Estamos de lleno en la Semana Europea de la Prevención de Residuos 2022, que se realiza entre el 19 y el 27 de noviembre. Una manera cercana de comprender la importancia de reciclar los residuos que se generan en todas nuestras actividades cotidianas.

Desde nuestros hogares, en los colegios, en las universidades o desde nuestros trabajos es posible compartir en esta semana distintas maneras de fomentar la reducción de residuos, junto a diversas acciones para evitar degradar aún más el medio ambiente. Es sencillo si toda la sociedad participa de forma consciente.

Así, podemos empezar a hacer posible una economía circular real y práctica, en la que los protagonistas somos todos, y todos podemos realizar esa transformación mediante nuestras manos.

Foto de Erik Mclean

Si vas al campo, no te olvides de llevar tu basura de vuelta.

Plantarle cara a los residuos en nuestro hogar

Las plantas de nuestro huerto o jardín crecerán más y mejor si utilizamos nuestro propio compost proveniente de los restos de la comida orgánica. Si no tenemos, vamos a procurar introducirlo en bolsas biodegradables para que pueda ser utilizado en otros lugares mediante su recogida como residuo urbano.

También debemos tener en cuenta que los plásticos, el vidrio, el cartón o el papel que vamos generando de forma semanal, cada vez tiene más posibilidades de convertirse en otro artículo u objeto si lo introducimos en los contenedores específicos para ello. Si antes no lo reutilizas o reciclas tú mismo para fabricar otro producto.

La ropa que ya no te pones, porque se te ha quedado pequeña o grande, o ya no te gusta, puedes customizarla para hacerla más atractiva, acorde a tus gustos, con unos sencillos cambios, o llevarla a arreglar, si quieres seguir conservándola. Otra opción es realizar trueque con amigos o familiares, aprovechando que ahora vienen las fiestas navideñas, o venderla por tu cuenta.

Lo mismo ocurre con la mayor parte de mobiliario y decoración de nuestros hogares. Es necesario que recapacitemos y nos replanteamos darle una segunda o tercera vida, ya sea nosotros mismos u otras personas.

Foto de Anete Lusina

Piensa antes de tirar un electrodomético en la naturaleza en toda la contaminación que puede llegar a generar.

Si ya no queremos esos objetos viejos que tenemos por casa, siempre podemos comunicárselo a las personas más allegadas que puedan necesitarlos, donarlos o pedir que sean recogidos por un transporte de un punto limpio; pero nunca abandonarlas en la naturaleza, porque el impacto en el entorno natural puede ser grave, dependiendo del tipo de materiales del que estén compuestos. 

Otra mirada desde la perspectiva de la empresa

Con la nueva Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular publicada este pasado abril en el BOE, todas las empresas tienen el deber de recuperar y poner otra vez en valor los materiales que emplean.

De esta manera, queda prohibida la destrucción o su eliminación mediante depósito en vertedero de excedentes no vendidos de productos no perecederos tales como textiles, juguetes o aparatos eléctricos, entre otros; y se han tipificado con mayor precisión las infracciones y sanciones relativas a la infracción por abandono de basura dispersa o littering.

Otra de las mejoras que ha traído esta ley es el impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables, y la prohibición de utilizar ftalatos y bisfenol A en envases. Promoviendo los envases reutilizables en todos los establecimientos de alimentación, que vendan productos frescos y bebidas, así como alimentos cocinados.

¿Qué ocurre con la arquitectura?

También se sigue avanzando en este aspecto, pero en otros ámbitos, como en el de la construcción o edificación.  Con proyectos que buscan desarrollar soluciones innovadoras para incrementar la circularidad, trazabilidad y pureza de recursos minerales presentes en los Residuos de Construcción y Demolición (RCD) para realizar una fabricación ecoeficiente de nuevos productos de construcción.

Foto de Wendelin Jacober

Los escombros producidos por las casas se pueden volver a reutilizar.

Así el edificio debe dejar de ser un consumidor de materiales y convertirse en una fuente de materiales, en una mina. Junto a las distintas etapas de diseño, regulación, gestión, construcción y materiales; es posible llegar a poner de nuevo en marcha dentro de la economía circular nuevo materiales surgidos de esos llamados escombros, que no son más que otra fuente de recursos materiales.