Dentro de dos días, el 21 de junio, se celebra el Día Mundial de la Jirafa 2018, un acontecimiento importante para su supervivencia en el planeta, porque este mismo año esta especie ha pasado a estar incluida como especie «vulnerable» dentro de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). La preocupación está en que los días en estado salvaje dentro de la naturaleza, los tiene contados, si no se hace algo radical al respecto.

Jirafa alimentándose de hojas.

La jirafa, el gran mamífero más olvidado de África

Un constante declive silencioso que pasa desapercibido, porque se la puede ver fácilmente en los safaris y zoológicos; pero ha sido uno de los animales más olvidados en comparación con otros compañeros de la sabana africana. De hecho, hay poca investigación dedicada a sus costumbres o comportamiento. El último estudio científico es de la Universidad de Bristol (de este mismo mes de mayo), por el que sabemos cómo el comportamiento de agrupación de las jirafas difirió en respuesta a numerosos factores, como el riesgo de depredación, el tipo de hábitat y las características de los individuos; aunque según la estudiante Zoe Muller de la Facultad de Ciencias Biológicas de esta universidad, el tamaño de los grupos de jirafas no está influenciado por la presencia de depredadores en el África Oriental, o la idea errónea común de que las jirafas están «en todas partes» en África, sin embargo, los recientes estudios de investigación han resaltado la naturaleza fragmentada y en rápido declive de sus poblaciones.

El tipo de hábitat tuvo algún efecto sobre el tamaño del grupo, pero el principal efecto sobre el tamaño del grupo fue en el comportamiento de las hembras adultas, que se encontraron en grupos más pequeños cuando tenían terneros. «Esto pone de relieve lo poco que sabemos, incluso de los aspectos más básicos del comportamiento de la jirafa», afirma Muller.

Una jirafa en el Parque Nacional del Serengueti (Tanzania).

Día Mundial de la Jirafa 2018: la jirafa ya ha desaparecido de siete países

Las poblaciones de jirafas han disminuido en un 40 por ciento en los últimos 30 años, y ahora se cree que quedan menos de 98,000 individuos en libertad. El animal más alto del mundo está bajo una gran presión en algunas de las zonas centrales de África oriental, central y occidental. La caza furtiva de elefantes y rinocerontes y el comercio ilegal de pangolines ha eclipsado los problemas con las jirafas en la última década.

Las jirafas se enfrentan a dos amenazas principales: la invasión de ciudades y pueblos en su hábitat y la caza furtiva. La caza furtiva se ha vuelto cada vez más problemática. Algunos aldeanos inseguros matan a los animales por su carne, pero  se sabe que muchas jirafas son sacrificadas solo por sus colas, que se consideran un símbolo de estatus y se han usado como dote al pedirle el padre a la novia.

Detener la invasión del hábitat es una perspectiva mucho más difícil, ya que significaría interferir con el desarrollo de la tierra, la minería y otras actividades económicas y medios de subsistencia.

Un impresionante atardecer en Namibia con el reflejo de las jirafas en el agua.

Pero no todas las especies se encuentran como «vulnerables»: las jirafas de África occidental, la subespecie más pequeña, han crecido de 50 individuos en la década de 1990 a aproximadamente 400 en la actualidad. De las nueve subespecies, cinco de esas subespecies están disminuyendo en número, mientras que dos poblaciones están aumentando y una es estable.

La jirafa uno de los animales más icónicos del mundo animal, ya se ha ido de siete países de África: Burkina Faso, Eritrea, Guinea, Malawi, Mauritania, Nigeria y Senegal; está más en peligro que cualquier gorila, o casi cualquier mamífero grande en el planeta.

Su reciente inclusión como ‘Vulnerable’ en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN es un paso valioso para reconocer su potencial de extinción, y se necesita más investigación para comprender las amenazas y los desafíos a los que se enfrentan en la naturaleza.