El próximo 19 de agosto se celebra el Día Mundial del Orangután de Sumatra 2019, una fecha que debemos tener muy en cuenta, sabiendo en las terribles circunstancias que se encuentran la mayoría de los ejemplares que aún quedan en libertad.

En la actualidad, según la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), el orangután de Sumatra (Pongo abelii) aparece en peligro de extinción de forma crítica.

Día Mundial del Orangután de Sumatra 2019

La orangutana Sandra es «persona no humana».

Día Mundial del Orangután de Sumatra 2019: su situación pende de un hilo

Según los últimos estudios realizados en el año 2016, su población está estimada en unos 13,846 individuos, que habitan un espacio de 16,775 km². Alrededor de un 35.6%  de la población se sitúa en áreas protegidas. Su ecosistema desaparece, la selva, debido a la deforestación a causa de la intención de cultivar aceite de palma. Un lucrativo negocio, que además contamina con malos humos, y hace que prosperen las enfermedades respiratorias e incluso la muerte por asfixia entre todos los seres vivos (incluido el hombre), también por las islas vecinas.

Por desgracia, sigue existiendo, además, el tráfico ilegal de esta especie. Muchos individuos son dedicados a actividades irregulares: las hembras son destinadas a la prostitución y los machos a los combates de boxeo. 

El año pasado se identificó una nueva especie de orangután en Sumatra, Pongo tapanuliensis, ubicada en el Norte de la isla y habitando en exclusiva sólo el bosque de Batang Toru. Se trata de unos 800 ejemplares que podrían desaparecer por la construcción de una presa para el 2022, debido a un proyecto chino que se está gestando en esa misma ubicación. Desaparecería si se llegase a realizar, aunque ya aparecen amenazados con la delirante invasión de infraestructuras y carreteras.

La orangutana Sandra en el punto de mira

A pesar de esta pésima noticia, hay que aclarar que no todo es negativo para los orangutanes. Gracias a la presión de un grupo animalista español que lidera el Proyecto Gran Simio, se ha conseguido que Sandra, una orangutana del zoo de Buenos Aires, sea reconocida como «persona no humana» con sus propios derechos.

Esta acción tan elogiada ha sido un paso adelante a la hora de cerrar esos centros de animales reclusos, llamados zoos. Muchos de ellos se están reconvirtiendo en ecoparques, para que esos animales puedan vivir en semilibertad.

Sandra ha tenido mucha suerte, al parecer va a terminar viviendo en un santuario para gorilas Center for Great Apes en el estado de Florida (Estados Unidos). Ella lo habría tenido difícil para vivir en libertad, sobre todo teniendo en cuenta que es una mezcla de orangután de Sumatra y orangután de Borneo.

Pero muchos individuos siguen siendo desgraciados, viviendo entre cuatro paredes de cemento, con todas las enfermedades que ello conlleva, y aún se sigue viendo en muchos países como un lugar de ocio y diversión.

Recluidos, enfermos y deprimidos sobreviven entre las rejas esperando a ser liberados en algún momento de sus celdas, condenados sin haber hecho nada para merecerlo.

Las conocidas marcas que deforestaban selvas y compraban aceite de palma para sus alimentos «hiperpublicitados», se han dado cuenta que mucha de su clientela estaba dejando de consumirlos, porque la sociedad, aunque a menudo sigue siendo la última en enterarse de estas noticias, suele reaccionar con dureza ante estos actos.

Esperemos que otros supermercados e hipermercados con sus marcas hagan lo mismo. ¡No podemos seguir cargándonos en el planeta para nuestras necesidades irrisorias!