Es ya un hecho. Donald Trump es presidente de los Estados Unidos. ¿Cómo afectará su política a los acuerdos ambientales sobre cambio climático?

Donald Trump amenaza los acuerdos sobre el cambio climático

 

Donald Trump ya es presidente de los Estados Unidos, y no hay forma de evitarlo: lo que él planea hacer es un desastre absoluto para el planeta y para los que vivimos en él.

En concreto, todos los avances que el mundo ha hecho por la lucha contra el cambio climático durante los últimos ocho años, están ahora seriamente amenazados.

¿Qué será de la lucha contra el cambio climático en la era Trump?

Trump ha sido muy claro sobre sus planes ambientales, sobre todo con su escepticismo con el cambio climático diciendo que era un montaje.

¿Qué será de la lucha contra el cambio climático en la era Trump?

En el primer debate presidencial televisivo entre Hillary Clinton y Donald Trump negó Trump tales afirmaciones pero las redes sociales salieron a desmentirlo rápidamente:

«El concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos para hacer la industria de Estados Unidos menos competitiva».

La política ambiental en la era de Trump

Para hacernos una idea de como será la política ambiental estadounidense en la era Trump, aquí os muestro unas pinceladas:

  • Trump llama calentamiento global a un engaño de los Chinos, como ya habéis visto en sus tuits. La negación y el escepticismo en todo lo relacionado con el cambio climático, no ayuda a resolver el problema, sino que lo agrava.
  • Trump ha dicho que quiere desechar todas las principales regulaciones que el presidente Obama, incluyendo el plan de energía limpia. Con los republicanos ahora controlando el Congreso, podrían aprobar un proyecto de ley que impide a la Agencia de Protección Ambiental regular el CO2.
  • Trump también ha insinuado que quiere deshacerse de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA). Una vez más, si el Congreso está de acuerdo, tendría el poder de eliminar otras regulaciones sobre la contaminación por mercurio, el smog, las cenizas de carbón y más.
  • Trump ha dicho que quiere derogar todo el gasto federal en materia de energía limpia, incluida la I + D para la energía eólica, la energía solar, nuclear y vehículos eléctricos.
  • Trump ha dicho que quiere que los Estados Unidos se salgan fuera del acuerdo sobre el clima de París. No hay nada que lo detenga (Técnicamente, Estados Unidos no puede retirarse oficialmente por cuatro años), pero para todos los propósitos prácticos, la administración Trump podría ignorarlo).
  • Trump explicó que política energética y medioambiental pasaba por relanzar el polémico proyecto del oleoducto Keystone XL, que Obama en un principio dio luz verde al proyecto, pero que luego lo dejó en suspenso por los riesgos ambientales que podría representar para la región.

Lleve a cabo o no todas las medidas, supondrá en cualquier caso un retroceso enorme en la lucha contra el cambio climático.

La campaña ambiental de Trump en las Redes Sociales

Donald Trump en su cuenta de Twitter no puede ser más claro en sus intenciones nada pueriles contra todo lo relacionado con el medio ambiente, con argumentos tan frívolos y provocativos como este:

“Le cambiaron el nombre de ‘calentamiento global’ a ‘cambio climático’ porque seguía haciendo mucho frío…»

También recriminaba la política ambiental de Obama: “a China le encanta oír a Obama hablar sobre el cambio climático, acelera su conquista como primera economía mundial”.

Pero no se queda ahí la cosa, tiene al menos otros 5o tweets similares:

¿Hay alguna esperanza de que las cosas no vayan a ir tan mal?

Después de lo dicho, siempre hay razón para la esperanza. El cambio político se desarrolla de manera inesperada, y no todo en la Tierra gira en torno a las maquinaciones del gobierno federal de los Estados Unidos. Así que aquí hay algunas razones para pensar que en la lucha contra el cambio climático todavía no está todo perdido:

  • Estados como California y Nueva York están llevando a cabo sus propias políticas climáticas ambiciosas, y es posible que esos esfuerzos podrían ser tan exitosos que otros estados se sumen y decidan a hacer lo mismo.
  • Del mismo modo, la energía eólica, la energía solar están empezando a ser más económicas que los combustibles fósiles,  y es posible que con el tiempo vayan a adquirir más protagonismo, incluso sin el apoyo del gobierno de Estados Unidos. 
  • Activistas del clima seguirán presionando para la acción a nivel local, tanto como lo hicieron durante los años de George W. Bush, cuando el Sierra Club comenzó a bloquear una importante expansión prevista de energía del carbón. Es posible que la oposición a Trump nazca una nueva generación de activistas climáticos que encuentren nuevas maneras para abordar el problema.
  • Otros países todavía tienen sus propias razones para hacer frente al cambio climático, incluso China e India. Es posible que la recalcitrancia de Trump sobre el cambio climático pueda motivar al resto del mundo a redoblar sus esfuerzos para reducir las emisiones.
  • Incluso es posible que Trump y el Partido Republicano podrían decidir que el calentamiento global es un problema real que debe tomarse en serio. Existe la posibilidad de que los republicanos podrían resistirse a la derogación de todas estas regulaciones de la contaminación, dándose cuenta de que en realidad son muy populares. 

El cambio climático seguirá siendo un tema determinante para las generaciones futuras, mucho tiempo después de que Donald Trump deje la presidencia, y nunca hay razones para desistir. Pero el paisaje ha cambiado innegablemente. Y lo que Trump quiere hacer es peligroso.

¿Tú que opinas? (Deja abajo tus comentarios).