El próximo día 15 de octubre se celebra el Día Mundial de la Mujer Rural 2022, un día esencial para todas las féminas que trabajan en entornos naturales, ya que gracias a su implicación, en el campo se está dejando de reproducir el patriarcado existente.
Desaparece el velo de la invisibilidad
Todavía cuesta que creer todo lo que se ha avanzado, pero queda aún mucho por hacer. Cada vez más mujeres se lanzan al emprendimiento rural, y es que el campo necesita de ellas para no morir, de su pasión, de su perspectiva y de sus ganas.
Las mujeres rurales han salido de la invisibilidad en la que la sociedad las había colocado, de trabajar de sol a sol sin contrato y atendiendo además su hogar, con las tareas que conlleva.
Unas trabajadoras natas, que lejos de quedarse con los brazos cruzados han sabido labrar su provenir y crear su camino. No sin grandes esfuerzos, que en muchos casos les ha costado el romper con los lazos familiares o de pareja.
Pero la realidad es muy cruda cuando estás sola, pero gracias al apoyo mutuo han sabido sonreír y salir adelante. Las alianzas nunca han sido tan fuertes como las creadas por las trabajadoras rurales en el campo.
Han pasado de ser «la mujer de», a ser ellas mismas, a llamarse por su nombre y tener sus propios sueños y deseos cumplidos. Quizás, por lo que más han tenido que pelear es por tener su propio puesto, su propia tierra y , por supuesto, su propio negocio. El autoempleo en el mundo rural ha llegado para quedarse.
La nueva mujer rural
La mujer rural en la actualidad, es una mujer formada, que conoce sus derechos, que utiliza la tecnología para su trabajo y que está conectada con asociaciones y grupos rurales que la apoyan y dan cobijo. Justo lo contrario, a lo que fue. Eso no significa un rechazo contundente a la antigua mujer rural, ni mucho menos. Su legado y su sabiduría aún están y estarán presentes.
El campo se está transformando. Y no es un lugar con poco futuro, sino un espacio para acoger a todas las mujeres creadoras de su realidad, que buscan nuevas posibilidades en un entorno más tranquilo, con una calidad de vida incomparable.
Mujeres jóvenes y de mediana edad lideran ese compromiso rural. En muchos casos, necesitan la materia prima que está cerca para su negocio, pero en otras ocasiones, no.
El retorno de la ciudad al campo cada vez es más visible. La urbe les resulta angustiosa y demasiado ambiciosa, quizás porque la vida que esperaban era otra. Y esa vida, solo se puede experimentar en entornos rurales.
Mujeres de profesiones liberales han hecho las maletas y han dejado atrás las grandes ciudades para convertir el entorno rural en su nuevo hogar. Una oportunidad única para volver a sus orígenes y sus raíces, pero haciendo algo en los que creen, algo que les gusta y les entusiasma, y, sobre todo, para poder compatibilizar su vida laboral, familiar y personal.
Si eres mujer, y estás leyendo esto, seguramente que estés pensando en que tú puedes hacer lo mismo que otras muchas ya han hecho. Si no sabes por dónde empezar, busca ayuda. Hay distintas redes que puedes encontrar en tu país o en tu provincia. Sírvete de ellas para dar ese impulso. Siempre, puedes encontrar a mujeres como tú, que puedan colaborar contigo o ayudarte a salir adelante.
Elabora un pequeño proyecto y tus expectativas, quizás no es solo un espejismo. Es posible sacarlo adelante. Puedes investigar las ayudas a las que puedes optar por ser mujer emprendedora. No te quedes quieta, la vida es transformación.
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