El Classic Blue es el color elegido para el año 2020, según Pantone. Un tono que respira elegancia, calma y confianza, según afirma la compañía. Estoy totalmente de acuerdo. En realidad es el azul del invierno, de la estación a la que vamos a entrar en pocos días. De ese anochecer que cada vez se aprecia más temprano, del frío que llega para quedarse.

Azul

Classic Blue de Pantone.

Sí, el azul es un color frío, pero según la tonalidad y dependiendo de los ojos que lo observen, podría parecer que no es así. Solo hay que fijarse en el azul del cielo mediterráneo para rechazar esta versión. Su vibrante y alegre color no detona nada de frío, pero es lo que está escrito…

Azul

Una increíble imagen del as auroras boreales.

Classic Blue recuerda a los azules que se pueden observar en los cielos escandinavos cuando se aprecian las auroras boreales. Aunque en este caso, se combinan y transforman en arco iris luminiscentes con el resto de colores. Un marco inigualable, un escenario para resaltar aún más las intrigantes y fugaces formas. Sin él, no serían lo mismo.

Azul

El azul de las aguas profundas es Classic Blue.

Es plausible decir que es el color de las aguas profundas y misteriosas que albergan miles de seres vivos, y que procuran la vida en el planeta. Un azul que contiene y reserva lo mejor, lo más valioso, que se cierra en sí mismo, sin mostrar nada al exterior. Gracias a ello, no podemos saber que hay más allá, más abajo, cuando nadamos en esas aguas.

El hombre ha tratado de averiguar con la tecnología  qué ocurre en ese lugar bajo la superficie, pero aún así sigue sin saber prácticamente nada de la vida en las profundidades oceánicas, ni de sus ecosistemas, ni de su biosiversidad.

Azul

El espacio y la Tierra tienen ese tono de azul.

Es el tono del universo desde nuestra mirada. De ese espacio que envuelve todo, infinito y eterno. Sí, se podría decir que Classic Blue es el color de la eternidad, con mayúsculas. También de la Tierra vista desde ese espacio imponente. Los astronautas son los únicos que han podido observar ese azul y su presencia. Nosotros, a través de las imágenes proporcionadas por las cámaras.

Podemos observar sus matices en el hielo, cuando se convierte en una capa espesa imposible de destruir. Aquel en el que resbalamos los humanos y se adhieren las garras del oso polar, aunque solo sea por un breve espacio de tiempo hasta que se terminen de derretir los casquetes polares, la desaparición de su propio hábitat por las actividades antropogénicas.

Azul

Algunas especies animales están diseñadas para andar y moverse sobre el hielo.

El invierno es Classic Blue. Una representación clásica y visual de la estación con todas sus connotaciones. Las temperaturas bajo cero y el aire helador conviven sin molestarse bajo ese tono perpetuo entre la noche y el día. Esa transición entre el negro de la oscuridad absoluta y el azul del cielo durante el día, en su mejor versión. Un azul impoluto y perenne que se cuela cada año en nuestro calendario para hacerse valer, y dejar por hecho que no nos libraremos de él tan fácilmente.

Cuando cae ese azul saben las aves rapaces nocturnas que es la hora del almuerzo, y el resto de los animales saben que, o se esconden, o su vida está en peligro. La vida salvaje es así, todo tiene su tiempo y su momento, aún sin llevar relojes.

Azul

El azul del invierno es Classic Blue.

El azul invade nuestro planeta. Nunca es tarde para recordar que sin él nuestro permanencia en la Tierra es fugaz. Necesitamos azul a raudales para respirar, para beber, para contemplar.