La industria de la moda cada año crea nuevas prendas y complementos de usar y tirar, es decir, su duración es ínfima; para que la próxima temporada los consumidores tengan que volver a desembolsar su dinero para sustituir a esa prenda. Este fenómeno que se viene produciendo desde hace décadas, se denomina obsolescencia programada, y también afecta, claro está, a otras industrias. Porque la cuestión es consumir, mejor dicho, nunca dejar de consumir.

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¿Podremos adquirir prendas realizadas con materiales reciclados de manera generalizada?

Las cifras del consumo  de ropa en la industria de la moda

En los últimos 15 años, la producción de ropa se ha multiplicado por dos y el tiempo de uso ha disminuido un 36%, según la Fundación Ellen MacArthurLa industria produce el 20% de las aguas residuales y el 10% de las emisiones de carbono en el mundo, mucho más que todos los vuelos internacionales y los barcos de carga combinados, según ha confirmado la ONU, en un informe presentado este año en el mes de julio. Utilizando casi 70 millones de barriles de petróleo cada año para fabricar fibras de poliéster, que pueden tardar más de 200 años en descomponerse.

No queda ahí todo, según recientes investigaciones de la Universidad de Plymouth en el Reino Unido, la ropa sintética realizada con materiales como el acrílico y el poliéster, desprenden en el lavado 6 kilos de tela, liberando unas 140.000 fibras de mezcla de poliéster y algodón, casi medio millón de fibras de poliéster y más de 700.000 fibras de acrílico.

Un problema que causa un grave daño ambiental en nuestros mares y océanos, porque contamina y termina siendo el menú diario de los peces que se pescan para el consumo humano. La cadena trófica lo lleva incorporado.

El algodón pese a ser uno de los mejores tejidos para vestir, el algodón que se usa normalmente en la industria de la moda no es ecológico, siendo el responsable del 24% de los insecticidas y del 11% de los plaguicidas, a pesar de que solo utiliza el 3% de la tierra cultivable del mundo, según informa la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (UNECE).

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Se pueden diseñar bufandas con el nuevo tejido loncell.

El nuevo tejido reciclado: loncell

Teniendo en cuenta estos datos, que son una micronésima parte de la realidad, no hace falta pensar que tenemos que poner fin a este desastre natural que está acabando con la vida de todos en el planeta (entre otros problemas). Por eso, numerosos científicos e investigadores se han propuesto echar una mano para acabar con esta barbarie.

La Universidad Aalto de Finlandia ha creado un nuevo tejido denominado loncell, fabricado a partir de madera, periódicos reciclados, cartón y textiles viejos de algodón que se pueden convertir en vestidos, chaquetas, bufandas o fundas iPad.

Increíble, pero cierto. Además, está todo pensado para que forme parte de una cadena sostenible, sin desperdicios, propio de la economía circular. En los bosques del este de Finlandia, hay un proceso de reducción de árboles , haciendo espacio para que otros crezcan. Estos abedules más pequeños se están convirtiendo en la materia prima de la ropa, entre otras. La ropa reciclada ha sido diseñada por estudiantes de la universidad.

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Los abedules de Finlandia forman parte de la industria de la moda más sostenible.

Aunque loncell fue desarrollado por químicos e ingenieros en las universidades de Aalto y Helsinki, el profesor Pirjo Kaariainen (una de las personas que han liderado el proyecto) dice que era importante que los diseñadores se comprometieran a diseñar vestidos para la gente que quisiera usarlos.

Después de que la primera dama de Finlandia, Jenni Haukio, ha usado un vestido de loncell, hecho de árboles reciclados y diseñado por un joven estudiante de moda y diseño de Aalto, cuya filosofía era respetar la naturaleza finlandesa y la tradición del país de mujeres fuertes; la imagen que refleja el espejo está puesta en marcha. Si desaparecen en unas horas de las tiendas los modelos de muchas celebrities, es posible que la nueva tendencia cumpla con esas expectativas.

El profesor Kaariainen  afirma que la fibra funciona bien para la ropa porque es «suave al tacto, tiene un brillo encantador y cae maravillosamente». Es realmente positivo que ejemplos de distintas mujeres con cierta repercusión social, luzcan creaciones con este tipo de tejidos. Igual que la gente se fija en lo qué se lleva, también se podrían interesar por cómo está confeccionado y con qué materiales, la moda sostenible es parte de la solución.

Las marcas sostenibles ya están haciendo sus cábalas para sacar nuevos modelos con este tipo de tejidos: ¿cuándo podremos verlos por la calle vistiendo a personas normales?