El Día Mundial de las Abejas 2019 se celebra el próximo 20 de mayo, coincidiendo con el nacimiento de Anton Janša que, en el siglo XVIII, fue pionero de la apicultura moderna en su Eslovenia natal. En la actualidad, nadie duda de su importancia y de su trabajo para que el mundo tal y como lo conocemos siga existiendo.

Según los datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), aproximadamente el 80 % de las especies de plantas floríferas están especialmente preparadas para ser polinizadas por animales, fundamentalmente insectos, y representan el 35 % de la producción mundial de cultivos, además de contribuir a aumentar la producción de 87 de los principales cultivos alimentarios de todo el mundo.

Día Mundial de las Abejas 2019

Día Mundial de las Abejas 2019: Una sola abeja melífera suele visitar unas 7 000 flores al día, y se necesitan cuatro millones de visitas para producir un kilo de miel.

Las abejas están desapareciendo del planeta y nuestro deber es procurar que esto no suceda, porque desaparecía la biodiversidad; además de quedarnos sin la mayoría de los alimentos que consumimos a día de hoy. Cuando la polinización se gestionó adecuadamente, el rendimiento agrícola aumentó de media un 24%, apuntan las recientes investigaciones.

Un nuevo estudio científico publicado en febrero por la Universidad de California centrado en el condado de San Diego como «punto caliente» de la biodiversidad, confirma muchos datos sobre la función de las abejas en el medio natural.

Cuáles son las causas del vertiginoso descenso de la población de abejas

Cambio climático

Es imposible que estos increíbles animales pueden luchar contra las inclemencias atmosféricas, aunque algunas ya lo hacen, pero en el camino han perecido millones de ellas. El calentamiento global con la subida generalizada de las temperaturas y los diferentes cataclismos de lluvias e inundaciones que están azotando el mundo, han hecho que su número descienda.

Productos químicos

Los plaguicidas, herbicidas y fertilizantes químicos están contaminando la tierra y el aire, además generar enfermedad allá por donde se  establecen, usándose de forma generalizada en la agricultura industrial. Pero también han supuesto el principal motivo de la desaparición de las abejas. Por eso es imprescindible apostar por al agricultura ecológica, biodinámica y regenerativa para afrontar ese cambio de paradigma tan necesario. De ello depende nuestro futuro en el planeta. Los insecticidas neocotinoides son los que más mortalidad causan, aunque en la Unión Europea tres de ellos han sido finalmente prohibidos.

Contaminación electromagnética

Las ondas electromagnéticas ejercen sobre estos pequeños animales un gran daño, tanto que muchas veces están aturdidos y no saben ni lo que tienen que hacer, ni dónde ir. Algo similar a lo que ocurre con los sonar de los barcos y los cetáceos bajo el mar. Muchas abejas terminan sus días sumidas en un caos, perdidas; debido a esos campos electromagnéticos.

Parásitos y hongos

Parece que a estos diminutos seres pocas enfermedades les afectan, pero nos encontramos con que bacterias, virus parásitos e insectos tienen predilección por ellas.

Día Mundial de las Abejas 2019

Infografía: datos destacados sobre las abejas.

¿Qué podemos hacer desde nuestros hogares?

Evitar matarlas, aunque si en nuestra casa se ha instalado una colmena, llamar de forma urgente a los bomberos, cuerpo que por ley las debe rescatar; aunque muchas veces colaboran apicultores en el rescate. De cualquier manera, intentemos que cada vez encuentren más recursos y más lugares para alimentarse (ellas y otros polinizadores). Por ejemplo, situando en nuestro balcón o terraza algunas plantas con flores y cuencos con agua para que puedan seguir polinizando y llenando de bellos colores nuestro campo y nuestras tierras. ¡Les debemos mucho!

Día Mundial de las Abejas 2019

Las plantas polinizadas adecuadamente producen frutas y hortalizas más grandes, uniformes y sabrosas.

3 de cada 4 cultivos que producen frutos o semillas para consumo humano dependen, al menos en parte, de los polinizadores.