El próximo viernes se conmemora el Día Internacional de la Mujer, por eso no podemos dejar de hacer un pequeño homenaje a todas aquellas mujeres que luchan por el medio ambiente. Hay muchos ejemplos icónicos, pero nuestra mirada se debe centrar en esas nuevas generaciones que vienen arrasando y no se callan por nada, ni ante nadie. En este caso, tendremos que dirigir nuestros aplausos a esa chica sueca llamada Greta Thunberg. 

Día Internacional de la Mujer

Día Internacional de la Mujer: las jóvenes ya no se conforman con lo que se han encontrado, ¡quieren cambios ya!

Movilización planetaria

Sí, con 16 años ha dicho lo que tenía que decir a los líderes mundiales sin pestañear. Como la mayoría de los niños y jóvenes está preocupada por su futuro y el lugar en el que va a tener que vivir, la Tierra. Lo que no le convence, como al resto de su generación, es que esos dirigentes después de varias décadas con reuniones de aquí para allá por todo el planeta, todavía no se hayan puesto a actuar; porque está muy bien negociar y charlar, pero el tiempo pasa y se sigue sin hacer nada real al respecto. 

Concienciada con la huella de carbono desde su infancia, pidió a sus padres que se hicieran veganos y que no volvieran a coger ningún avión más. De hecho, fue nominada por la compañía eléctrica Telge Energi para los premios Children’s Climate Prize, pero su responsabilidad medioambiental le llevó a declinar la nominación, simplemente por tener que volar en un avión. Su ética no se lo permitía.

Greta lo tiene muy claro, y su entusiasmo ha ido contagiando a miles de estudiantes por todo el planeta al ritmo de cada protesta celebrada todos los viernes. Con el hastag #FridaysForFuture, han conseguido movilizar por las Redes Sociales a esos chavales que no se conforman con un panorama desolador. Su motivación no es otra que la de frenar el cambio climático para poder coexistir en un planeta con unas condiciones óptimas de vida.

Chicas científicas a favor del planeta

Pero como ella hay cientos de heroínas anónimas que a pesar de su corta edad están luchando por pequeños proyectos locales, pero que pueden influir de forma irremediable en la acción global. Tal es el caso de Maanasa Mendu, una joven estadounidense de 15 años que ha quedado finalista en los mencionados premios con un gadget llamado Harvest. Se trata de un dispositivo que convierte la energía del viento, del sol o de la lluvia en electricidad. 

Maanasa ha diseñado numerosos prototipos realizados con componentes reciclados, como botellas de plástico y láminas que funcionan a la perfección. El bajo coste de Harvest (menos de 5 dólares) lo hace perfecto para poder utilizarlo en países en vías de desarrollo, y que cualquier familia pueda tener acceso a la electricidad proveniente de energías renovables de forma permanente o temporal.

Se inspiró en las plantas para crear unas «hojas solares» y en el proceso de la fotosíntesis para llevar a cabo su genuino invento, recolectando energía por oscilación. Generando corrientes eléctricas por la vibración y almacenando la energía o usándola si se necesita con luces LED. La joven diseñadora cuenta que muchas veces se desesperó en los primeros momentos cuando producían muy poca energía sus prototipos, pero siempre fue consciente de que debía intentarlo las veces que fuera necesario, confiando en sí misma y en sus posibilidades.

Nos vamos a quedar con la brillante idea de Maanasa y con su filosofía para que todas las mujeres y niñas se la apliquen como un mantra cada mañana cuando comience el día: «Tienes que creer en tu idea, o por lo menos intentarlo». Las mujeres están transformando el mundo, ¿todavía no te has dado cuenta?