La contaminación electromagnética de la red inalámbrica 5G que se pretende instalar en la Tierra y en el espacio no cuenta con la aprobación de miles de ciudadanos apoyados por científicos, médicos, y organizaciones ecologistas, entre otras.

Red 5G

Imagen de una antena.

Gobiernos y empresas de la mano

Las empresas de telecomunicaciones mundiales, con el apoyo de los gobiernos, ya están desplegando la red inalámbrica de quinta generación (5G). Lo que no se reconoce abiertamente es que esto también tendrá como resultado un cambio medio ambiental sin precedentes a escala mundial. 

Si los planes de la industria de la telecomunicación para la red 5G se materializan, ninguna persona, ningún animal, ave, insecto ni planta en la Tierra podrá evitar la exposición, 24 horas al día, 365 días al año, a los nuevos niveles de radiación de radiofrecuencias, que serán decenas o cientos de veces mayores que los que existen hoy en día, sin posibilidad de escapar en ninguna parte del planeta.

Además de millones de nuevas estaciones base 5G en la Tierra y de 20.000 nuevos satélites en el espacio, 200 mil millones de objetos en transmisión, según las estimaciones, formarán parte del “Internet de las cosas” para 2020, y un billón de objetos unos años más tarde.

A diferencia de las generaciones anteriores de tecnología inalámbrica, en las que una sola antena transmite en un área amplia, las estaciones base 5G y los dispositivos 5G tendrán múltiples antenas dispuestas en «matrices en fase» que trabajarán juntas para emitir haces enfocados, dirigibles y similares a rayos láser que se rastrean entre sí.

Red 5G

Los móviles podrán tener red en cualquier lugar del planeta, aún a riesgo de la salud.

Tecnología, la justa

Esta tecnología se denomina «salida múltiple entrada múltiple» o MIMO. Las reglas de la FCC permiten que la potencia radiada efectiva de los haces de una estación base 5G sea de hasta 30.000 vatios por 100 MHz de espectro.

Aunque la energía que llegue al suelo desde los satélites será menor que la de las antenas terrestres, irradiará las áreas de la Tierra a las que no llegan otros transmisores y será adicional a las transmisiones 5G terrestres de miles de millones de objetos.

Aún más importante, los satélites estarán ubicados en la magnetosfera terrestre, lo que ejercerá una influencia significativa sobre las propiedades eléctricas de la atmósfera. La alteración del entorno electromagnético terrestre puede ser una amenaza aún mayor para la vida que la radiación de las antenas terrestres.

Esto se hace para ofrecer lo que se presenta como un cambio social sin precedentes a escala mundial. Tendremos hogares «inteligentes», negocios «inteligentes», autopistas «inteligentes», ciudades «inteligentes» y automóviles sin conductor.

Red 5G

Casas inteligentes, casas enfermas.

Prácticamente todo lo que poseamos y adquiramos, desde refrigeradores a lavadoras hasta cartones de leche, cepillos para el cabello y pañales para bebés, tendrán antenas y microchips y se conectarán de manera inalámbrica a Internet.

En 2015, 215 científicos de 41 países comunicaron su alarma a las Naciones Unidas (ONU) y a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Afirmaban que «numerosas publicaciones científicas recientes habían demostrado que los campos electromagnéticos (EMF) afectaban a organismos vivos a niveles muy inferiores a los fijados por la mayoría de las directrices internacionales y nacionales». Más de 10.000 estudios científicos contrastados demuestran daños a la salud humana por radiación.

Cuáles son los efectos en la salud humana

  • Alteración del ritmo cardiaco
  • Expresión de genes alterados
  • Alteración del metabolismo
  • Alteración en el desarrollo de
    células madre
  • Cánceres
  • Enfermedades cardiovasculares
  • Deterioro cognitivo
  • Daños en el ADN
  • Impactos en el bienestar general
  • Aumento de radicales libres
  • Déficits de aprendizaje y memoria
  • Alteraciones en la función y calidad
    de los espermatozoides
  • Abortos involuntarios
  • Daños neurológicos
  • Estrés oxidativo
  • Obesidad y diabetes
  • Los efectos en los niños incluyen autismo, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y asma

Los planes de la red 5G amenazan con provocar efectos graves e irreversibles en los seres humanos y daños permanentes a todos los ecosistemas de la Tierra. Los efectos serán universales y pueden ser profundamente dañinos.

La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) de la OMS concluyó en 2011 que la radiación de radiofrecuencias de 30 kHz a 300 GHz es posiblemente cancerígeno para los seres humanos (Grupo 2B).

Sin embargo, según una evidencia reciente, incluidos los últimos estudios sobre el uso del teléfono móvil y el riesgo de tumores cerebrales, indican que la radiación de radiofrecuencias ha demostrado ser cancerígeno para el ser humano y ahora debe clasificarse como un «carcinógeno del Grupo 1», junto con el humo del tabaco y el amianto.
La mayoría de las señales inalámbricas contemporáneas están moduladas por pulsos. El daño lo causan tanto las ondas portadoras de alta frecuencia como las pulsaciones de baja frecuencia, según se ha estudiado.

Alteración del electromagnetismo de la Tierra

La ubicación de decenas de miles de satélites directamente en la ionosfera y la magnetosfera, emitiendo señales moduladas a millones de vatios y millones de frecuencias, es probable que altere nuestro entorno electromagnético más allá de nuestra capacidad de adaptación.

La Tierra, la ionosfera y la atmósfera inferior forman el circuito eléctrico global en el que vivimos. Está bien establecido que los ritmos biológicos están controlados por el entorno electromagnético natural de la Tierra y que el bienestar de todos los organismos depende de la estabilidad de este ambiente, incluyendo las propiedades eléctricas de la atmósfera.

Red 5G

Si ya nos ha costado mantener la biodiversidad que tenemos, la red 5G puede hacer que desaparezca.

Daños en los ecosistemas, en la flora y en la fauna

Los daños van mucho más allá de los seres humanos, ya que hay abundante evidencia de daños a plantas y vida silvestre, y a animales de laboratorio de la contaminación electromagnética, que incluyen según los distintos estudios científicos:

  • Hormigas
  • Aves
  • Bosques
  • Ranas
  • Moscas de la fruta
  • Abejas de miel
  • Insectos
  • Mamíferos
  • Ratones
  • Plantas
  • Ratas
  • Árboles
  • También se han registrado efectos microbiológicos perjudiciales.

La investigación existente muestra que la red 5G—y especialmente los 5G basados en el espacio—contravienen los principios consagrados en una serie de acuerdos internacionales.

Prevención y protección por encima de todo

Se necesitan nuevos estándares de seguridad y estos deben basarse en la exposición acumulativa y no solo en los niveles de potencia, sino también en la frecuencia, ancho de banda, modulación, forma de onda, ancho de pulso y otras propiedades que son biológicamente importantes.

Las antenas deben estar confinadas en ubicaciones específicas identificadas públicamente. Para proteger a las personas, las antenas deben estar ubicadas lejos de donde vive y trabaja la gente, y deben excluirse de los lugares por los que camina la gente.

Red 5G

A cualquier lugar remoto llegarán las ondas inalámbricas.

Para proteger la vida silvestre, deben ser excluidas de los santuarios naturales y estrictamente minimizadas en áreas remotas. Para proteger toda forma de vida, los satélites de comunicaciones comerciales deben estar limitados en número y prohibidos en órbitas terrestres bajas y medianas.

Efectos a corto y largo plazo

Las matrices en fase deben estar prohibidas en la Tierra y en el espacio. La radiofrecuencia tiene efectos agudos y crónicos. La radiación de radiofrecuencias tiene efectos tanto inmediatos como a largo plazo.

Además, la penetración superficial en sí misma plantea un peligro único para los ojos y para el órgano más grande del cuerpo, la piel, así como para las criaturas muy pequeñas. Recientemente se han publicado estudios contrastados, que predicen quemaduras térmicas en la piel en seres humanos a partir de radiación 5G y absorción resonante por insectos, 88 de hasta 100 veces más en las longitudes de onda milimétricas comparadas con las longitudes de onda actualmente en uso.

Red 5G

Los insectos, los más vulnerables a las radiaciones electromagnéticas.

Dado que las poblaciones de insectos voladores han disminuido en un 75-80 por ciento desde 1989, incluso en áreas naturales protegidas,89 la radiación 5G podría tener efectos catastróficos en las poblaciones de insectos de todo el mundo.

El cáncer y las enfermedades cardíacas son ejemplo de efectos a largo plazo. La alteración del ritmo cardíaco y los cambios en la función cerebral (EEG)100 son ejemplo de efectos inmediatos. El síndrome que en la antigua Unión Soviética se denominó enfermedad de las radiofrecuencias y que hoy en día se denomina mundialmente hipersensibilidad electromagnética (EHS) puede ser agudo o crónico.

El profesor Dr. Karl Hecht ha publicado una historia detallada de estos síndromes, compilados a partir de una revisión de más de 1.500 artículos científicos rusos y de las historias clínicas de más de 1.000 de sus propios pacientes en Alemania. Los hallazgos objetivos incluyen trastornos del sueño, presión arterial anormal y frecuencia cardíaca, trastornos digestivos, pérdida de cabello, tinnitus y erupción cutánea. Los síntomas subjetivos incluyen mareos, náuseas, dolores de cabeza, pérdida de memoria, incapacidad para concentrarse, fatiga y síntomas parecidos a la gripe y al dolor cardíaco.

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Los síntomas del síndrome de hipersensibilidad electromagnética son muchos y variables en cada ser.

¿Experimento impuesto?

El Código de Núremberg (1949), que se aplica a todos los experimentos en humanos, incluye por ello el despliegue de la red 5G, por existir una nueva y más alta exposición a la radiación de radiofrecuencias sin que haya sido probada previamente su seguridad. «El consentimiento voluntario del sujeto humano es absolutamente esencial» (artículo 1).

La exposición a 5G será involuntaria. «No se debe llevar a cabo ningún experimento, donde haya una razón a priori para creer que ocurrirán muertes o lesiones incapacitantes» (artículo 5). Los hallazgos de más de 10.000 estudios científicos y las voces de cientos de organizaciones internacionales que representan a cientos de miles de miembros que han sufrido lesiones incapacitantes y han sido desplazados de sus hogares por instalaciones inalámbricas de telecomunicaciones ya existentes son «razones importantes para creer que se producirá la muerte o una lesión incapacitante».

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Numerosos científicos, médicos y otras organizaciones han querido elevar su voz para parar que no se viole el derecho a la salud de los seres vivos.

Negarse a aceptar y aplicar el conocimiento científico relevante y válido es éticamente inaceptable. Por eso se ha organizado una petición fundamentada en los distintos estudios y promovida por científicos, médicos y organizaciones medioambientales, para que las personas se puedan informar de las consecuencias que esto conllevaría para todos y cada uno de los seres vivos que habitan en la Tierra, y que puede ser firmada aquí

Para más información en español sobre la petición y los numerosos estudios científicos realizados puedes consultar aquí.