La minería se ha convertido en el principal motor de deforestación al suroeste de la región de Madre de Dios en el suroeste de la Amazonía oriental peruana, afectando a la Reserva Nacional de Tambopata, lugar del Amazonas con mayor biodiversidad del mundo.

El estudio «Dinámica de la pérdida de bosques en el sureste de la Amazonia peruana: un estudio de caso en Madre de Dios» publicado en la revista Ecosistemas, de la Asociación Española de Ecología Terrestre (AEET), recoge a través de técnicas de sensor remoto imágenes del alza de la deforestación a causa de la minería de oro en la zona suroeste de la región amazónica de Madre de Dios, situada en la zona oriental
de la Amazonía peruana.

Aumento desmesurado de la presión humana

Esta investigación muestra cómo la actividad minera ha pasado de generar un 4% de las pérdidas de bosque a un 105%, un incremento de más del 90% en un periodo de 19 años desde 1999 a 2018.

“Si bien es cierto que la agricultura sigue siendo la principal causa de deforestación en la región de Madre de Dios, es necesario apuntar que la extracción minera es la actividad que mayor presión ejerce sobre la zona suroeste, donde se encuentra la Reserva Nacional de Tambopata, área protegida por ley vulnerada por minería ilegal y la débil presencia del Gobierno peruano”, señala Gabriel Alarcón Aguirre, el investigador que ha liderado este estudio.

Generación de aguas residuales

Este artículo científico, reporta también cómo la actividad minera ha generado en esta zona del suroeste de Madre de Dios, un aumento de más del doble de las áreas de aguas residuales, pasando de los 154 km2 en 2009 a los 400 km2 en el 2018, incrementando en más de 2,7 veces el porcentaje de deforestación por aguas residuales, que aumentaron de un 45% en el periodo 2009-2014 a un 125% en 2014-2018.

Amazonia peruana

Agua de disposición residual producto de la minería de oro en el sector Guacamayo (Madre de Dios). Foto de Gabriel Alarcon Aguirre.

Áreas de agua, que según explica Gabriel Alarcón, “se quedan aisladas y contaminadas, sin capacidad para sustentar vida acuática, que no sirven ni como fuente de suministro de agua, ni medio de transporte, ni fuente de energía, y que suponen una gran pérdida de suelo”.

Esta investigación realizada por un equipo de científicos y científicas pertenecientes a distintos departamentos de la Universidad Nacional Amazónica de Madre de Dios y también de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona, se ha centrado en estudiar las causas y dimensiones de la pérdida de bosque en un área de casi 3 millones de hectáreas distribuida a ambos lados de la carretera que atraviesa la región amazónica de Madre de Dios, el Tramo III del Corredor Vial Interoceánico Sur que une el distrito de Inambari con Iñapari situado en la frontera con Brasil.

La agricultura en el punto de mira

Las conclusiones generales apuntan a que, en proporción y extensión, la agricultura sigue siendo la principal causa de deforestación a ambos lados del Tramo III del Corredor Vial Interoceánico Sur, alcanzado en el 2018 los 1.296.85 km2 deforestados respecto a la minería de oro que supuso 401.78 km2 deforestados y se posiciona como la segunda causa.

Según los datos extraídos de este estudio, la agricultura representa más de un 46% de la pérdida de bosque frente a la minería con un 27% para el 2018, pero si atendemos a la tendencia al alza, la presión de agricultura sobre los bosques se ha duplicado pasando de 28% en 2004 a más de un 46% en 2018, y la minería ha aumentado casi 7 veces en 2018 respecto a 2004, de un 4% a un 27%.

Áreas quemadas y deforestadas en el distrito de Tahuamanu (Madre de Dios). Autoría: Reynaldo Fabrizio Miranda Fidhel.

La región amazónica de Madre de Dios, ubicada al sureste de la Amazonia peruana tiene una superficie aproximada de 8,5 millones de hectáreas, siendo Perú uno de los 5 países con mayor proporción de área amazónica respecto a su territorio (61%).

Alta diversidad biológica que se esfuma

Esta región, considerada capital de la biodiversidad del Perú y conocida mundialmente por su alta diversidad biológica, ha perdido en estas dos últimas décadas (1999-2018) un promedio de casi 6 mil hectáreas al año a causa de la agricultura y la minería de oro, según
los cálculos realizados en este estudio, lo que equivale a 6 mil campos de fútbol.

Una explotación económica descontrolada que se antepone a la conservación de la Amazonía.

Según este estudio, en 19 años, Madre de Dios casi ha triplicado el área deforestada. Desde 1999 el porcentaje de bosque que pasó a deforestación fue de 572 km2 a cerca de 1.700 km2 en 2018.

El equipo de investigación de este estudio coincide, tal y como han señalado otros científicos, en que el incremento de la tasa de deforestación en la Amazonía peruana está asociada a las mismas amenazas que sufren el resto de países amazónicos.

Monocultivos afianzándose

“La explotación de su inmensa riqueza, principalmente de los recursos forestales, hace frecuente la conversión del bosque en áreas de usos
agrícolas – principalmente monocultivos de papaya, cacao, soja y arroz-, zonas de pastoreo, infraestructura vial, extracción de madera y minera, legales o ilegales”, indica Gabriel Alarcón Aguirre.

En este estudio, han detectado dos momentos clave en los que la pérdida de bosque ha sido más acelerada y drástica, los periodos de 2004 a 2009 y entre 2014 y 2018.

Carreteras: algo más que un espacio de comunicación

Dos espacios de tiempo que coinciden en fechas con la planificación y pavimentación de la Carretera Interoceánica, iniciada en 2001 y terminada en 2010, lo que según los autores de este estudio “es uno de los motores principales de la deforestación en Madre de Dios”.

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Apertura de cobertura de bosque para cultivo permanente de «Carica papaya». Consorcio Madre de Dios. Autoría: ICAA-USAID.

Según explica Gabriel Alarcón Aguirre,“la Carretera Interoceánica, la vía de comunicación más importante del país, incrementó el valor de las tierras y favoreció la inmigración a esta región desde otras partes del país, originando la expansión de cultivos, pastos y de la explotación
forestal, lo que sumado al alza del precio del oro en 2008 motivó además un aumento de las actividades mineras”.

No es el primer estudio que señala que la distancia con las carreteras influye en las tasas deforestación en Madre de Dios, y que muestra la relación entre la proximidad de la carretera y el valor del bosque, como ya hizo Stephen G.Perz de la Universidad de Florida en su estudio «Ideal type theories and concrete cases in land science: A multi-step appraisal of the evolutionary theory of land rights in Madre de Dios, Perú».
Esta investigación ha recogido también la proporción de zonas vegetales que vienen recuperándose debido al abandono de la actividad minera y agrícola, una fracción que representa un 12% del área estudiada, pero que según indican en este estudio no está libre de reingresos de actividades humanas.

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Imágenes Landsat (satélites de la NASA). Comparativa de los usos del suelo en el año 1999 y 2018 del área estudiada (bosque a ambos lados del Tramo III del Corredor Vial Interoceánico Sur en Madre de Dios). Extraídas del estudio (Figura 3) donde se puede observar el aumento y concentración de la actividad minera en la zona suroeste.