Mañana, 26 de febrero, se celebra el Día Mundial del Pistacho, una jornada que resalta las características y propiedades de este fruto seco para la alimentación, además de su importancia histórica en todo el Oriente Medio.

El pistacho detrás de la historia de la reina de Saba

El alfóncigo o pistachero (Pistacia vera) es un árbol procedente de Asia Occidental y Asia Menor en donde tuvo una gran relevancia en el intenso entramado de rutas comerciales que unían Oriente y Occidente. Estos frutos, junto con las especias orientales, constituían uno de los más preciados tesoros para comercializar o realizar trueques. La economía de estos países ha sido y sigue estando basada en gran parte en su exportación, como sucede con Irán.

Pistachos

Procura consumirlos en un breve periodo de tiempo, porque se pueden enranciar.

Tal era el poder de este pequeño fruto, que la misma reina de Saba (un territorio que se extendía por Norte de Etiopía, Dyibuti y el Yemen) prohibió a su pueblo comerlo, para que toda su producción fuera destinada en exclusiva a la corte. Ma’rib fue la ciudad natal de la Reina de Saba en cuyo templo, Mahram Bliqis, ya se han realizado los primeros hallazgos históricos relevantes sobre su historia.

España obtiene los mejores pistachos del mundo

Desde estas zonas se extendió su cultivo hasta Italia, llegando después su producción al resto de Europa, y finalmente, a Estados Unidos o Australia. El cultivo del pistacho en nuestro país ha llegado para destronar el liderazgo permanente que ostentaba el pistacho iraní. Ahora resulta que nuestro «oro verde» como se le conoce, tiene una calidad organoléptica indiscutible, por la que es demandado de forma internacional. Su rentabilidad no tiene competencia, algo similar sucede con la almendra y con el piñón.

El pistachero se desarrolla a la perfección en climas semidesérticos en los que la pluviosidad es mínima. De ahí, que en zonas de Castilla-La Mancha y Andalucía se haya incrementado progresivamente su cultivo, con una producción ya considerable.

Calidades nutricionales del pistacho

Respecto a sus cualidades nutricionales y a su transcendencia para la salud, hay que subrayar que numerosos nutricionistas recomiendan tomar una pequeña cantidad de los mismos, un puñado, varias veces a a la semana debido a sus beneficiosas propiedades.

Pistachos

Otra de las recetas que más me entusiasma es prepararlos con quinoa y otras verduras o legumbres.

Según los distintos estudios científicos, el pistacho es un fruto seco que tiene un perfil de ácidos grasos saludables para el corazón, pero además contiene proteínas y fibra dietética. Es una fuente de potasio, magnesio, vitamina K, tocoferol y otros fitoquímicos esenciales para el organismo.

Sus preciosos y vibrantes colores, el verde y el morado, provienen de dos sustancias, la luteína y las antocianinas (protegen conta el cáncer). Estas generan una protección excelente contra la oxidación y la inflamación (por ello, retrasa la formación de radicales libres y del envejecimiento), además del control glucémico y la función endotelial (clave para la salud vascular).

Los pistachos reducen la tensión arterial, regulan los niveles de colesterol y juegan un papel preventivo frente a la aterosclerosis. Al contrario de lo que se cree, son favorables para las personas que quieren disminuir de peso, tomados con control; y en especial, para los diabéticos.

Al igual que muchos frutos secos, el pistacho es rico en minerales, pero en este caso destacan por su cantidad de hierro, calcio, zinc, manganeso, selenio, o cobre. Y si nos fijamos en sus vitaminas, sobresale por todas las del grupo B, excepto la B12, pero también por tener ciertas dosis de vitamina A y C, que en conjunto con una alimentación equilibrada, aporta una pequeña ración, pero indispensable de vitaminas.

Pistachos

Los pistachos combinan de maravilla con la pasta. 

¿Cómo consumir el pistacho?

El pistacho se consume solo a modo de snack, o se puede introducir en algunos platos para aportarles un toque especial, como a la pasta. Incluso se puede crear una salsa exquisita a base de pistachos con una bechamel de arroz con la especia de cuatro pimientas. También liga a la perfección en ensaladas: como por ejemplo con canónigos, remolacha, y queso. Por supuesto, no puede faltar en cualquier postre con hojaldre (al estilo árabe) o con helado.

Por cierto, al ser un fruto seco (causantes de muchos atragantamientos), es mejor evitarlo en platos para ancianos y niños muy pequeños.