Defender, conservar y comunicar los derechos de los seres vivos en la naturaleza, y del medio ambiente, en general, se ha convertido en una profesión de riesgo. Dos periodistas compatriotas han sido asesinados en Burkina Faso, mientras rodaban un documental sobre la caza furtiva de animales salvajes.Ā
David BeriƔin y su compaƱero, el cƔmara Roberto Fraile, son los dos periodistas espaƱoles que se encontraban en paradero desconocido al sufrir el ataque de un grupo armado. EstƔ claro, que te juegas la vida por defender el derecho a vivir de los animales.

Ecologistas o defensores de la naturaleza y del medioambiente.
Mafias detrƔs de los cazadores furtivos
En estos casos, lo mÔs común es que los cazadores furtivos no tengan ningún tipo de compasión, ni remilgos para empuñar una pistola o metralleta, y acabar con la vida de quien obstaculice su camino hacia el objetivo, que son esos animales salvajes.
Las mafias que estĆ”n detrĆ”s de los sicarios se encargan de realizar el trabajo sucio, para que otros extorsionadores que viven en la otra punta del globo terrĆ”queo puedan obtener su querido trofeo. Su conexión con traficantes de armas y altos cargos polĆticos es de todos sabida, pero callada y silenciada, por supuesto, con dinero o con la muerte.
Los guardias forestales en estos lugares, hacen lo que pueden, a costa de sacrificar su vida y la de su familia. Una corrupción delirante que llega a todas partes, y que al igual que ocurre con el calor abrasador del continente africano, termina por dejar noqueado y sin capacidad de reacción a todos cuantos entran en este juego sucio.
Los colmillos del elefante, el cuerno del rinoceronte, la piel y los huesos de jirafa, distintas partes del organismo de los buitres, y un largo etcĆ©tera, son las vĆctimas del trĆ”fico ilegal. Ya sea para el uso en la medicina tradicional de algunos paĆses, para permanecer como trofeo en sus mansiones o para usar su piel para complementos o decoración. Ā”AhĆ es nada!

IndĆgena ecuatoriano.
Cientos de ecologistas y defensores de la naturaleza o del medio ambiente asesinados en el 2020
Me recorre un escalofrĆo al mirar las cifras de los ecologistas o defensores de la naturaleza y del medioambiente, que han sido asesinados en el pasado aƱo 2020, muchos de ellos indĆgenas, que simplemente pretendĆan vivir en el territorio en el que han vivido sus antepasados.
Han acabado con la vida de 331 personas defensoras de derechos, de las que alrededor de un 75% eran indĆgenas y/o se dedicaban a la protección y conservación de la naturaleza. Colombia es el paĆs que se lleva la palma, con 177 muertos a sus espaldas. Muy lejos del resto, aunque algunos de ellos con solamente una vida, como PakistĆ”n, Bolivia, Nepal o Libia; pero por ello, no menos deplorable.

IndĆgenas de Botswana.
TambiĆ©n hay que tener en cuenta el resto de abusos cometidos, que no han terminado con muerte. 919 personas han sufrido maltratos, tanto fĆsicos, como psicológicos, para defender sus derechos. De entre ellas, un 27% de los defensores medioambientales y/o indĆgenas sufrieron arrestos, un 26% padecieron maltrato fĆsico, un 17% sufrieron acciones legales, un 9% padecieron asaltos, y un 3% sufrieron campaƱas de de desprestigio, segĆŗn los datos aportados por la ONG Front Line Defensers.
En Colombia, las personas que soportaron esos abusos, fue por oponerse a la extracción de recursos naturales o al cultivo de drogas. En muchos lugares, estas personas tenĆan protección oficial, pero a otras muchas se les desestimo, con lo que se quedaron a riendas de la suerte o del destino.
Nuestro planeta tiene numerosos tesoros naturales, algunos de ellos cuestan millones de euros o de dólares, por lo que son frecuentemente objeto de aprovechamiento ilimitado por parte de determinadas empresas u organizaciones, que pretenden explotar hasta la saciedad esos recursos sagrados para la vida en la Tierra. ¿Hasta cuÔndo se va a permitir este derramamiento de sangre y este saqueo impune?
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