El próximo 29 de septiembre se conmemora el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos 2023, una jornada destinada a reivindicar la importancia de consumir los alimentos que adquirimos.
Alimentos de no usar y tirar
Viviendo en la sociedad del usar y tirar, los alimentos no iban a ser menos. En esta especie de rueda de fabricar para consumir de manera interminable, se nos ha pasado por alto, que compramos más de lo que necesitamos, vistas las cifras del desperdicio alimentario en nuestro país.
La realidad es que se nos ha olvidado que hay una prioridad: la alimentación. La alimentación nos ayuda a mantener nuestro cuerpo sano para poder vivir. La poca consideración que le concedemos a nutrir nuestro organismo, así como a preparar recetas sanas, es cada vez menor. Preferimos gastar nuestro tiempo, en otras actividades. De ahí, que seamos pésimos organizando la despensa y el frigorífico.

Seguro, que tenemos la nevera llena. Pero, ¿cuántos alimentos vamos realmente a consumir? Fotografía de Polina Tankilevitch.
Compramos alimentos para que se queden en nuestro hogar de forma permanente, sin tener conciencia de su presencia, y mucho menos, de su estado. Sólo cuando comienza a dar síntomas de su decrepitud, nos fijamos. Quizás el color, el olor, o la fecha de caducidad les delata, pero como poco previsores que somos, solo hemos desplazado el alimento del supermercado hasta nuestra casa.
No sé si alguien clama al cielo y comienza un mea culpa, pero si no lo hace, debería.
Malgastando recursos naturales y energía por todo el planeta, así estamos. Nuestros antepasados sabían lo que costaba llevar el pan a la mesa. Por eso, el desperdicio era impensable. Las comidas de restos eran algo cotidiano, recetas de aprovechamiento como la famosa ropa vieja, eran muy comunes en todos los países, en todas las clases sociales.
¿Matamos vidas de animales, para no comerlos? ¿Dedicamos hectáreas de terrenos a la agricultura y despilfarramos el sudor de los agricultores diario, para terminar llenando el cubo de la basura de esos regalos que nos proporciona la madre naturaleza? Hay algo que no cuadra en nuestra mente, en nuestra visión, en nuestra supremacía de Homo sapiens. Tal vez, porque debemos ser los únicos seres vivos que lo hacen, conscientemente o inconscientemente.
Durante el año pasado, los españoles tiraron a la basura 1.201 millones de kilos/litros de alimentos y bebidas sin consumir, según se desprende del Informe de Consumo Alimentario en España 2022.
El desperdicio de alimentos es un problema global que afecta no solo a la economía, sino también al medio ambiente y a la sociedad en su conjunto. En un mundo donde millones de personas pasan hambre todos los días, tirar comida a la basura es un acto de irresponsabilidad que debemos evitar.

Multitud de empresas comienzan a donar alimentos a las personas más necesitadas. Fotografía de cottonbro studio.
Razones para no desperdiciar alimentos
1. Lucha contra el hambre
Uno de los argumentos más poderosos en contra del desperdicio de alimentos es su impacto en la lucha contra el hambre. A nivel mundial, aproximadamente 1 de cada 9 personas no tiene suficiente comida para llevar una vida saludable y activa. Tirar comida a la basura mientras millones de personas padecen hambre es moralmente inaceptable. Al reducir el desperdicio de alimentos, podemos contribuir a alimentar a quienes más lo necesitan.
2. Beneficio económico
El desperdicio de alimentos no solo afecta a las personas que pasan hambre, sino también a nuestra propia economía. Cuando tiramos comida, estamos desperdiciando dinero que podríamos ahorrar o invertir en otras cosas. Reducir el desperdicio de alimentos puede ayudarnos a reducir nuestros gastos y mejorar nuestra situación financiera.
3. Conservación de recursos naturales
La producción de alimentos requiere una gran cantidad de recursos naturales, como agua, tierra y energía. Al desperdiciar alimentos, también estamos desperdiciando estos valiosos recursos. Reducir el desperdicio de alimentos contribuye a conservar el medio ambiente y a mitigar el agotamiento de recursos naturales, lo que es esencial para la sostenibilidad a largo plazo.
4. Reducción de la contaminación
La producción de alimentos a menudo implica el uso de pesticidas y fertilizantes químicos, que pueden contaminar el suelo y el agua. Al reducir el desperdicio de alimentos, contribuimos a mitigar la contaminación ambiental y sus efectos negativos en la salud humana y la biodiversidad.
5. Fomento de la responsabilidad alimentaria
Reducir el desperdicio de alimentos también implica tomar decisiones más conscientes en cuanto a la compra, preparación y consumo de alimentos. Esto promueve la responsabilidad alimentaria y la conciencia sobre la importancia de valorar y utilizar los recursos alimentarios de manera eficiente.
6. Apoyo a la seguridad alimentaria
El desperdicio de alimentos puede afectar la seguridad alimentaria al crear fluctuaciones en los precios de los alimentos. Cuando se desperdician grandes cantidades de alimentos, la oferta y la demanda se ven afectadas, lo que puede aumentar los precios y dificultar el acceso a los alimentos para algunas personas. Reducir el desperdicio de alimentos puede contribuir a una mayor estabilidad en los precios de los alimentos y a garantizar que estén disponibles para todos.
7. Inspiración para la innovación
La lucha contra el desperdicio de alimentos ha llevado a la creación de soluciones innovadoras, como aplicaciones móviles para compartir alimentos no deseados, técnicas de conservación de alimentos y enfoques sostenibles para la producción de alimentos. Al unirnos para abordar este problema, fomentamos la innovación y la creatividad en la búsqueda de soluciones sostenibles.
Cada pequeña acción cuenta, desde planificar nuestras compras de alimentos hasta utilizar sobras de manera creativa y apoyar iniciativas locales para redistribuir alimentos no deseados.
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