Mañana, 29 de octubre, se celebra el Día Mundial por el Decrecimiento 2022, una jornada en la que replantearse nuestra forma de vida, y nuestra forma de consumo y desarrollo.

Para ello es importante distinguir, como muchas personas piensan o creen, que el decrecimiento es vivir prácticamente en la miseria. Si es así, es que no entienden su concepto.

El concepto de decrecimiento

Decrecer es tener unas condiciones óptimas de vida en las que no faltan recursos materiales, ni servicios, pero a diferencia del capitalismo atroz, no se pretende acumular y adquirir sin más, objetos o experiencias, sin realmente tener un sentido mucho más profundo; que es el existir y ser como persona.

Una propuesta que se antepone al materialismo insulso y artificial. Por eso, el adquirir bienes materiales que estén fabricados de una manera sostenible, con respeto hacia todos los seres vivos del planeta, es la única forma de desarrollo posible.

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Decrecimiento para dejar paso a una renovada naturaleza, no devastada por el hombre.

Teniendo la ética y la dignidad de los seres humanos por encima de una producción intensiva de los recursos naturales. Una sobrexplotación que está llevando a los límites al planeta. El consumismo puro está fuera de lugar, porque su idea se basa en distintas corrientes filosóficas que ahondan tanto en la forma de ver la vida, como en la economía con la que se sustenta.

No se vive para trabajar, como estamos haciendo en la actualidad, se trabaja para poder vivir. Esclavos del sistema, dirían algunos. De ahí, de la necesidad de crear auténticos profesionales que les apasione su trabajo y se comprometan con él.

Consumir no es desarrollarse

La adquisición de productos va encaminada, no tanto a la pertenencia, como a la necesidad o a la función de los mismos. Se podría explicar con pocas palabras, pero su significado sería demasiado pobre, ya que comprende mucho más allá de tener bienes de consumo.

Por eso, la obsolescencia programada en la era del decrecimiento no existiría, pero sí la economía circular. Todo debería de tener muchas vidas.

Pero no se contempla que algo se fabrique y gaste una cantidad de energía increíble para que dure poco tiempo, y mucho menos con elementos provenientes de la otra punta del globo. Lo estamos comprobando con casi cualquier objeto que de forma cotidian lo utilizamos. El usar y el tirar se abandona definitivamente, para pasar a diseñar y crear para la eternidad con materiales cercanos, reusados o reutilizables. Quizás tendríamos que tener presentes a las culturas antiguas, ellas sabían mucho más que nosotros de eso.

Es decir, se acabaría con prácticamente muchas de las empresas que existen en la actualidad. El crecimiento económico no es desarrollo. La globalización tampoco lo es, más bien es, justo lo contrario. El desarrollo de una cultura o de la humanidad es algo un tanto distinto. Y, por último, el dinero de los beneficios empresariales en la sociedad actual, sirve para seguir especulando, no para construir un mundo mejor.

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Una vida de bienestar, con paz física y mental.

De ahí, que pocas personas quieran dar ese paso tan gigantesco. Un salto a la nada, pensaran muchos, pero más bien es un salto al bienestar, a la calidad de vida, al volver a ser humanos y personas, a vivir según nuestra capacidad de ver la vida. Trabajando menos para vivir más y mejor, teniendo tiempo para hacer lo que más quieres, para las relaciones personales… Cada ser a venido a este mundo por algo, a cumplir una misión, y eso es lo que se nos está olvidando.

Una vida abundante, llena y plena. Suena utópico, pero realmente tiene unas bases más que sólidas, al contrario que lo que hemos venido realizando en el último siglo. Teniendo más, no se es más feliz, aunque lo parezca o nos hayan inculcado que la felicidad, «debe ser eso».

Es más creíble alguien que piensa en esa transformación positiva para la humanidad, que en aquellos que siguen dando vueltas a las mismas cuestiones, para terminar haciendo lo mismo. Quédate con esta frase: «Si quieres que algo cambie a tu alrededor, comienza la transformación en ti mismo».