Hoy se celebra el Día Mundial del No Uso de Plaguicidas 2021. En esta jornada de concienciación ambiental tan prioritaria para el bienestar de todos los organismos vivos, no podemos dejar de levantar la voz para parar la utilización de este tipo de sustancias tóxicas para cualquier tipo de vida (desde las plantas, pasando por los animales, hasta llegar a los seres humanos).

A vueltas con el glifosato

Uno de los más utilizados en todo el mundo es el glifosato, no solamente en cultivos agrícolas, sino en los propios jardines por los que paseamos tranquilamente con nuestros hijos. Es decir, lo respiramos casi de forma continua y nosotros entramos en contacto con él cuando tocamos las plantas.

Ya sabemos que es perjudicial para la salud. De hecho, en el año 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS), clasificó el glifosato como “probablemente cancerígeno para los seres humanos”, dentro del grupo 2A.

Día Mundial del No Uso de Plaguicidas 2021

La mayoría de los cultivos intensivos usan plaguicidas.

Se sabe que daña poco a poco el hígado y los riñones, nuestros órganos de limpieza fundamentales para el buen funcionamiento del organismo.

Es conocido como un disruptor endocrino, por su toxicidad para la reproducción y el desarrollo del feto, pero también por causar problemas en el sistema inmune o daños neurológicos.

¿Dónde está el glifosato?

Hay glifosato en nuestros tampones, en los pañales infantiles, en nuestras cervezas, en los alimentos del desayuno (el pan, por ejemplo), y prácticamente todos los europeos si nos hacen un análisis de orina (el laboratorio Biocheck Laboratory lo comprobó con 48 parlamentarios europeos de 13 países), detectarían en la misma el glifosato.

Día Mundial del No Uso de Plaguicidas 2021

El pan puede contener glifosato.

Estamos a las puertas del proceso de renovación del glifosato, herbicida autorizado en la Unión Europea hasta diciembre de 2022. Esperemos que lo prohíban de forma definitiva.

El glifosato incide en la herencia transgeneracional

Ahora, otro informe científico publicado en la revista Nature, demuestra que las exposiciones ambientales ancestrales a una variedad de factores y sustancias tóxicas promueven la herencia transgeneracional epigenética de la enfermedad de inicio en la edad adulta. Uno de los pesticidas agrícolas más utilizados en todo el mundo es el herbicida glifosato (N- (fosfonometil) glicina), comúnmente conocido como Roundup.

Las patologías transgeneracionales observadas incluyen enfermedad de la próstata, obesidad, enfermedad renal, enfermedad ovárica y anomalías en el parto (nacimiento).

El glifosato puede inducir la herencia transgeneracional de enfermedades y epimutaciones de la línea germinal (por ejemplo, espermatozoides).

Las observaciones sugieren que la toxicología generacional del glifosato debe considerarse en la etiología de la enfermedad de las generaciones futuras.

Daños a la fauna: invertebrados acuáticos y  polinizadores 

Los animales también sufren nuestros métodos de plagas. Los insectos polinizadores son los que más están notando sus efectos. Diversos estudios científicos apuntan en ese sentido. Uno proveniente de la Universidad de Koblenz-Landau en Alemania de este mismo año, publicado en Science, no deja lugar a dudas.

Los invertebrados acuáticos y los polinizadores, como las abejas, experimentan lo contrario: a pesar de las cantidades aplicadas reducidas, la toxicidad aplicada para estos grupos de especies se ha más que duplicado entre 2005 y 2015. Un cambio en los insecticidas utilizados hacia el uso de insecticidas piretroides y neonicotinoides es responsable de esta tendencia.

La toxicidad aplicada aumenta también para los herbicidas, junto con la cantidad aplicada. En este caso, las plantas terrestres se enfrentan al mayor aumento de la toxicidad aplicada.

Las plantas y los polinizadores están fuertemente conectados desde el punto de vista ecológico. El aumento simultáneo de las toxicidades aplicadas en ambos grupos alerta de posibles efectos negativos generales fuertes sobre la biodiversidad de plantas e insectos.

Las abejas enferman o desaparecen

En España, una publicación del SINC (Servicio de Información y Noticias Científicas), ya alertaba que los plaguicidas afectan a la pérdida de funciones cerebrales en abejas.

Los investigadores de la Universidad de Almería descubieron que la exposición a pesticidas de los insectos encargados de la floración y polinización de las plantas provoca la pérdida de neuropéptidos en su organismo.

Estas moléculas regulan los mecanismos nerviosos del aprendizaje y la memoria, el apetito, el comportamiento sexual o el control del dolor y de la presión arterial. Numerosos trabajos han concluido, que los pesticidas son también un factor importante en la pérdida de población de abejas.

Día Mundial del No Uso de Plaguicidas 2021

Abeja muerta.