La pieles sensibles suelen presentar varios problemas epidérmicos como son rojez, tirantez, picor, eczemas, sequedad, escamas, inflamación, e incluso acné. Está claro que los cuidados que requiere una piel sensible son mucho más específicos a la hora de elegir los cosméticos más adecuados, por lo que es imprescindible leerse bien hasta el último ingrediente del INCI (International Nomenclature Cosmetic Ingredient).

Pieles sensibles

Las pieles sensibles necesitan protección para no sufrir más agresiones externas.

Consejos para pieles sensibles

Muchas veces el problema aparece en la piel, pero puede ser la expresión de otros internos, aunque la piel sensible será siempre sensible, aún teniendo en cuenta que se puedan disipar esos problemas. Por ello, es fundamental repasar con lupa las acciones que se realizan diariamente. Parece mentira, pero algunas veces esa sensibilidad puede venir condicionada por factores externos o alergias. Así que debes de echar a un vistazo a la almohada y a su funda, incluso al detergente que utilizas para lavar, también el frío o el sol excesivo desemboca en un mayor incremento de las reacciones cutáneas.

La alergia al sol es bastante común, más de lo que imaginamos; y el frío puede dejarte una piel preciosa o dejarte el rostro más parecido a una lija rojiza. Sobre todo escucha a tu cuerpo, y habla con él, ¡faltaría más! También tendrías que vigilar de cerca tu alimentación, por si todavía no habías caído en la cuenta.

Determinados alimentos provocan reacciones de alergia a algunas personas, que se pueden manifestar con rojeces o picores. Es decir, si un día tomas algo y al rato o al día siguiente aparecen las molestias en la piel, puede ser que tengas que dejar de tomar ese alimento por unos meses.

Pieles sensibles

Utiliza productos sin jabón para que no se reseque más la piel, y se perturbe la epidermis.

Por supuesto, el exceso de grasa proporciona el caldo de cultivo para inflamaciones en la piel; por lo que no bases tu menú en este tipo de alimentos. Alíate con los vegetales e hidratos de carbono integrales, olvida el azúcar para endulzar (sustitúyelo por miel, panela, sirope de ágave o estevia).

Son típicos los habones o las ronchas que vienen y van en determinadas pieles sensibles, suelen intensificarse con el agua clorada o incluso con el nerviosismo o la sudoración. De ahí que sea necesario controlar el estrés y empezar a realizar relajación y meditación cada día. Mejorará tu piel y el estado de ánimo. ¡Prueba y verás la diferencia! La belleza también está en la piel.

Intenta no usar mucho agua en tus duchas o al desmaquillarte el rostro, y si lo haces deberías colocarte algún artilugio (mango de ducha o alcachofa) para reducir el cloro y los metales pesados que se acumulan en el agua, sobre todo si eres urbanita. Evita los productos con jabón para tu higiene corporal, cada vez hay más dónde elegir, así que no tendrás problemas en encontrarlos. ¡Qué suerte, muchos de ellos son destinados para bebés y niños, y tienen unos aromas fantásticos!

Pieles sensibles

Alíate con la cosmética natural para evitar sustancias químicas que puedan empeorar la sensibilidad.

La mayoría de las marcas usa jabón en sus composiciones, pero prescinde de él si puedes. Para el rostro es mejor una loción micelar bio o eco para pieles sensibles o una loción limpiadora, aunque las de farmacia algunas funcionan bien, suelen llevar muchos ingredientes químicos que es mejor olvidar. Las aguas florales o hidrolatos son el mejor remedio para calmar esas tiranteces y picores en sustitución del tónico: manzanilla, lavanda, azahar, helicrisio, hamamelis, rosas, salvia o aciano; entre otras.

Olvídate de las palabras regenerante, perfeccionador de piel o iluminador, a no ser que tengas acné en una determinada zona; porque todas estas palabras que suelen aparecer en muchas marcas son sinónimos de erosión o exfoliación de la piel en sus diferentes versiones y con diferentes métodos. Lo peor para las pieles sensibles, porque produce mucha más irritación, y no soluciona nada.

Es mejor establecer un pacto con los ingredientes de propiedades calmantes. Los ácidos están prohibidos, aunque es posible que el ácido hialurónico o el ácido levulínico no dé problemas en algunas pieles. Usa productos naturales, mejor si son certificados por la agricultura ecológica.

Los aceites esenciales a veces dan también reacciones cutáneas importantes, por eso siempre es mejor probar antes de comprar. Pide una muestra de lo que tengas pensado probar, normalmente suelen tener muestras para distribuir de forma gratuita, y sino puede ser, que te puedan obsequiar con una minitalla para que la pruebes. Sobre todo, fíjate bien en toda su composición, poco a poco irás solucionando tus problemas si descartas esos alérgenos.