El 2 de mayo se conmemora el Día Mundial del Atún 2020, una jornada en la que se pretende concienciar de la importancia de esta especie para nuestros mares. Sometida a una gran sobrepesca, se está intentando que recupere su espacio mediante la pesca sostenible.

Día Mundial del Atún 2020

Imagen de la pesca del atún.

Sobrepesca por un manjar gourmet

Según los datos que maneja la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura)  cada año se pescan alrededor de 6 millones de atunes, que podrían ser bastantes más por la pesca ilegal. Aunque las pequeñas pesquerías que lo pescan de forma artesanal, artes menores, han denunciado que las grandes compañías lo acaparan todo, sin dejarles a ellos margen de maniobra.

Al parecer, la sobrepesca menguó en ocho de los trece principales caladeros de atún entre 2014 y 2019. Unos datos aportados por el Programa Océanos Comunes en los que otras organizaciones se encuentran involucradas como WWF, IUCN, Global Ocean Forum, Comisión Europea, Bird LiFe Internacional, Marine Stewardship Council, The World Bank y UNEP, entre otros.

Hay que señalar, que el atún rojo del Mediterráneo, es la especie más amenazada. Su carne es considerada un manjar en muchas culturas como la japonesa, y se pagan miles de yenes por ello. Pero la globalización ha hecho que algunos platos típicos se hayan difundido, y por lo tanto, la necesidad de sus ingredientes, como ocurre con el sashimi o el sushi.

Día Mundial del Atún 2020

Día Mundial del Atún 2020: el atún rojo se usa en la preparación del suhi delicatessen.

Acuicultura, que no lo es

Se trata de un pez migratorio que recorre miles de kilómetros por dos motivos: encontrar alimento y su reproducción. Aunque ostenta unas dimensiones espectaculares, que pueden llegar a los tres metros en los individuos adultos, con 250 kg de masa corporal, la realidad es que pocos ejemplares pueden llegar a la edad adulta, debido a la presión pesquera existente en el Atlántico Este o en el Mediterráneo.

Luego, se encuentran aquellos que se encuentran recluidos en jaulas de engorde, cuya finalidad es, por supuesto, alimentarlos hasta que lleguen al mínimo establecido para capturarlos y venderlos al mejor postor. Una acuicultura que recibe subvenciones para su extensión, sin serlo, porque los animales son introducidos del medio natural, es decir, no provienen de granjas acuícolas. El refrán de «el que hace la ley, hace la trampa» viene perfecto para describir esta deplorable situación.

Son unos grandes devoradores de otras especies como la sardina, el lanzón, la caballa, la anchoa o el arenque, en especial cuando se encuentran en la edad adulta. Los jóvenes, en cambio, ingieren cefalópodos, crustáceos y otros peces.

El problema que tienen es, que muchas veces se pescan ejemplares que no llegan a la medida mínima en zonas reproductivas, con lo que se pierde la capacidad para que una nueva generación de especímenes cumpla todas las etapas de su desarrollo.

Día Mundial del Atún 2020

Pescadero japonés cortando un atún.

Su desaparición puede alterar el ecosistema marino

Según informa Oceana, la biomasa de estos individuos está situada por debajo del 15% de cómo se encontraba antes de ser explotados. La organización que vela por la salud de nuestros mares y océanos y la protección de su biodiversidad, apunta a que se deberían crear reservas naturales para sus zonas de reproducción y proteger a la especie, ya que se encuentra en peligro de extinción según la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).

Esperemos que se pongan de acuerdo los estados para proporcionar unas condiciones favorables para frenar su desaparición en el mar Mediterráneo y en el océano Atlántico. Si el atún rojo desaparece, los ecosistemas que habita se modificaran, y toda la cadena marina podría verse alterada. Se trata de es una especie clave en la cadena alimentaria pelágica.