De nuevo, la polémica está servida. La Junta de Castilla y León ha decidido suprimir la excepción del reglamento, por la cual el Toro de la Vega ya no puede ser aniquilado en público. Ni en Tordesillas, ni en cualquier otro festejo popular de la región, como son los encierros o la suelta de vaquillas. Desde luego, es una noticia realmente satisfactoria, que esperábamos desde hace mucho tiempo ver publicada en los medios de comunicación. No se a hecho esperar, quien más o quien menos se ha hecho eco de la cuestión.

 Toro de la Vega

La brutalidad no tiene límites en la fiesta del Toro de la Vega

Imagen de PACMA

Pero, como se suele decir ”quien hace la ley, hace la trampa”, por eso esperaremos a ver como se desarrolla la próxima celebración. ¿Dejarán que se le hostigue y maltrate? Eso sí, no hasta la muerte, sino un poco antes. ¿No resulta rocambolesco y maquiavélico todo? Siguiendo eso que algunos llaman “cultura” o “tradición”, estamos dando cabida a infinidad de formas de vejar a los animales. Todavía no sabemos, si realmente, terminará muriendo en cualquier otro lugar lejos de las miradas.

En estos temas no creo que se deba acudir a un término medio, porque el problema sigue estando ahí. Supongo que como a los individuos que suelen acercar a este tipo de “eventos” no les desagrada (mejor dicho, les divierte) esta sinrazón o esta barbarie medieval; y sin brutalidad, ni crueldad, puede que no tenga ningún sentido para ellos, con un poco de suerte terminan yéndose solos. Ya la tremenda “fiesta” no va a ser la misma. Los jinetes lanceadores no van a obtener su premio.

Además, a esta noticia tan positiva, se une que cada vez más personas están optando por desplazarse hasta este cruento escenario para demostrar que la valentía no se demuestra agrediendo a un indefenso animal, sino luchando por los derechos de los animales. Sí, ellos que no tienen voz, ni voto.

Tendremos que señalar en rojo el próximo 13 de septiembre en nuestro calendario, porque al parecer se van a sumar los boxeadores del “Chatarra Palace” para reivindicar la protección del Toro de la Vega. La localidad de Tordesillas va a quedar grabada para la posteridad como un lugar “ilustre” por haber encerrado en su castillo en vida a Juana la loca, Juana I de Castilla; y por haber creado y mantenido desde el siglo XVI una de las sangrientas y más bochornosas fiestas taurinas de toda España.