Cada vez nos encontramos con más y mejores formas de evitar consumir y derrochar plásticos. Una de ellas está causando furor. Se trata de la nueva tendencia en utilizar pajitas naturales. En este caso, son pajitas de hierba con residuo cero.

Ingeniosa solución natural

En Vietnam se les está dando nuevos usos a toda la gran variedad de plantas que habitan en la naturaleza. La ingeniosa solución de utilizarlas para beber agua o refrescos ha nacido de un joven empresario vietnamita.

Tran Minh Tien, que así se llama el creador, se las ha arreglado para convertir su idea en un negocio próspero, Ống Hút Cỏ, basado en una especie muy común allí, Lepironia articulata. Se conoce normalmente como juncia real, y se trata de un tipo de hierba perenne que crece en zonas cálidas y tropicales. Dependiendo para quién, es una «mala hierba», porque suele desarrollarse en zonas de cultivos.

En la Medicina Tradicional China y la Ayurvédica la han usado para tratar dolencias, desde fiebre hasta trastornos digestivos. Según sus propiedades, regula el Qi, lo que se conoce como el flujo de energía vital. En Viernam, esta planta aparece en la región del Delta del Mekong, situada en el suroeste de Vietnam.

Fresca y seca

El diseño es natural, porque la propia hierba tiene forma de pajita, es hueca por dentro. Se distribuye en dos versiones distintas: una fresca y otra seca. Se recolectan y se lavan, cortándolas en torno a los 20 centímetros. Duran alrededor de dos semanas si se conservan en el frigorífico, y en un recipiente hermético.

Aunque pueden durar aún más, si se cuecen con sal y se dejan secar, y se conservan en un lugar fresco y seco. Las secas se dejan de dos a tres días al sol, para después hornearlas. El tiempo de duración de estas es de alrededor de seis meses.

Lo genial es que después de usarlas, se pueden comer, así que sirven para aportar algo más a nuestro cuerpo, que solo la ingesta de líquido. Además, es posible compostarlas como el resto de desperdicios orgánicos.

Soluciones verdes

Igual que este joven vietnamita ha innovado en materia medioambiental, cualquier persona puede hacerlo, simplemente tiene que acercarse al medio natural y pensar que nos puede aportar, y de qué  forma podemos sacarle partido.

Soluciones verdes que pueden ir cambiando nuestras costumbres hacia un mundo más sostenible. Solo se necesita plantearse cada día como un reto, en el que intentemos dejar una mínima huella de carbono.

Las pajitas en sí son un objeto innecesario, pero si se van dando pasos en esa dirección, de hacer ver a la sociedad que entre todos podemos transformar lo que queramos, para que contribuya a mejorar la vida de todos los seres vivos, el cambio puede ser tan real, que parecerá sacado de una película futurista.

Es necesario plantarle cara al plástico, por nosotros y por los que están por venir. La acción comienza en cada gesto y en cada amanecer, eso no se nos puede olvidar. La contrapartida puede ser provechosa: obtener mejores alimentos, un océano con fauna marina, unos ríos menos contaminados, un aire respirable y una tierra rica en biodiversidad.