Si todavía no has comenzado a preparar tu primer tarro de cosmética casera, puedes iniciarte en este mundo con un bálsamo chino para la respiración de los adultos, aunque podría realizarse para niños a partir de tres años eligiendo con mucho cuidado los aceites esenciales y su cantidad.

Es cierto que muchas personas piensan que es muy complicado elaborar cosmética casera de calidad, y que prefieren comprar el producto hecho por comodidad. Pero en muchas ocasiones esto no es así, ya que se suele tardar poco tiempo, ahorras dinero y evitas el desperdicio de recursos, como envases.

Creado para el emperador chino

En China es muy conocido el bálsamo de tigre para la respiración. Fue ideado por el herborista Aw Chu Kin para el emperador y su corte en 1870. Después sus hijos fueron perfeccionando la fórmula «mágica» y se empezó a conocer fuera del país.

Beijing, China

Palacio de Verano, residencia de verano de los antiguos emperadores chinos a la afueras de Beijing.

Y hasta nosotros ha llegado esta pomada, que no solamente sirve para tratar cualquier problema respiratorio leve o moderado, sino que es antiinflamatorio y antireumático. Es decir, sirve para los deportistas tratando las dolencias musculares, pero también esguinces o torceduras, en las que los huesos pueden estar dañados, y cualquier patología que genere dolor e inflamación, llámese ciática, lumbago, artritis o artrosis.

El único cuidado que hay que tener en cuenta es no acercarlo a las mucosas, sobre todo ojos y nariz, en especial, a las personas más sensibles. Teniendo estas premisas, ya es hora de que te pongas manos a la obra para elaborar tu bálsamo chino para la respiración.

Cosmética casera

Guarda algún envase de vidrio para introducir en él el bálsamo antes de que se enfríe.

Hay varias composiciones que puedes realizar, pero optaremos por la que no lleva manteca de karité.

Composición del bálsamo

  • 38 gr de aceite de sésamo ( puede sustituirse por coco, jojoba o pepitas de uva, a tu elección)
  • 4 gr de cera de abeja
  • 15% de aceites esenciales (eucalipto, alcanfor, pino, menta, gaulteria, romero, tomillo marroquí, abeto balsámico, palo de ho o clavo)

Es importante que los aceites esenciales estén quimiotipados, y dispongas del quimiotipo para saber su uso.

¿Cómo se elabora?

Para preparar el ungüento, derrite en un cazo la cera de abejas y añadir el aceite elegido de base. Procura tener a mano un termómetro para medir la temperatura, ya que no debe superar los 40 grados. Si no lo tienes, haz la prueba en tu piel con cuidado, ya que debes notarlo caliente, pero sin abrasarte. Es mejor que se derrita poco a poco, lentamente.

Después añade los aceites esenciales elegidos removiendo con una espátula de madera durante dos minutos aproximadamente, con tres, cuatro o cinco son suficientes. Usa los más antiinflamatorios y calmantes como la gaulteria o el clavo, si quieres aplicar el bálsamo en zonas muy doloridas e inflamadas. No se debe de aplicar en zonas con heridas abiertas.

Finalmente, trasládalo a un frasco de vidrio para que se conserve mejor. Puedes echar vitamina E para que no se oxide, aunque es opcional, ya que los aceites esenciales que lleva son ya de por si excelentes conservadores.