El consumo de acelgas es ancestral. Se sabe de su incorporación a la alimentación en tiempos griegos, allá por el siglo v a.C. También los romanos la tomaban, y con los árabes su consumo se extendió por todo el Mediterráneo. Además del claro aporte nutricional para la salud, se comía con carácter medicinal. Su nombre latino es Beta vulgaris, por eso sabemos que está emparentada con la remolacha, y las variedades que son más comunes de encontrar en el mercado son las que tienen hojas verdes de color oscuro con la penca blanca Bressane, las de hojas verdes amarillentas, conocida como de Lyon; y finalmente, en los últimos años han tenido una gran acogida las acelgas de colores.

Las acelgas son una de las verduras más recomendadas para consumir en la época invernal, debido a su riqueza en vitamina A. De ahí su importancia para evitar problemas respiratorios como sinusitis, faringitis o bronquitis, entre otros. Los potentes antioxidantes de esta vitamina favorecen además la visión, el cabello o cualquier tipo de enfermedad cutánea como eczemas, descamación o picor que suelen acompañar a la dermatitis.

Acelgas

Escoge las acelgas más pequeñas para prepararlas en ensalada, aunque con el frío siempre es mejor tomarlas en caliente.

Las personas que sufran de cataratas, glaucoma o ceguera nocturna, u otros problemas oculares con falta de visión; deberían consumir varias veces a la semana este tipo de verdura para procurar una recuperación. También cualquier tipo de alopecia se verá mejorada con el consumo de entre 150  y 200 gr de acelgas a lo largo de la semana.

Ricas en potasio, magnesio, calcio y hierro; las acelgas son el alimento indispensable para aquellos que necesiten una cura de adelgazamiento o presenten problemas de retención de líquidos. El potasio ayuda a equilibrar el organismo desde el punto de vista hídrico, en especial al sodio. El magnesio es un mineral esencial para la lucha contra los problemas cardiovasculares, desde cardiopatías hasta la propia hipertensión arterial.

Las acelgas sobresalen por la cantidad de calcio que poseen, por eso son indicadas para los niños, jóvenes e incluso embarazadas. Fortalecen los huesos y evitan la osteoporosis. Al igual que todos los vegetales de color verde son una fuente de calcio, mucho mejor tolerada que la leche. Las embarazadas también se beneficiarán de su aporte en ácido fólico (aunque lo estén tomando mediante suplemento) para evitar deformaciones como la espina bífida en el bebé.

Las acelgas contienen una cantidad de hierro nada desdeñable: si necesitas aportar a tu alimentación más cantidad de este mineral, consume a menudo este vegetal. En épocas de convalecencia, cansancio, después de operaciones, o incluso, si eres mujer, en época menstrual; te aliviarán y mejorarán tu condición física y ánimo.

Intenta comprar acelgas provenientes de la agricultura ecológica, ya que al depositarse todos los productos químicos en las hojas que se consumen (de las convencionales), su eliminación es prácticamente imposible.

Acelgas

Los vistosos colores de las acelgas de colores delatan su riqueza en otras vitaminas, como la vitamina C.

Pero quizás, por lo que más destacan las acelgas es por su elevado nivel de vitamina K. Si presentas problemas de coágulos o moratones al darte un pequeño golpe, serán tus próximas aliadas. Tendrás entonces más facilidad en recuperarte de las contusiones y tu sangre fluirá mejor. 

Su aporte de fibra es realmente eficaz si quieres dejar atrás el estreñimiento, los problemas intestinales o las molestas hemorroides; pásate por el mercado a adquirir unas cuantas (sirven las que están en conserva. pero las vitaminas ya han desaparecido, aunque no la fibra). La fibra es esencial para un perfecto funcionamiento del sistema digestivo y del cuerpo en general.

Al igual que otras verduras, como las espinacas, las acelgas si se consumen en cantidades excesivas producen oxalato cálcico que se puede depositar en forma de cálculos en los riñones. Si ya sufres de este trastorno, puedes tomarlas pero en cantidades moderadas. Siempre es mejor que consultes con un profesional, para que pueda establecer los valores mínimos.

Intenta realizar una cocina exquisita incorporándolas a multitud de platos. Debido a su sabor que combina bien con casi todo, las acelgas van a ser el plato estrella del invierno combinadas con pasta, arroz, trigo sarraceno o quinoa. Incluso en sopas o cremas quedan fenomenal. Se pueden tomar crudas si son pequeñas y su penca es estrecha, pero la mejor forma de comer las de mayor tamaño es cocidas, echando bastante sal al agua, y limón para que no se oxiden mucho.