Los científicos han mejorado una enzima natural que puede digerir uno de los plásticos más comúnmente contaminantes como el PET.

El PET, el plástico resistente utilizado en las botellas de agua y refrescos, tarda cientos de años en descomponerse en el medio ambiente.

Científicos diseñan una enzima come plástico

Los poliésteres, producidos industrialmente a partir del petróleo, son ampliamente utilizados en botellas y ropa de plástico.

Los científicos han diseñado una enzima que puede acabar con el problema del polietileno o PET, una de las mayores amenazas ambientales de nuestro tiempo.

La enzima modificada, conocida como PETase, podría revolucionar el proceso de reciclaje, permitiendo que los plásticos se reutilicen de manera más efectiva.

La investigación, publicada en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences‘, fue dirigida por equipos de la Universidad de Portsmouth, en Reino Unido, y el Laboratorio Nacional de Energía Renovable (NREL, por sus siglas en inglés) del Departamento de Energía Estados Unidos.

Encontrada en un vertedero

Los investigadores informaron en 2016 que habían encontrado la cepa que vive en los sedimentos en un sitio de reciclaje de botellas en la ciudad portuaria de Sakai.

Originalmente descubierto en Japón, la enzima es producida por una bacteria que «come PET», Ideonella sakaiensis, usa el plástico como su principal fuente de energía.

Los poliésteres, el grupo de plásticos al que pertenece el PET (también llamado tereftalato de polietileno), ocurren en la naturaleza.

«Protegen las hojas de las plantas», explicó el investigador de la Universidad de Portsmouth, John McGeehan. «Las bacterias han estado evolucionando durante millones de años para comer eso».

El cambio a PET nunca fue menos «completamente inesperado» y un equipo internacional de científicos se dispuso a determinar cómo había evolucionado la enzima PETase.

Con la ayuda de los científicos de modelado computacional de la Universidad del Sur de Florida, en Estados Unidos, y la Universidad de Campinas, en Brasil, el equipo descubrió que PETase es muy similar a una cutinasa, pero tiene algunas características inusuales, que todavía están en fase de estudio.

El poliester producido industrialmente a partir del petróleo, son ampliamente utilizados en botellas, ropa y juguetes de plástico.

El plástico que producimos no se degrada y está provocando un impacto muy grave en el medio ambiente, inunda nuestros mares, playas y la cadena alimentaria marina han sido ya contaminados de manera grave e irreversible.La mayoría de los grandes océanos ya hay más plástico en suspensión que plancton, y dispersas en la superficie hay numerosas islas gigantescas de plástico.

Los actuales procesos de reciclaje significan que los materiales de poliéster siguen una espiral de contaminación. Las botellas se convierten hilos, que luego se convierten en camisetas, alfombras, etc; y luego terminan finalmente en un vertedero.

La enzima todavía tardará varios años para ser viable a gran escala. Todavía hay que mejorar el proceso para acelerar la degradación de PET más rápido que su tiempo actual de unos días antes de volverse económicamente rentable. 

Con este descubrimiento se podría cerrar el ciclo del reciclaje de este tipo de plásticos. La tecnología existe y está dentro de lo posible que en los próximos años veamos un proceso industrial para convertir PET en los sustratos originales para que puedan ser reciclado de forma sostenible.

Este descubrimiento no es el único al respecto, ya en 2015 otra investigación similar descubrieron que las enzimas de los estómagos de las larvas del gusano de la harina, Tenebrio molitor, son capaces de descomponer el plástico.