Al parecer, las bacterias y los virus de nuestro planeta llegaron mediante meteoritos helados; pero también llegó con ellos material orgánico o microorganismos.

Gracias a la fotosíntesis realizada por estos microorganismos,  la atmósfera de la Tierra pudo ser respirable. Después los virus llegarían para iniciar el ciclo del agua desde las propias nubes.

Bacterias y virus, viajeros de las estrellas y orígenes de la humanidad

Meteorito impactando contra la Tierra: así llegaron las bacterias y los virus al planeta.

Libro basado en las investigaciones de Máximo Sandín

Esta pequeña historia, es solo una parte de una más extensa dedicada a las investigaciones del biólogo Máximo Sandín en los últimos 20 años (http://www.somosbacteriasyvirus.com), que se encuentra dentro del libro escrito por José Luis Sabater, Viajeros de las estrellas. Una nueva visión del origen y destino de la humanidad (editorial Mándala), y con prólogo del mismo Máximo Sandín.

Un interesante viaje hasta nuestros ancestros relatado de forma sencilla y divertida para los niños y jóvenes, pero también para los mayores, que todavía no saben cómo los humanos y el resto de los seres vivos que habitan la Tierra provienen de la evolución de esas bacterias y virus, que llevan sobre la faz del planeta millones de años.

Preciosas ilustraciones de Manuel Álvarez García nos acompañan en este larga aventura por los orígenes de la vida, yendo de la mano de una bacteria, Bac, y un virus, Liv, que nos van a ayudar a descubrir numerosos misterios de la ciencia y de la biología, ya que hasta hace poco permanecían ocultos.

Bacterias y virus, viajeros de las estrellas y orígenes de la humanidad

Portada del libro de José Luis Sabater «Viajeros de las estrellas. Una nueva visión del origen y destino de la humanidad»(editorial Mándala).

Bacterias y virus en todo y en todos nosotros

Todos los ecosistemas terrestres están llenos de millones de bacterias y virus, que lejos de ser nuestros enemigos, son los primeros constituyentes de vida. Solo en un mililitro de agua del océano hay 10 millones de virus.

Gracias a su unión e interconexión,  y al flujo de información, se establecen interrelaciones entre el mundo orgánico y el orgánico, entre los animales y las plantas, y desde las moléculas hasta los propios ecosistemas. Creándose de este modo una enorme matriz viva, en la que absolutamente todo está interconectado.

El equilibrio y la armonía existente en la naturaleza, es debido a esa acción de virus y bacterias; pero también sucede lo mismo en nuestro propio cuerpo.

Agresión del medio externo: un factor clave

Ese medio natural, o ese organismo humano, solo enferma (a pesar de tener un sistema inmunitario muy poderoso), si se maltrata desde fuera con estrés ambiental.

Con unas condiciones higiénicas normales y una adecuada nutrición, la inmunidad natural del organismo se mantiene en equilibrio interno y externo con todos los microorganismos de su entorno.

Bacterias y virus, viajeros de las estrellas y orígenes de la humanidad

Niños observando la naturaleza.

Ya que la expresión de los genes está condicionada por el metabolismo celular, dependiendo por lo tanto del medio externo. Así, por ejemplo, todas las células humanas poseen la misma secuencia de ADN o información genética, pero hay determinados desencadenantes que pueden hacer que se enciendan o apaguen esos genes para adaptarse a los cambios en el entorno (medioambientales o alimentación). A ello se le denomina epigenética.

Después de muchas investigaciones, se sabe que las enfermedades no están en los genes (tampoco el cáncer, por supuesto), sino en el ambiente que altera a los genes, incluso en varias generaciones (de ahí, que puedan ser hereditarios).

Pueden ser sustancias químicas tóxicas, aditivos añadidos a los alimentos, radiaciones electromagnéticas, malos hábitos (una vida sedentaria)… y un largo etcétera.

Gracias a los virus es posible la vida en el planeta

Se sabe que los virus realizan una gran cantidad de funciones para la vida, entre ellas, para diferenciar especies en el proceso embrionario o la comunicación entre especies vegetales y animales; pero también gracias a un virus antiquísimo insertado en los primeros animales vertebrados terrestres, pudimos tener un pensamiento consciente. ¡Algo asombroso, si se piensa!

Debido a estas funciones, es posible que algunos mamíferos nacieran de huevos de dinosaurios de forma repentina, sin tener ningún vínculo. El gen ya no es la unidad de información genética, son fragmentos de material genético dispersos por el genoma.

Otra cuestión importante, es saber, que los virus en estado libre son absolutamente inertes.

La célula utiliza los componentes de los virus, es decir, no hay virus endógenos parásitos, ni explotados por el hospedador, ni secuestrando la maquinaria celular.

Experimentación con ingeniería genética: un mito que se cae

De esta forma, existen virus híbridos que originan enfermedades debido a su manipulación en los procesos de laboratorio. Los microorganismos » atenuados» o determinadas dosis de antígenos pueden producir una debilitación del sistema inmune. Creando más patologías y generando alergias a los individuos.

Las prácticas de ingeniería genética no son precisamente muy controlables y satisfactorias con los dos métodos que se suelen utilizar: añadiendo secuencias modificadas a a vectores o virus mutilados infectando células tratadas, o con biobalística, propulsando genes de interés dentro de las células mediante un cañón de ADN.

Bacterias y virus, viajeros de las estrellas y orígenes de la humanidad

Imagen de algunos tipos de virus. (vistos mediante microscopio eléctrónico).

Máximo Sandín ha llegado a estas y otras muchas conclusiones, al igual que otros colegas suyos, después de numerosas investigaciones científicas por las que uno se da cuenta que la naturaleza es sabia y se sirve precisamente de la cooperación, la simbiosis y la reciprocidad para salir adelante.

Los recursos naturales del planeta son sagrados, y la competencia y la agresividad, que según algunos rigen el funcionamiento de nuestro planeta como principios constantes que se pretenden colar en nuestra mente, no los son como tales. 

El ser humano moderno está trastocando y manipulando la Tierra a su antojo, y eso está trayendo consecuencias nefastas para toda la vida. Mirarla con «nuevos ojos» y aprender en profundidad del sentido de la existencia de cada organismo, nos dará las claves para avanzar en un futuro o para quedarnos con un mundo enfermo. Eso depende de todos nosotros.

Este libro nos da las claves para apreciar de nuevo la existencia y sumergirnos de lleno en nueva era, donde las bacterias y los virus no son tratados como hostiles, sino como compañeros y dadores de vida.