El sol, ese astro brillante que nos acompaña todos los días, no solo nos proporciona luz y calor, sino que también tiene muchos beneficios para nuestra salud. Tomar baños de sol de manera adecuada y responsable puede ser beneficioso para nuestro bienestar general. 

Foto de Jess Loiterton

Disfrutar de los baños de sol es una terapia que ayuda en muchas afecciones. Fotografía de Jess Loiterton.

Síntesis de vitamina D

Uno de los beneficios más conocidos de tomar baños de sol es la síntesis de vitamina D en nuestro organismo. La vitamina D es esencial para la salud ósea, ya que ayuda a nuestro cuerpo a absorber el calcio y fortalece los huesos. La exposición al sol, especialmente en las horas de la mañana temprano, promueve la producción natural de vitamina D en nuestra piel. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la exposición excesiva o sin protección puede ser perjudicial, por lo que se recomienda tomar el sol durante períodos cortos y utilizar protector solar.

Mejora del estado de ánimo

La luz solar tiene un impacto positivo en nuestro estado de ánimo. Cuando estamos expuestos al sol, nuestro cuerpo produce serotonina, conocida como la hormona de la felicidad. La serotonina ayuda a mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y aumentar la sensación de bienestar general. Tomar baños de sol regularmente puede ayudar a combatir la depresión leve y mejorar la calidad del sueño.

Fortalecimiento del sistema inmunológico

La vitamina D, que se produce cuando nos exponemos al sol, también desempeña un papel crucial en el fortalecimiento de nuestro sistema inmunológico. Un sistema inmunológico saludable es fundamental para combatir enfermedades e infecciones. Además, la exposición moderada al sol puede aumentar los niveles de glóbulos blancos en la sangre, que son responsables de protegernos contra patógenos y fortalecer nuestras defensas naturales.

Mejora de la salud cardiovascular

La luz solar puede tener un impacto positivo en nuestra salud cardiovascular. La exposición al sol estimula la producción de óxido nítrico en nuestra piel, lo que ayuda a dilatar los vasos sanguíneos y mejorar el flujo sanguíneo. Un mejor flujo sanguíneo puede reducir la presión arterial y disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Beneficios para la salud mental

Además de mejorar el estado de ánimo, los baños de sol también se han relacionado con beneficios para la salud mental. La luz solar ayuda a regular los ritmos circadianos, lo que mejora la calidad del sueño y reduce los trastornos del sueño, como el insomnio. Además, la exposición al sol puede reducir los síntomas de algunos trastornos de salud mental, como el trastorno afectivo estacional (TAE), el estrés o la ansiedad.

Sin embargo, es importante recordar que la exposición excesiva o sin protección puede tener efectos adversos, como quemaduras solares y aumento del riesgo de cáncer de piel. Por lo tanto, es fundamental encontrar un equilibrio, y seguir algunas pautas para disfrutar de los beneficios del sol de manera segura.

Foto de Garon Piceli

Es aconsejable exponerse al sol, al menos, media hora diaria. Fotografía de de Garon Piceli.

Algunos consejos para tomar baños de sol de forma adecuada son:

  1. Escoge los momentos más adecuados: Evita la exposición solar durante las horas de mayor intensidad. Durante estos momentos, los rayos del sol son más fuertes y aumenta el riesgo de quemaduras solares. Opta por tomar el sol en las primeras horas de la mañana o en la tarde, cuando comienza a atardecer y los rayos solares son más suaves.
  2. Utiliza protector solar: Aplica generosamente un protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) adecuado. Asegúrate de que el protector solar proteja contra los rayos UVA y UVB. Reaplica cada dos horas, especialmente después de nadar o sudar. Pero si la vitamina D es baja, procura pasar al menos media hora sin protección a las horas de menor calor.
  3. Exposición gradual: Si tu piel no está acostumbrada a la exposición solar, comienza con sesiones cortas de 10 a 15 minutos y aumenta gradualmente el tiempo de exposición. Esto permite que tu piel se adapte y reduzcas el riesgo de quemaduras.
  4. Protege tus ojos y tu cabeza: Usa gafas de sol que ofrezcan protección contra los rayos ultravioleta. La exposición prolongada al sol sin protección ocular adecuada puede aumentar el riesgo de cataratas y otros problemas oculares. La cabeza es una de las partes del cuerpo que más acusa el calor, por eso es prioritario cubrirla cuando el sol sea excesivo, o si existen problemas dermatológicos.
  5. Hidratación: Mantén una adecuada hidratación bebiendo suficiente agua antes, durante y después de tomar el sol. El calor y la exposición al sol pueden causar deshidratación, por lo que es importante mantenerse hidratado.

Recuerda que cada persona es diferente y puede tener diferentes tolerancias al sol. Si tienes alguna condición médica especial o estás tomando medicamentos, consulta con tu médico antes de exponerte al sol durante largos períodos.