Los plásticos han inundado el planeta, sin excepción. Pero, ¿realmente los necesitamos todos? No, por supuesto. ¿Se podrían sustituir por otro tipo de material menos contaminante? En la mayoría de los casos, la respuesta es sí. Teniendo esto en cuenta, la responsabilidad individual de cada uno de nosotros es esencial.
Cada persona puede darse cuenta de la importancia de favorecer el uso de los plásticos, al seguir adquiriéndolos de forma eterna. Sí, de forma eterna. Te has preguntado alguna vez ¿cuántas botellas de lavavajillas consumirás a lo largo de tu vida? ¿Y de detergente para la lavadora o de gel de ducha? Eso dejando atrás las sempiternas botellas de agua de plástico.
Si has llegado a esta conclusión alguna vez (esto nadie te lo enseña o recomienda, no vaya a ser que la producción caiga en picado, ¿no?), estás de suerte, porque una mente privilegiada y preocupada por las consecuencias que esto acarrea en el medio ambiente y en cada uno de nosotros, ha ideado una calculadora para saber la cantidad de plásticos que consumes en tu vida diaria.
Es decir, la huella de plástico que dejas con tu paso por el mundo. Con unas pocas preguntas averiguarás en qué nivel te encuentras: si eres un basurero andante, o si tu conciencia te ha dicho eso de «basta ya». Nadie es ángel o demonio (depende de lo que esté en juego), pero en esa degradación entre el blanco y el negro, hay multitud de grises. Habrá que observar si te encuentras en el gris oscuro o en el gris níveo.
No te asustes si compruebas que sales a casi cientos de kilos anuales, es lo que se considera «normalidad» para alguien que no tenga otras miras más que su propio ombligo. Me imagino que si estás leyendo esto, es porque algo te preocupa de lo que está ocurriendo. Debemos tender hacia el residuo cero como meta.

Nuestra basura se compone en casi su mayor parte de plástico.
Aunque lo peor, y lo que más me enciende, es que ni los gobiernos, ni las autoridades sanitarias, en la mayoría de los casos, velan por su población, por su ciudadanía. Todavía no he visto campañas globales (excepto las de los grupos ecologistas) en las que se involucren al 100%, excepto en aquellos casos donde determinados grupos políticos lo han exigido. Con esto quiero decir que el principio de prevención y de precaución no existe, nunca ha existido, con esto y con un montón de sustancias…se podrían escribir millones de líneas sobre ello.
Ahora viene lo mejor, ¿quiénes son los que más van a pagar las consecuencias? Los más vulnerables, los más débiles, y, por ende, los más desinformados. Por eso, nunca debes quedarte con una respuesta, busca e investiga, es lo único que te hará libre en tu elección.
Por poner un ejemplo, tenemos el caso del bisfenol A (BPA) que se ha estado incluyendo en nuestros plásticos (¡y sigue!), sin haber hecho estudios antes para comprobar si era peligroso. Pero ahora, después de tanto tiempo, ¡qué casualidad!, han llegado estudios científicos independientes advirtiendo de su toxicidad y su daño para los seres vivos (sin excepción), además de países que han legislado para prohibir su uso, como Francia en los envases. Ahora, también se decidirá en los tickets de caja (también se impregna en las manos).

Algunos productos infantiles con bisfenol A.
Pero son medidas que se han quedado cortas, y llegan, como todas, demasiado tarde. Solamente hay que pensar en todos los microplásticos que los niños han estado tragando en forma de biberones calentados en los microondas. Esos niños que después han desarrollado todo tipo de dolencias neurológicas, problemas en el sistema endocrino o en el sistema inmune, entre otros. ¡Todos los artículos infantiles deberían estar libres de BPA sin excepción, también los juguetes!
Por estas y otras muchas razones, debemos intentar excluir los plásticos de nuestra vida diaria.
Cómo empezar a deshacerse de los plásticos
- En vez de adquirir una nueva botella de lavavajillas, elige una pastilla de jabón para limpiar la vajilla y los cubiertos. ¡Incluso puedes fabricar jabón casero, si te animas!
- Olvídate de la esponja-estropajo de fibras artificiales: puedes usar la vegetal de toda la vida o adquirir lufa (proveniente de la familia del calabacín) de forma cuadrada o redonda.
- Lo mismo ocurre con tu higiene diaria: pásate a utilizar un champú sólido o enjabónate con una pastilla de jabón en la ducha. Otra opción es fabricar tus propios productos de higiene.
- Usar cosmética casera es una forma de economizar y ahorrar plástico. Puedes realizar un curso o investigar por Internet cómo hacerla.
- La limpieza de tu hogar realízala con productos amigables con el medio ambiente elaborados por ti mismo.
- Intenta adquirir prendas de materiales naturales biodegradables. Las fibras artificiales provienen del plástico y terminan en nuestros ríos y mares mediante los lavados.
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