Cuidarse es un placer. Nuestro cuerpo requiere de unos cuantos mimos diarios para que se encuentre en perfectas condiciones. Bello por fuera y sano por dentro, podría ser nuestra máxima sin llegar a la obsesión.

De la misma manera que trabajamos para conseguir nuestras metas, podemos hacerlo con esfuerzo para obtener los resultados sobre nuestro físico. Solo necesitamos constancia y ganas de mejorar.

Mujeres y cuidados

Las mujeres llevamos mucha ventaja en estas cuestiones, ya que desde tiempos inmemoriales somos las encargadas del cuidado del hogar, del cuidado de la familia tanto a la hora de proporcionarles comida, o cuando algún componente se encuentra enfermo. Preservar la salud y la belleza, en su totalidad, no con el significado que pueda tener en la actualidad, sino algo mucho más global, que incluye la pervivencia del ser en estado puro.

Tareas que nos han servido generación tras generación como transmisoras de ese conocimiento fundamental para la supervivencia. Ahora que el hombre se ha incorporado a estos nuevos retos podemos proporcionales las herramientas necesarias para tomar el testigo que se nos dio.

Y es que está fuera de toda lógica, que solo la mujer deba prestar atención a su cuerpo, y que el hombre no dedique absolutamente nada de tiempo a mantener un estado físico aceptable para poder vivir en él el tiempo que corresponda.

El hombre también tiene derecho a cuidarse

Ya sabemos que el dicho español así lo relata: «El hombre y el oso, cuanto más feo, más hermoso». Pero en la actualidad esto ha ido cambiando, y el hombre sigue siendo igual de hombre, aún dedicándose un tiempo diario para atenderse. Mirarse al espejo está bien, al igual que estar a gusto con su propio cuerpo. No es síntoma de nada, sino se transpasa la fina línea del narcisismo.

Hombre con barba

Los hombres con barba inundan la publicidad. Fotografía de Ba Tik.

El hombre sigue queriendo conservar sus características más varoniles, como la barba. Así lo demuestran las ventas de los últimos años para el cuidado facial, que han lanzado numerosas líneas dedicadas en exclusiva a cuidar el vello facial.

Pero hemos retornado a los utensilios que usaban nuestros abuelos y bisabuelos como las brochas de afeitar y el peine para la barba, además del jabón, el aceite o el bálsamo para la misma.

El producto estrella es el jabón, y al igual que entonces, viene presentado en forma de pastilla. Lo ecológico y lo sostenible ya se había inventado, solo que antes nadie lo daba por hecho. ¡El mundo era mucho más sencillo!

Barba

Las barberías han vuelto. Fotografía de cottonbro studio.

Ahora, por suerte, en la mayor parte de las ocasiones se descarta el plástico y su packaging es de cartón, por lo que colabora para evitar la contaminación plástica, tendiendo al residuo cero.

La estética retro acompaña a la mayoría de los productos cosméticos, incluso los peines para dar el estilo personal a la barba o al bigote que se deseé, también están realizados en madera.

Las novedosas fórmulas naturales y ecológicas, que suelen incluir queratina vegetal o aceite de ricino, proporcionan brillo, flexibilidad, fortaleza y nutrición para que la barba luzca todo su esplendor.

Llegó la hora de proporcionarle un descanso al rostro masculino, tras años de rasuraciones diarias, en muchos casos dolorosas y con heridas del combate con la cuchilla. Las tendencias y la propia cultura social muchas veces no corresponden con las necesidades específicas de cada persona, por lo que siempre hay que ser uno mismo, más allá de los dictados de las modas pasajeras.