Las rosas son unas de las flores más cultivadas en el mundo. Tanto es así, que hay más de 30.000 variedades en todo el mundo y cada año se dan a conocer nuevas hibridaciones e incluso variedades genéticamente alteradas.

El cultivo de estas plantas se puso de moda en el siglo XIX en los jardines de toda Europa (pero no te confundas, sólo la clase más adinerada podía permitírselo: los demás a aguantarse con geranios y si acaso…) y en la actualidad pocos Jardines Botánicos hay que no posean una buena colección de estas flores.

El Real Jardín Botánico de Madrid posee una colección impresionante, so podéis pasaros a verla en primavera. Imagen:  Real Jardín Botánico

El Real Jardín Botánico de Madrid posee una colección impresionante. Si podéis, pasaros a verla en primavera.
Imagen: Real Jardín Botánico

Desde silvestres a genéticamente modificadas

Los humanos tenéis una tendencia, algunos casi obsesiva, por las plantas de jardín, y en el caso de las rosas vuestra manía ha llegado a dar una gran diversidad genética a lo largo de todo el mundo. Habéis llegado a crear negras y de otros colores imposibles (si no te has dado cuenta, la coloración negra en las flores no es algo muy normal).

Las rosas de Halfeti, yo las llamo las gothic roses, crecen de manera natural negras. Imagen: cookingideas

Las rosas de Halfeti (yo las llamo las gothic roses), crecen negras de manera natural.
Imagen: cookingideas

Los rosales se han clasificado de manera simple en tres tipologías básicas:

Rosas silvestres

De ellas descienden todas las demás variedades. Si habéis ido por el campo y os habéis encontrado escaramujos (o tapaculos, depende de dónde seas, así los llamas) debéis saber que ésas son las variedades de rosales originales. Se caracterizan por tener flores simples de 5 pétalos de color blanco, amarillo, rosado o púrpura y sin apenas olor.

Algunas rosas silvestres, no por ser más simples son menos bonitas.

Algunas rosas silvestres, no por ser más simples son menos bonitas.

Las dos especies más relevantes en Europa son R. canina y R. gallica.

Rosas antiguas

Se consideran antiguas a las variedades cultivadas e hibridadas antes del siglo XIX. Los jardines de palacios como Versalles o de parques como El Retiro (todo ello vinculado a la nobleza y la gente con pasta de la época, como he dicho antes) estaban llenos de estos rosales. Las flores son más complejas, con más pétalos (siempre múltiplos de 5) y variedades más olorosas que las originales.

La variedad chinensis será antigua, pero sigue siendo digna de admirar en jardines. Imagen: Real Jardín Botánico de Madrid

La variedad chinensis será antigua, pero sigue siendo digna de admirar en jardines.
Imagen: Real Jardín Botánico de Madrid

Se consideran rosas antiguas: R. alba, R. borbonianos, R. chinensis, R. damascenos, R. gallica, R. musgoso, R. noisettianos Potland, R. centifoloa y R. sempervirens, entre otras.

Rosas modernas

La Rosa chinensis miniatura es una variedad de 1955. Imagen: Real Jardín Botánico de Madrid.

La R. chinensis miniatura es una variedad de 1955.
Imagen: Real Jardín Botánico de Madrid.

Son las variedades aparecidas a partir de 1867. Se diferencian 8 grandes grupos: miniatura, polianta, floribundos, híbridos de té, arbustivos, trepadores, sarmentosos y tapizantes. Más del 95% de los rosales que se plantan en la actualidad son rosas modernas.

A pesar de tanta variedad, todas bellas, por supuesto. Al final, para mí (al igual que para Mecano) «Una rosa es una rosa«.