la eliminación de la especie exótica invasora naturalizada «Arundo donax», con procedimientos mecánicos y sin uso de fitocidas, procurando no dañar el medio acuático. Lo que ha cambiado por completo el aspecto y el estado de la naturaleza en el entorno.
Se trata de una planta gramínea que en España ha tenido un gran extensión, debido a su capacidad de crecimiento y de desarrollo en prácticamente cualquier tipo de sustrato.

Instantánea de la Albufera valenciana.
Su fortaleza pasa por ser una de las plantas que más resiste a los incendios, debido a que sus rizomas comienzan a brotar después de haber sido extinguido el incendio. Una situación que pone en desventaja a las especies autóctonas que llevan un crecimiento más lento.
La caña común, como se la conoce, al consumir mucha agua para su desarrollo, provoca un aumento de la temperatura, y una disminución de la calidad del entorno, actuando como una barrera para la nidificación de aves y disminuyendo la luz necesaria para el crecimiento y la vida de otras especies animales y vegetales.
Su erradicación es urgente en muchos lugares debido a que ayuda a provocar desastres naturales cuando hay inundaciones, al taponar la salida del agua.

Cartel explicativo del Proyecto Cañaveral.
Conservación de la biodiversidad autóctona
En el lugar en donde habitaba esta especie invasora, 7,3 hectáreas, se han plantado 4.726 ejemplares de 20 especies autóctonas de vegetación de ribera de la Comunidad Valenciana (la comunidad más restrictiva en este aspecto, ya que no se permite plantar de otro tipo), que consumen hasta diez veces menos de agua. Entre las que se encuentran fresnos, chopos, lentiscos, tarajes, lirios amarillos y olmos resistentes a la enfermedad de la grafiosis. Fomentando la lucha, a su vez, contra otra especie invasora: el cangrejo rojo americano.
Un hábitat que ya ha comenzado una rápida recuperación como pude comprobar con mis propios ojos, albergando multitud de pequeñas aves que ya han querido aprovecharse de estos valiosos recursos naturales. A las que se sumaron varios ejemplares de cernícalos vulgares, otra especie habitual en este humedal, que se soltaron en el acto al que pude asistir.

Momento de la suelta de un ejemplar de cernícalo vulgar por el presidente de Heineken.
La variedad de fauna y flora presente en la Albufera valenciana resulta esencial para conservar ese patrimonio natural que existe desde la Antigüedad (los romanos lo denominaban Nacarum Stagnum, lago de nácar). Se caracteriza por ser el lugar preferido para distintas aves tanto sedentarias, como migratorias, que lo eligen para establecer su hogar en temporada de cría, alimentación o zona de descanso en su viaje.

Barcas en la Albufera de Valencia.
Iniciativas sostenibles
Un evento sostenible, que contó con la presencia de Ximo Puig, Molt Honorable President de la Generalitat Valenciana, del presidente de HEINEKEN España, Guillaume Duverdier; de la directora de Relaciones Corporativas de la compañía, Carmen Ponce; y de su director de Responsabilidad Social Corporativa, Mauricio Domínguez-Adame.
El compromiso medioambiental manifiesto por parte de esta cooperación público-privada es indudable. Se ha conseguido, nada más y nada menos, que un balance hídrico positivo con 430 millones de litros de agua (equivalente a la cantidad necesaria para llenar 172 piscinas olímpicas).
La estrategia de sostenibilidad, «Brindando un Mundo Mejor», de la marca de cervezas, ha querido devolver con esta acción, que forma parte de la Responsabilidad Social Corporativa, toda el agua que contienen todas y cada una de sus cervezas Amstel, 100% malta y 100% valencianas (con fabricación en Quart de Poblet). Sobre todo, teniendo en cuenta que España es el país de Europa que más está sufriendo el avance de la desertización.

Edición especial Cañaveral de las cervezas Amstel.
Una intervención que fomenta el compromiso medioambiental de la compañía ahora y en el futuro, con proyectos ligados a la conservación de los recursos naturales, restaurando enclaves únicos e insustituibles para la diversidad local.
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