La nueva Lista Roja de la UICN arroja datos preocupantes sobre algunas aves. Quizás las más emblemáticas sean las de buitres africanos, ya que 6 de las 11 especies que existen en el continente se enfrentan a una amenaza real de extinción.
Birdlife International se ha encargado de evaluar la situación de estas grandes aves carroñeras y no ha tenido más remedio que asignar la categoría máxima de riesgo, en peligro crítico (CR) a seis especies de buitres africanos. Esto supone que las poblaciones que sobreviven tienen una posibilidad real de desaparecer y que su protección es innegociable. La siguiente categoría de la Lista Roja es la extinción y una vez alcanzada no hay vuelta atrás.
Los principales peligros a los que se enfrentan estas aves son los cebos envenenados. Aunque se ha conocido recientemente que otra especie de rapaces, en concreto el águila imperial ibérica, es víctima de estas prácticas, el caso de los buitres africanos es indirecto. Estos acuden a alimentarse de cadáveres de otros animales que han fallecido por envenenamiento con cebos y se enfrentan a una más que probable comida letal.
Otra importante amenaza para los buitres africanos son los cazadores furtivos, que los abaten a sangre fría por ser testigos de las muertes ilegales de grandes mamíferos. Las aves, atraídas por la presencia de cadáveres que les sirven de alimento, acuden a las zonas donde existe furtivismo y los cazadores acaban con ellos, para evitar que la presencia de estos majestuosos seres alerte a las autoridades de sus fechorías.
Al margen de la gravedad que la desaparición de estas rapaces supondría para la biodiversidad y el medio ambiente, la afectación puede llegar a los seres humanos, ya que los buitres “contribuyen a frenar la propagación de enfermedades mediante la eliminación de los cadáveres en descomposición”, como afirma Julius Arinaitwe, director del Programa de Birdlife International para África. Este no es un tema menor, cuando hablamos de un continente tan vulnerable a las epidemias.
Desafortunadamente, este no es el único caso preocupante que destapa la nueva Lista Roja de la UICN. Especies emblemáticas como el frailecillo atlántico (Fratercula arctica), el cálao de yelmo (Rhinoplax vigil) o la tórtola europea (Streptopelia turtur), declarada Ave del Año 2015 por SEO/BirdLife, también han empeorado su estado de conservación y requieren una actuación inmediata para no llegar a los extremos de los buitres africanos.
En España, han empeorado su situación tanto la tórtola europea como el porrón europeo (Aythya ferina), que pasan a la categoría de vulnerable (VU) en la Lista Roja. El problema es mayor si tenemos en cuenta que ambas aves son especies cinegéticas, por lo que el control de estas prácticas se hace imprescindible. Es muy complicado que estos animales recuperen sus niveles poblacionales mientras se sigan cazando, un mal que se añade a otros como la destrucción de sus hábitats que, en el caso de la tórtola, han provocado una disminución de más del 30% en su nivel poblacional en los últimos 16 años.
La protección de aves emblemáticas no solo está ligada al mantenimiento de la biodiversidad o a la riqueza de los ecosistemas. La desaparición de una especie de tal importancia puede desencadenar una serie de consecuencias que acaben afectando seriamente a los seres humanos, por lo que su conservación no es una preocupación menor. Como en el caso de los buitres, que ayudan al control de las epidemias, la Lista Roja debe ser tenida en cuenta para proteger a las especies en peligro de extinción, que forman parte de la diversidad del planeta y, por lo tanto, del equilibrio global.
No hay Comentarios