Cada vez se adelanta más la campaña de Navidad. Ahora con la moda del Black Friday, importado de Estados Unidos, cada vez tenemos que lidiar antes con las ofertas, las multitudes y los comercios repletos de muchedumbre con una insaciable hambre de consumir lo último.

Por qué no celebras el Green Friday?
Consumo inconsciente e irresponsable
La tentación es dulce, y nos hace desembolsar una cantidad ingente de dinero, que la mayoría de los mortales no tenía previsto, con eso de que las gangas se escapan…Los reyes del marketing saben esto y mucho más, teniendo en cuenta que las personas esperan obsequiar a los suyos con lo mejor, no escatiman en esfuerzos para que despachen su dinero mucho antes y en demasía.
Un negocio redondo que comienza cuando se encargan artículos en exclusiva para este momento, como se ha hecho en las últimas décadas en las rebajas que comienzan después de las navidades. No solo se queda ahí el invento de consumir por consumir, sino que suben los precios para después realizar la rebaja correspondiente. Conclusión, ellos (marcas, tiendas, vendedores…) salen ganando siempre.
Las empresas ya no saben que hacer para que los humanos no se puedan resistir a llenar sus casas de cachivaches, que no usan y se acumulan hasta que un día deciden deshacerse de ellos, por supuesto, sin ningún tipo de conciencia medioambiental.
De la misma manera que hay que tener la cabeza bien amueblada para no saltarse las leyes mínimas de raciocinio cuando por delante te muestran los más variados enseres a tu disposición por un puñado de billetes, también la hay que tenerla cuando se pretende tirar a la basura un objeto nuevo.

Desea un feliz Green Friday.
No escarmentamos
Por desgracia, estas contradicciones diarias y situaciones surrealistas se pueden observar de forma común. Vivimos en la era de que quien más tiene, más desea y más le respetan. Algo disparatado, que parece sacado del teatro de lo absurdo.
Mi admirado Francisco de Goya, ya expresaba en sus obras esas bajezas y ese embaucamiento que los hombres albergaban en su ser, que solía rayar en lo rastrero. Criticó lo que nadie o pocos artistas criticaban con su lápiz, su pluma y su pincel. Una sinrazón que asediaba las cabezas de la humanidad, volviéndoles títeres expuestos a las maniobras de esos entes que dominan de forma maquiavélica la ética.
Si hay alguien todavía no conoce esa faceta del zaragozano universal, le recomiendo visitar encarecidamente la exposición Goya. Dibujos. «Solo la voluntad mi sobra» inaugurada en el Museo del Prado de Madrid cuando cumple 200 años.
Siempre hay alguna excusa para acercarse por una de las mejores pinacotecas del mundo, pero mucho más cuando se quiere saber cómo retrato el genial Goya a esa sociedad deplorable que vivía aparentando y tapando sus desvergüenzas. Una sátira que gracias a su modernidad se puede trasladar hasta nuestros tiempos y aplicarla sin miramientos.
La sociedad capitalista es digna de ser criticada, más cuando muestra esas dos caras que viven en perfecto acople, pero sin ningún tipo de traspaso. Es capaz de ver morir a la gente de hambre a cien metros, pero no hará nada, seguirá como si no pasase. Aunque puede ser que colabore aportando cierta cantidad económica para los niños de los países subdesarrollados.

Necesitamos más corazones verdes que luchen en contra del cambio climático.
Green Friday
No desperdiciemos más dinero en incrementar nuestro ego, cuando lo necesitemos realmente, no lo tendremos disponible. El planeta sí necesita que alguien se preocupe por él. Es el momento de no mirar hacia otro lado y apoyar la causa medioambiental.
No tenemos más opción que demostrar al mundo que todavía seguimos creyendo en algo más allá que satisfacer nuestras propias necesidades. Cubiertas o no, nuestro deber es anteponer prioridades, la más apremiante es dejar de apoyar al consumismo atroz y estimular el consumo responsable y consciente. ¿Por qué no le damos la vuelta y votamos por una iniciativa medioambiental como el Green Friday? ¡Tal vez regalando árboles y plantas el mundo comience a cambiar!
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