España es un paraíso para visitar esos bosques milenarios y primigenios. Nuestra geografía se destaca por contener algunos de los más destacados del mundo, este es el caso del Parque natural Sabinares de Arlanza-La Yecla en la provincia de Burgos (Castilla y León).

Los sabinares mejor conservados del planeta

Se trata de un conjunto de árboles en los que destaca por su número la especie sabina albar (Juniperus thurifera), aunque salpicados con otras especies como bosques de encinas, quejigos y rebollos.

Sabina

Imagen de «Juniperus thurifera» por Mario Vega Pérez.

Posee una superficie de 39.173 ha, incluyendo la totalidad de los términos municipales de Carazo, Contreras, Mamolar, Quintanilla del Coco, Santibáñez del Val, Santo Domingo de Silos y Retuerta y parcialmente a los términos municipales de Arauzo de Miel, Barbadillo del Mercado, Cascajares de la Sierra, Ciruelos de Cervera, Covarrubias, Cuevas de San Clemente, Espinosa de Cervera, Hortigüela, Mambrillas de Lara, Mecerreyes, Pinilla de los Barruecos, La Revilla y Ahedo, Tejada y Villanueva de Carazo, todos ellos en la provincia de Burgos.

Respecto al paisaje y a la geomorfología que comprende, hay que señalar sus variaciones desde el desfiladero que le da nombre, el valle medio del Arlanza, las Peñas de Cervera, el cañón del Matavicias, la meseta de Carazo el monte Gayubar, hasta la sierra de Las Mamblas.

Algunos de los ejemplares que se pueden contemplar se sabe que pueden tener más de 2.000 años de antigüedad. Unas joyas del pasado que permanecen como testigos del tiempo. Son los sabinares mejor conservados del planeta.

Bosques prehistóricos

De hecho, los investigadores paleobotánicos han confirmado la presencia de taxones de la sección Sabina (al parecer la propia sabina albar), en el Cretácico, en el Oligoceno y Plioceno, en el centro y noroeste de Europa y en el sur de Francia.

Según los testimonios que han quedado en los distintos yacimientos, los sabinares cubrieron dominios más extensos y septentrionales que los actuales, coincidiendo con períodos más fríos y secos.

Estos árboles han sido codiciados por los hombres por su madera dura, resistente a la putrefacción y de gran calidad; además de su valiosa y olorosa resina, quemada para ahuyentar insectos; lo que ha supuesto en muchos casos su desaparición, ya que era una especie que abundaba en nuestro país.

Sus principales masas arbóreas se encuentran en zonas con un duro clima continental. Pero al tener una muy baja tasa de germinación y un crecimiento muy lento, el poder contemplar árboles milenarios es un auténtico milagro.

Sabina

Ejemplar de sabina albar.

Su fisonomía es muy característica con su tronco gris claro agrietado, sus ramificaciones en muchos casos, y su copa densa y redondeada de color verde oscuro. Su altura está entre los cuatro y los trece metros, pero algunos ejemplares aún más.

Un parque natural lleno de biodiversidad

El parque natural es un lugar increíble para visitar, ya sea un fin de semana en cualquier época del año, o unos cuantos días más si se quiere apreciar toda su belleza.

El famoso paraje de La Yecla es una profunda y estrecha garganta excavada en los espesos bancos de calizas, que caracterizan el relieve de las Peñas de Cervera.

Para poder recorrerlo andando se han establecido una serie de puentes y pasarelas colgantes, que permiten atravesar hasta los rincones más recónditos donde no llegan casi nunca los rayos del sol.

Las especies más abundantes en la zona son la encina, el quejigo, el rebollo o los pinares (Pinus pinaster, Pinus sylvestris y Pinus nigra) y en el estrato inferior aulagas, tomillos, lavándulas y gayuba.

La fauna es abundante con este maravilloso entorno. Habitan varias colonias de buitre común, alimoche, águila real, águila perdicera, búho real, rabilargo y chova piquirroja.

Entre los mamíferos están catalogados de interés especial figura el desmán de los Pirineos y el gato montés, pero abundan la liebre, el conejo, el zorro, el jabalí y el corzo.

Por otra parte, entre los artrópodos, destacar la presencia del cangrejo autóctono de río. La geomorfología de la zona está marcada por los bancos calizos del Cretácico Superior y por los movimientos que en ellas produjo la orogénesis Alpina.

Estos bancos forman el techo geológico que suavemente ondulado por la orogenia Alpina es erosionado intensamente por ríos y arroyos, dando lugar a un relieve general típicamente calizo conforme: depresión sinclinal del río Mataviejas y la loma anticlinal rebajada de Santo Domingo de Silos, que la flanquea por el Norte.

No puedo dejar de mencionar además de ese valioso patrimonio natural, el patrimonio cultural, ya que en ellos se gestó Castilla y el castellano: Covarrubias y Santo Domingo de Silos.