El lentisco (Pistacia lentiscus L.) es un arbusto que puede llegar a medir alrededor de los 8 m de altura, creciendo en todo el Mediterráneo, Oriente Próximo y norte de África.

En España se puede encontrar en el sureste, en una altitud que no supera los 1.200 m, en suelos generalmente calcáreos, pero también en las islas Baleares y en las islas Canarias.

Se caracteriza porque las plantas macho y hembra se desarrollan de forma independiente. Su tronco es de color grisáceo, sus hojas verdes brillantes crecen por pares y sus frutos son redondos y de color rojo. La época de floración del lentisco es de febrero a mayo, dando frutos entre septiembre y noviembre.

Desde tiempos muy antiguos en Grecia, las chicas se adornaban con guirnaldas de lentisco para resaltar su virginidad. Desde entonces esa utilización ha llegado hasta nuestros días, adornando el día de la Purísima Concepción los altares con las guirnaldas de lentisco.

El problema en la actualidad es que se está realizando un expolio descontrolado de esta planta con fines lucrativos para servir de ornamento en actos festivos o ceremonias, ya que no hay regulación sobre ello.

Aunque lo mismo ocurre con otras especies silvestres comestibles, que ya prácticamente es casi imposible verlas, como las setas o los piñones del pino piñonero.

Infusión

Puedes tomar lentisco en infusión o en cápsulas que puedes encontrar en establecimientos.

Uso tradicional

Para fabricar los aperos de labranza, garrotes o cucharas, ya que su madera era muy dura y resistente al paso del tiempo. Aunque además se elaboraron juguetes, muebles y cestas.

Su madera rojiza era muy apreciada por los ebanistas. Pero también se usaba su madera como leña, su ceniza como lejía para dejar la ropa blanca y para construir casas mezclada con yeso.

Con las ramas se hacían sahumerios para desinfectar.

El aceite procedente de sus frutos se usaba como combustible para alumbrar, y del que provenía de sus ramas, se extraía miera.

El líquido que se quedaba al hervir la parte aérea del arbusto se utilizaba para curtir pieles.

De sus frutos se ha elaborado vino, y de las partes áereas aguardiente.

Las hojas se utilizaban como especia conservante.

Lentisco

Frutos del lentisco por Bas van Hulst-Kuiper.

Propiedades medicinales del lentisco

El uso más habitual por la gente del campo era masticar su savia resinosa como si fuera un chicle, tanto en España como en la isla griega de Chios de donde procede casi todo el que se distribuye. Numeroso estudios científicos confirman sus increíbles y poderosos efectos para mejorar la salud.

Y no iban mal desencaminados, ya que es conocido el lentisco por sus propiedades odontológicas, fortaleciendo los dientes y las encías. Blanqueádolos y evitando el sangrado de encías, además de evitar el mal aliento y ayudar a segregar más saliva.

Los enjuagues a partir de la decocción de las hojas son infalibles para la llagas.

Es conocido por ser muy efectivo para todos los desórdenes del sistema circulatorio, por ser antiinflamatorio. Es útil para tratar las varices, los hematomas, las hemorroides o para controlar la tensión arterial alta.

Las diarreas se cortan de forma rápida con lentisco, por su carácter astringente. Para ello se usan las hojas y los tallos de la planta.

Las personas con problemas de azúcar pueden consumirlo, porque actúa como hipoglucemiante. Favorece el equilibrio y reestablece los parámetros normales.

Otro uso tradicional, que aún sigue vigente, es el de elaborar jarabes o tisanas con las partes áereas para frenar las dolencias del sistema respiratorio, como gripes o catarros.

Lentisco

Imagen de las hojas de lentico por Σάββας Ζαφειρίου (Savvas Zafeiriou).

Su carácter analgésico y antiinflamatorio hace que venga usándose para cualquier tipo de problema musculo-esquelético. Las torceduras o los esguinces son tratados con cataplasmas o lociones preparadas con lentisco.

También la piel es susceptible de mejorarse cuando se encuentra dañada con eczemas, picores, callos, durezas, heridas… con la propia savia de lentisco o con infusiones de las hojas, la piel mejora de forma instantánea, e incluso las verrugas desaparecen.

Se sabe que las hojas en infusión tienen un efecto antipirético, pero también antiparasitario.

También, todas estas utilizaciones se han venido aplicando de forma veterinaria en los animales del campo cuando enfermaban. Es posible ver más usos y aplicaciones tradicionales de toda España en la siguiente ficha del CSIC.