El restaurante colombiano Frisby ha implementado cambios en sus procesos con el fin de ser más amigable con el ambiente. Desde el año 2015, Frisby utiliza empaques ecoamigables en sus restaurantes, 100% reciclables, elaborados a partir del bagazo de la caña de azúcar, que utilizan únicamente tintas vegetales y son libres de blanqueadores de origen químico.
Bagazo de caña de azúcar
El bagazo de la caña de azúcar se destaca como materia prima en la elaboración de este tipo de envases por ser biodegradable, renovable, resistente al calor y completamente inocuo para el organismo.
El bagazo de la caña de azúcar, de tintas vegetales y libre de blanqueadores de origen químico, es la opción más saludable y amigable con el medio ambiente.
Al ser un residuo agroindustrial del proceso de producción azucarero, en zonas como el Valle del Cauca puede aprovecharse este producto reduciendo el impacto de los procesos. En la actualidad, solo el 0,6% de la producción de la pulpa, papel y cartón del mundo se fabrica con fibras de caña de azúcar, y está claro que existe una enorme posibilidad para incrementar esta cifra.
Desterrar los plásticos de un solo uso
Además de esto, se han comprometido a eliminar la utilización de pitillos de plástico, implementando una política de “solo bajo demanda”, es decir, que únicamente se entregan pitillos de plástico en aquellos casos en que un cliente expresamente lo requiere.

El plástico contamina la tierra, el aire y el agua.
Este tipo de política contribuye a reducir drásticamente la cantidad de plásticos de un solo uso provenientes de los pitillos y que en su gran mayoría terminan en los océanos afectando la salud del ecosistema marino y, posteriormente, de los humanos, al mismo tiempo que reconoce que existen clientes que legítimamente necesitan utilizar pitilllos desechables (como es el caso de personas con ciertas discapacidades).
La lucha por reducir el uso de plásticos a nivel global está en su mayor momento. Diversos estudios han señalado que la exposición continua a ciertos compuestos que pueden encontrarse particularmente en envases de productos alimenticios puede afectar al organismo, no solo porque ciertas moléculas pueden migrar del plástico a los alimentos, sino porque cuando estos plásticos terminan en el mar, entran en la cadena alimenticia a través de la fauna marina.

Cada vez existen más opciones para consumir de forma responsable.
Mediante estas medidas, Frisby ha logrado reducir el consumo y posterior disposición de pitillos en un 65%, lo que sin duda representa un impacto significativo no solo en el volumen directo de plásticos utilizados, sino también en los hábitos de los consumidores.
Hábitos de consumo respetando el medio ambiente
Cambiar los hábitos de consumo es, posiblemente, el paso más importante para crear procesos y prácticas de consumo sostenibles, en particular en el caso de una cadena como Frisby, cuyo éxito trae de la mano su continua expansión en Colombia, no solo a través de la apertura de nuevos locales, sino también por medio de alianzas como la que poseen con la plataforma Domicilios para ofrecer los productos de Frisby en delivery.
La labor de crear mejores hábitos en sus consumidores y en sus procesos no es una práctica nueva para Frisby, que ya en el año 2016 llevaba a cabo la campaña “Frisby y Team® por el planeta”, que buscaba informar y educar a más de 21.000 niños con mensajes respecto al cuidado del medio ambiente a través de presentaciones en centros comerciales y parques infantiles con shows y actividades dirigidos y diseñados especialmente para ellos.
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