Las Naciones Unidas (ONU) pronostican que para el año 2050 será necesario incrementar la producción de alimentos en un 70 % para alimentar a la población mundial. Este reto no tiene una solución única, pero está suscitando el desarrollo de algunas ideas innovadoras que podrían modificar enormemente nuestra alimentación.
En 1931, Winston Churchill, predijo que llegaría el día en que los científicos utilizarían microbios para cultivar carne en los laboratorios, de forma muy similar a como los panaderos emplean la levadura para hacer pan. Ochenta y dos años después, la predicción de Churchill se ha hecho realidad: en 2013, el doctor Mark Post, catedrático de Fisiología por la Universidad de Maastricht, hizo historia tanto en el ámbito científico como en el culinario, al presentar y después comerse una hamburguesa que él mismo había cultivado en su laboratorio en Maastricht.
El año pasado, la población mundial alcanzó los 7.200 millones de habitantes y está previsto que supere los 9.000 millones en 2050. Aunque uno de cada nueve habitantes todavía carece de alimentos suficientes para llevar una vida sana, se ha producido un incremento considerable de las clases medias, que se prevé que lleguen a los 4.900 millones de habitantes en 2030. Esta riqueza recién descubierta va acompañada del gusto por la carne, los huevos y los lácteos. Entretanto, la forma en la que criamos el ganado tiene un impacto medioambiental enorme, ya que es uno de los principales desencadenantes de la emisión de gases de efecto invernadero.
Ante todos estos retos, ¿cómo podemos mejorar la producción y el suministro de alimentos y la propia nutrición, al tiempo que nos preparamos para acoger a una población mundial superior a los 9.000 millones de habitantes?
Tenemos que empezar a pensar urgentemente en cómo vamos a satisfacer esa demanda adicional de una forma que resulte sostenible.
Un buen punto de partida es la carne. El consumo mundial de carne está creciendo, a pesar de ser una de las fuentes de proteínas menos eficiente desde el punto de vista de la producción. Según un reciente estudio publicado en la revista Nature Climate Change, la carne y los productos lácteos contienen tan solo el 2,6 % de la biomasa de los piensos y pastos con los que se alimenta a los animales; el 97,4 % restante se pierde. Los científicos que alertan del cambio climático llevan advirtiendo desde hace más de 10 años que debe reducirse el consumo de carne. Se necesitan entre 5 y 20 kilos de cereales y unos 15.000 litros de agua para producir 1 kilo de carne de vacuno, mientras que el metano emitido por las vacas contribuye al calentamiento global con una eficacia 25 veces superior a la del CO2. Pese a estos alarmantes datos, se prevé que para el año 2050, el consumo mundial de carne se incremente en un 76 %.
Los insectos como alternativa
Son muchos los que ven una alternativa en los insectos. Provocan menos emisiones de gases de efecto invernadero, necesitan una cantidad considerablemente menor de terreno y agua que el ganado, e insectos como los grillos solo consumen 2 kilogramos de comida por cada kilo de aumento de su peso corporal.
En 2013, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) llevó a cabo un amplio estudio sobre insectos comestibles y sus posibilidades como alimento alternativo. Los insectos ya forman parte de la dieta tradicional de 2.000 millones de personas y unas 1.900 especies se utilizan como alimento. Satisfacen con creces prácticamente todos los criterios por los que se quiera valorarlos: son una fuente de alimentación altamente nutritiva que aporta grasas de tipo saludable.
Esta puede ser una de las soluciones para ayudar a la población mundial a adoptar una dieta saludable y sostenible. Aunque con una mirada más local en la población española, pese a sus méritos, los insectos no acaban de imponerse en Occidente.
¿Cómo podemos ayudar a la población española a adoptar una dieta saludable y sostenible?. BASF ha abierto un debate en el que todos los ciudadanos pueden formar parte, dar su opinión y generar ideas para sumar fuerzas y mejorar nuestra sociedad. ¡Seguro que tienes muchas y buenas ideas,
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